¿SERÁS MI REINA?

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Narra Dariana:
- Entonces mira- dijo poniendo sus ojos al rojo vivo.
Me quedé impacta ante lo que mis ojos veían, sus pupilas dilatadas y encendidas, fue como... Si estuviera viendo el mismo infierno en su mirada, antes todo para mí era simple teoría, jamás me imaginé que todo esto fuera cierto, jamás imaginé que el diablo fuera realmente una encarnación, ¿Entonces existe un Dios?, Todas estas preguntas albergaron mi mente, despojándome de la realidad, toda la vida como yo la conocía, en lo que yo creía, ahora ya no existe, ahora la nueva realidad está ante mis ojos, luego de regresar a la realidad, solamente pudo salir una palabra de mi boca.
- Asombroso- murmuré desconcertada por todo lo que se revelaba ente mis ojos.
- ¿No estás asustada?- preguntó Damon... Bueno Lucifer, o ya no se como llamarlo.
- ¿Debería estarlo?- pregunté desafiante.
No cabe duda que aunque tengo al diablo enfrente, literalmente, no me acobardo ni un segundo.
- No claro que no, pero no es la reacción que esperaba, aunque viviendo de ti si, si me lo esperaba- afirmó en tono gracioso.
La verdad ni atención ponía, yo estaba en mi planeta cuestionandome muchas cosas.
- Tierra llamando a Dariana, hay alguien ahí- que gracioso.
- Ah, si, es que, estoy muy, muy...
- Confundida, temerosa, ansiosa...
- ¡No!, Estoy muy asombrada- mis ojos volvieron a conectar con los suyos, pero esta vez ya no encontré signos carmesí en su mirada.
Enserio tengo al Diablo enfrenté, ¿Estoy soñando?, ¡¡Loss sueños!! Es verdad.
- Oye ¿Tú hablabas conmigo en sueños verdad?- recordé enojada.
- Si era yo ¿Porque?.
- ¡¡Porque!!, ¡¡Estuve mucho tiempo pensando que estaba loca!!- dije alterada.
- Pero no lo estas- dijo calmadamente.
- Bese al diablo- susurré.
- Si, siéntete afortunada- río.
- ¿Me voy a ir al infierno por eso?- pregunté asustada.
- Probablemente si- habló calmado el idiota- pero no te preocupes, hay un lugar ahí muy especial.
- Si los lugares de condena ¿No?.
- Yo estaba pensando en mí habitación, bueno más específicamente en mi cama pero bueno- se encogió de hombros.
- ¡¡Que!!, ¿¡De qué hablas!?- grité, este hombre... Demonio me tiene extremadamente confundida.
- Bueno veo que ya está me gritas y todo, por lo menos ya hay confianza- dijo otra vez sonriente, parece que no sabe hacer otra cosa.
- ¿Y porque estas aqui?- pregunté cayendo en cuenta con quién estoy hablando.
- Si recuerdo bien, este es mi apartamento- miró su alrededor.
- No me refiero aquí, sino ¿Porque esas en la tierra? Y ¿Porque eres mi profesor?, ¿Que no pagan bien como Diablo?- me carcajeé.
- Que graciosa y estoy aquí, porque te quería matar- confesó tranquilo de la vida.
- ¿Que?, ¿Me vas a matar que te he hecho?- abrí los ojos como platos.
- Dije te Q U E R I A, no te quiero.
- ¿Ya no me vas a matar?- pregunté entre confundida y tranquila.
- No ya no, ahora tengo mejores planes para nosotros- ¿Enserio me intenta seducir ahora?.
- ¿Que tipo de planes?- hablé más calmada.
- Bueno- colocó una mano en mi pierna- Quiero que seas mi reina, quiero que seas reina del infierno, gobierna conmigo.
- ¿Primero me quieres matar y ahora quieres que sea tu reina?- dije poniendo mi mano encima de la suya.
- Ya vez así de cambiante soy- subió mas su mano, llegando a mi muslo.
- Ya veo, ya veo y veo que no me equivocaba contigo- negué con una gran sonrisa.
- ¿En que?- preguntó pícaro.
- En que si pecas de lujurioso.
- ¿A si? Y ¿Como sabías que era así?- encarnó una ceja.
- Intuición femenina- sonreí.
De un momento a otro, me tomo de la cintura y me puso sobre su regazo y empezó a acariciar mi cintura, llegando a mi vientre
- Hey, detente ahí, diablo- dije tratando de pararme.
- Los dos tenemos ganas, que nos impide hacerlo- me sentó otra vez en su regazo.
- Primero quiero que me expliques, ¿Que es eso de que voy a ser tu reina?- me crucé de brazos.
- Te lo puedo explicar mientras te hago mía- besó mi cuello.
- Yo cuando estoy follando no puedo hablar- reí inocentemente.
- ¿Espera no eres virgen?.
- ¿Que esperabas, que fuera virgen?- hoy es un día lleno de risas.
- Pensé que si eras, pero no me importa- retomó sus apasionados besos- pero entonces, ¿Serás mi reina?.
- No lo sé- dije haciéndome la tonta.
- Y así si lo sabes- me besó con locura.
- Eso no se vale tramposo- reí.
- En la guerra y el amor todo se vale lux fero, ¿Aceptas?.
Me quedé en silencio, era una propuesta muy fuerte pero, la verdad, si le quería, aunque me cueste aceptarlo si le estoy tomando mucho cariño, más del que le he tenido a cualquier hombre, ( claro que este no es un hombre, más bien es un demonio) pero lo más preocupante es, que aún sabiendo quien es él, no cambio nada mis sentimientos hacia él, ¿Creo que hasta me gustó más?, Porque el pensar que el diablo me este proponiendo esto, por alguna razón hace que le quiera más, ¿Pero es lo correcto?, ¡¡Dijo que me quería matar!!, ¿Porque?, ¡Ay tantas preguntas y tan pocas respuestas!, Pero si me hubiera querido matar... ¿Ya lo hubiera hecho no?, Ya estuvimos aquí solos, tantas preguntas acumuladas en mi mente no me dejan pensar con claridad y menos para dar una respuesta de tal magnitud.
- ¿Aceptás?- cuestión tiernamente.
No fui capaz de contestarle, pero remplazé mis palabras por un beso, un beso muy tierno a decir verdad, nunca me había besado así, siempre me besaba apasionadamente y no me quejo, pero en este beso hay muchas cosas, cosas que a decir que verdad no alcanzo a comprender del todo, en este beso hay amor, hay ternura, pero no debo olvidar que tengo al rey de las mentiras enfrente, pero un beso no es algo en lo que se pueda mentir, después las cosas se intensificaron más, el beso se volvió más apasionado, rodeó con sus brazos mis cintura y sus manos emprendieron un viaje por mis brazos, pasando delicadamente por mi cintura, llegando a mi cadera, deslizándose por mis piernas, entonces me cargó como princesita y me llevo hasta su habitación, sin dejar de besarme tiernamente, pero a su vez intensamente, me recostó delicadamente en la cama y coloco todo su peso encima mío.
- ¿Estás segura?- me preguntó mirándome con duda.
- Muy segura- le besé.
Que haya tenido ese gesto conmigo me hizo estar segura, desabrochó mi camisa botón a botón y yo le desabroché la suya, se aproximó de nuevo a mi boca, besándola, lenta y cariñosamente, después fijo su vista en mi cuello y empezó a besarlo con más salvajismo, de un momento a otro mordió una parte de mi cuello muy sensible haciéndome gemir.
- Lucifer- dije en un gemido.
- Vuelve a gemir así y no te la vas a acabar- se mordió el labio sensualmente.
- ¿Que me vas a hacer si vuelvo a gemir así eh?- le rete.
- Quieres saber- dijo malisiosamente.
- Si- dije curiosa.
- ¿Sabes que la curiosidad mató al gato verdad?- susurró en mi oído.
- ¿Ah sí?- abrí mis ojos "inocentemente".
Sin siquiera preguntar se dirigió a mi muslo mordiendo la parte interna de el
- Ahhh- perdí la poca cordura que tenía.
- Hoy te voy a enseñar el placer verdadero.
Se dirigió a mi parte íntima y yo ya me esperaba que iba a hacer ahí, entonces sentí su lengua introduciendose en mi zona femenina, haciéndome gemir de manera muy placentera.
- Mmmm- enterré mis uñas en la sábanas.
- Me encanta oírte gemir- dijo excitado.
Se empezó a quitar los bóxers y quitó mis bragas, al acercarse para besar mi cuello pude sentir su erección contra mi y no pude aguantar mover las caderas para frotarme contra su buen dotado miembro.
- Ahhhhh Lucifer- gemí.
- Lo bueno se hace esperar, tranquila- susurró malisiosamente.
- Ya hazme tuya de una vez- no aguantaba más.
- Suplícame- dijo susurrando en mi oído para después morder mi lóbulo.
Después de escuchar eso, tenía dos opciones, rogarle o esperar, ¡Pero claro que no iba a rogar! ¡Y tampoco me daba la gana esperar más!, De un movimiento rápido y sin que se lo esperará, di la vuelta quedándome encima de él, teniendo el control.
- ¡Ahhhhh, sii!- me introduje en él poco a poco, por la excitacion que había en este momento, mi vagina ya se encontraba muy húmeda eso ayudo a que no me doliera.
- Tramposa- gimió.
- No te iba a rogar, ¿Quien crees que soy?- aumenté el ritmo.
Lucifer se dió la vuelta con una velocidad sobrehumana y quedé debajo de él.
- Ahhhhh ahhh mmmm sigue sigue- sentía mi vientre arder, las piernas me temblaban- Más fuerte.
- ¿Más fuerte?, Ya voy demaciado rápido.
- ¡¡Más fuerte!!- grité de placer.
- Como digas- dijo dándome con mucha fuerza pero a mí me gusta así, rápido, fuerte, salvaje.
- Ayyy, por el diablo- grité cuando sentí un multi orgasmo, él solo me observaba mientras yo me convulsionaba debajo de él, un orgasmo tras otro.
- Que bien se oye eso- jadeo por el ritmo al que íbamos.
No contesta con los orgasmos anteriores, los dos terminamos de la manera más increíble y placentera de mi vida.
Después sentí su líquido caliente en mí.
- Uff si hubiera sabido que así se sentiría igual no hubiera esperado tanto- reí mientras recuperaba el aire.
- Nunca había conocido a nadie que en su primera vez disfrutará tanto, normalmente siempre les duele- dijo mientras se tumbaba en la cama.
- Si me dolió pero fue un dolor muy rico he excitante.
- Eres increíble- me abrazó
- Lo se- hablé con presunción- la modestia no es uno de mis virtudes.
Estábamos acostados en la cama, yo sobre su pecho mientras el acariciaba mi cabello, haciendo pequeños rulos con el.
- Ya me di cuenta pero así me encantas- besó mi frente- Bueno pero esta vez no te escapas, ¿Aceptas ser mi reina?- con pesar subí la mirada hasta encontrarme con sus ojos y su brillo en la mirada, brillo que temía que se fuese.
- ¿Que te parecería un segundo round?.
- Dariana, por favor me pone muy nervioso el que esquives mi propuesta- me vió con súplica.
Se hizo un silencio incomodo, no sabía que responder, ya ni me acordaba, no se que contestar, hay tantas preguntas sin respuestas, tantas cosas que pensar, que discutir, de las que hablar, pero si algo odio son las dudas he inseguridades, ya que yo no soy así, soy todo lo contrario me gustan las respuestas rápidas y la gente decidida y aunque está pregunta es difícil y muy comprometedora, no va a causar por primera vez que me haga dudar de mí y de mis emociones.
- ¿Aceptás?- dijo besando mi boca lenta y cariñosamente.
Sin pensarlo más contaste firme y decidida.
- Aceptó- sonreí y lo besé.
- Me has hecho muy feliz, mi reina- su brillo se intensificó aún más y sentí que todo había valido la pena.
- ¿Entonces ahora soy tu reina del infierno?- pregunté entre risas.
- YA ERES LA REINA DE INFIERNO.

Mi Lux FeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora