Por tu mano: Klance

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Considerando su trabajo como defensor del universo, Lance ya debería estar acostumbrado a las situaciones raras.

Pero eso era lo especial de esas situaciones, eran raras y especialmente inesperadas.

Por ejemplo, quién diría que sus dedos de pistola, su movimiento personal, su marca, parte de su esencia y su ser; eran un atrevido signo de cortejo en el planeta en el que estaban. Y quién diría que en vez de llegar a la linda mesera del banquete de bienvenida en el que se encontraban, la alienígena se movió en el momento exacto para que la seña fuera dirigida al final de la mesa, donde el nuevo rey se encontraba sentado.

Y para aumentar aún más la rareza, en vez de ofenderse o echarlo del banquete, el rey decidió aceptar su "propuesta".

―¡Nos casaremos en la mañana!--anunció al final del festín.

Ahora helo aquí, frente a un enorme espejo, portando un fino traje de lo que parecía seda y una pequeña tiara tejida, esperando a ser llamado para contraer nupcias.

Sus amigos le habían asegurado que tenían un plan para sacarlo de ahí, cortesía de Coran a quien, cuando le informaron de lo que había pasado con Lance, en vez de preocuparse de que su paladín favorito (Lance estaba seguro de eso) iba a casarse con una araña gigante soltó una carcajada.

― Tranquilo mi muchacho, sé perfectamente cómo resolver esto.

Y con eso partieron, prometiendo regresar por él y arreglar este problema sin comprometer la alianza.

--Paladín todo está listo--le informo la que parecía ser la ama de llaves, orgullosa.

― Sí, claro, ya voy--dijo sin querer moverse de la habitación.

― Aww mírate, estás tan emocionado que apenas y puedes moverte--y así, con uno de sus cuatro delgados brazos, la mujer arácnida lo atrajo hacía ella y lo empujo ligeramente para caminar―. Tranquilo cariño es normal.

―¿Lo es?--dijo, aun mirando por las ventanas en busca de alguna señal de los leones.

― Por supuesto, no es todos los días que contraen nupcias con nuestro rey, pero será un perfecto compañero--estaban a punto de llegar al templo donde la ceremonia se llevaba a cabo, su "prometido" ya esperándolo en el altar.

―. Además tienes buena complexión--siguió mientras le inspeccionaba de arriba a abajo para al final asentir satisfecha―. Producirás huevecillos fuertes, estoy segura.

Hueve..¿que?

No, mejor no preguntar.

Confiaba en que su equipo lo sacaría de ahí en poco tiempo y jamás tendría que volver a pensar en su vida sobre arañas o producir...ugh, nope, ni iba a terminar esa oración.

Vamos chicos, susurro en su mente; Aún no había señales de su equipo.

¿Y sí en realidad lo habían dejado?

No, no podrían, no serían capaces ¿cierto?

―Es hora cariño--y con eso la mujer lo empujó por la puerta.

Lance terminó siendo el centro de atención de cientos de ojos, no eran tantas personas pero considerando que cada una tenía al menos 4...Oh sí, tenía que caminar.

Forzó una sonrisa en su cara y comenzó a caminar por la alfombra rojiza hasta donde se encontraba el rey junto al sacerdote del templo.

Mientras caminaba lo más humanamente lento posible empezó a pensar en sus opciones.

Tal vez casarse con el rey no era tan mala idea, si, piénsalo McClain, dormir en un palacio rodeado de lujos y todos sus caprichos cumplidos, no tener que preocuparse por cosas aterradoras como la guerra o impuestos.

SharpShots [Lance One Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora