¡DI QUE ERES MIA!

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Narra Dariana:
Ya han pasado dos meses desde que no he vuelto a ver a Lucifer, sinceramente me encuentro  destrozada, jamás creí sentirme así por la ausencia de él, bueno ni cuando mi padre se fue me puse así, siempre me he considerado una mujer fuerte y decidida, pero tal parece... Que Lucifer llegó para cambiarme por completó, estos dos largos meses he estado como zombi, aturdida y con cara de muerta, mis amigos me preguntan que si estoy bien, mi madre me pregunta ¿Que es lo que pasa conmigo? Y yo solo puedo decir "nada estoy bien", ¿Como explicar que estoy así por el diablo?, ¡ Y es que solo de pensarlo, suena totalmente ridículo!, Así que lo único que me queda es decir, "nada, no me pasa nada", he estado tentada muchas veces a llamarle, a decirle que lo extraño que me siento una muerta viviente sin él, pero lamentablemente mi orgullo no lo permite y al ver que él tampoco lo ha hecho, me lastima y me hiere, me torturó inconscientemente pensando que él ya se ha olvidado de mí, ¡Me siento estúpida por seguir sufriendo por alguien para el tal vez fuí solo un juego!, Siempre que me dispongo a decir adiós... Recuerdo las últimas palabras que me dijo hace dos meses en su apartamento.
"ADIÓS MÍ LUX FERO".
Esas palabras las dijo con tanta dulzura y amor, que me cuesta creer que no me ama, pero por otro lado revivo todo lo que me dijo, como planeaba matarme, destruir este mundo y... ¡Todo por poder! Y yo me pregunto, ¿Si él no hubiera sentido esa corriente electrica y esa magia que siempre hemos sentido?, ¿No hubiera tenido compasión por una pequeña bebé?, ¿Hubiera permitido que mis padres sufrieran la perdida de su pequeña hija?... ¡Lo peor es que siempre llego a la conclusión de que sí! Y no se cómo puedo perdonar a alguien que tiene un corazón tan malvado, ¿¡Que esperaba!?, ¿A alguien con el corazón de Jesús?, Ja, pero también recuerdo todos los momentos hermosos y bellos que pasamos, todas esas veces que me hizo sentir alguien tan especial y no es que no me sienta especial, pero él me hace sentirme más allá de especial, él me hacía sentir una diosa, su musa, su lux fero, como él me llama y ahí es cuando pienso que sí lo puedo perdonar, que si le puedo dar otra oportunidad y empezar de nuevo.
Así me he pasado estos dos meses diciendo que si lo puedo perdonar y que no se merece mi perdón y al final termino sufriendo igual, hoy Jonathan me a invitado a desayunar a mi restaurante favorito, en un principio le dije que no, pero luego pensé en lo agobiada que he estado estas semanas, así que al final acepté su invitación.

Así me he pasado estos dos meses diciendo que si lo puedo perdonar y que no se merece mi perdón y al final termino sufriendo igual, hoy Jonathan me a invitado a desayunar a mi restaurante favorito, en un principio le dije que no, pero luego pensé ...

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- ¿Quien soy? - preguntó Jonathan tapándome los ojos.
- ¿Mmm quien serás?, ¡¡Ayy es que tengo a tantos que ya no los reconozco!!- hablé con un tono exagerado.
- Ves que mala eres- dijo haciéndose el ofendido.
- Ay pobrecito- reí.
- Bueno ¿Ya vamos a desayunar?- paso su brazo por mi cintura.
- ¡¡Claro!!, Pero tú invitas ehh- le empujé divertida.
- ¡Siempre es así!- se carcajeó.
- Obi.
Entramos a la plaza donde se encontraba mi restaurante favorito y llegamos al restaurante donde pedimos mesa, al poco rato llego un mesero y ordenamos, yo me pedí un plato de frutas con yogurt y unos huevos ahogados y Jonathan se pidió unas enchiladas rojas, después de que llegara nuestra comida, nos dispusimos a comer mientas hablábamos de cosas banales, pero después llegó esa pregunta que estuve evadiendo todo el desayuno.
- Dariana ¿Que te pasa, que tienes?, ¿Porque has estado estos meses tan distinta?- cuestionó preocupado, tomando mi mano en un intento de darme apoyo.
- Preferiría no hablar de eso- contesté cortante.
- Guapa ¿Que pasa, ya no confías en mí?- me miró triste.
- No es eso... Es solo que, es doloroso para mí este tema- dije con la voz quebrada.
- Por eso lo digo, es mejor que saques lo que tienes y no que te lo guardes para martirisarte tú sola-  estrechó más mi mano.
- Está bien, no voy a decir nombres así que no lo preguntes ¿Si?.
- Está bien.
- Estuve en una relación hace 2 meses, estuve con esa persona como 4 meses y lo sé son pocos pero..., Me enamoré de él, como una loca pérdida y hace dos meses me confesó algo muy fuerte y le dije que no podía seguir con él... Le dije que me diera tiempo y que después veríamos que va a pasar, pero en estos dos meses solo he conseguido confundirme más y para colmo él ni siquiera me ha buscado, creo que ya se olvidó de mi y ¡Me hace sentirme como una idiota el pensar que él ya me olvidó y que yo sigo aquí llorando tontamente!-  estallé en llanto, bendito sea Dios  llevaba gafas negras no se notaba.
- Ayy mi nena- dijo con la mirada triste.
Entonces Jonathan se pasó de mi lado y me abrazó, ¡Dios cómo necesitaba eso!, ¿Porque no se lo conté antes?.
- Quien diría que la gran Dariana, iba a sufrir por un hombre- bufó.
- Lo se es ridículo- lloré en su hombro.
- No no es ridículo, es porque te enamoraste ok y eso a todos nos pasa- me estrechó más a él.
- ¡¡Si pero yo no hago estas cosas!!- dije enojada.
- Siempre hay una primera vez, guapa- río contagiandome la risa, él siempre logra eso.
- Ahora te pregunto, ¿Realmente ese hombre vale que llores por él?.
- No lo se- sollocé.
Me separé de su hombro y él acarició mi cara con dulzura, yo sabía que él me seguía queriendo pero, yo en este momento no estaba para esto, sin previo aviso se acercó y ¡¡Me beso!!, No supe cómo reaccionar a tal cosa, así que me quede inmóvil y él siguió besando mis labios tiernamente, al abrir mis ojos vi a alguien que jamás creí ver, Lucifer estaba parado enfrente de la mesa, junto a otro chico.
- ¡¡Ya veo como te arreglas los pensamientos!!- habló furioso,
Con los ojos negros, demasiado negros, una mirada que jamás había visto y que me dió verdaderamente miedo.
- Luci, Damon yo ehh...- balbuce nerviosa.
- No, no digas nada que ya vi todo- dijo para salir del restaurante.
- Espera ¿Él no es tu profesor?- preguntó Jonathan confundido.
- Lo siento Jonathan, me tengo que ir- tomé mi bolsa y saliendo detrás de Lucifer.
- Espera...- gritó Jonathan.
Pero para eso, yo ya estaba fuera del restaurante, entonces salí a toda prisa para buscar a Lucifer, baje por las escaleras rápidamente y entonces lo ví a lo lejos, iba a bajar las escaleras del segundo piso, corrí y corrí a toda prisa para llegar hasta donde él.
- ¡¡¡¡Damon!!!!- grité lo más fuerte que pude.
- No deberías estar con ese mocoso- se me acercó amenazador.
- Espera tengo que explicarte- susurré jadeante por haber corrido.
- ¡¡Ya te dije que ya vi todo!!- me gritó de una manera tan fría, sentí mi corazón hacerce añicos.
- Mi señor creo que la debería escuchar- abogó el chico con el que iba.
- ¡¡Tu no te metas Belial!!- le dijo Lucifer al otro chico.
- Perdóneme mi señor pero creo que debería dejarla hablar- le repitió.
- Habla.
- Preferiría hablar en un lugar más privado.
Me tomo de la mano fuertemente y bajamos al primer piso, al salir me metió a su auto y cerró las puertas.
- ¡Ya está Habla!- apretó el volante furioso.
- ¡Jonathan fue quien me beso!- lo miré apunto de llorar.
- Ajá, si y yo soy estúpido, no creas que soy como todos los humanos ehh, no creas que porque me eh portado espléndidamente contigo no puedo hacer lo contrario- amenazó con los ojos rojos.
Como aquella vez que me dijo quien era, la diferencia es que esta vez me produjo un miedo inimaginable.
- ¿¡Si como la vez que me ibas a matar de bebé no!?- grité muy enojada
pues recorde como me contó que me quería matar.
- ¿Es eso verdad?- suspiró más tranquilo.
- ¿Que?- juró que intentaba contener las lágrimas.
- El porque aún no me has buscado- dijo con los ojos cristalinos.
- ¡¡Lo dices cómo si tú no pudieras buscarme!!- me encontraba muy alterada.
- ¡No te busque porque pensé que necesitabas espacio!- gritó al igual que yo.
- Porque no mejor me dices que esto no significó nada para ti y ahí lo dejamos- agarré la manija de el auto para bajar.
- ¿Quien te ha dicho que no significa nada esto para mí?- río, puso encima la mano con la que estaba abriendo la puerta.
- ¿¡Me quieres dejar salir!?.
- No, ¡Hasta que me digas que hacías con él!- subió la voz.
- Me invito a desayunar, claro al ver que llevaba dos meses como zombi- dije irónicamente.
- Ohh, que buena acción de su parte- habló sarcástico- ¡Y claro!, ¿Tú aceptaste encantada no?- ¡¡Sus malditos celos me están volviendo loca!!.
- ¡¡No sé ni para que te pones así!!, Tu y yo ya no somos nada- le grité.
- ¡¡¿ESTAS TERMINANDO CONMIGO?!!- bramó histérico.
- Exacto, mejor ofrecerle que sea tu reina a alguien más, ¡¡Ofrecelo a alguien que no hayas intentado matar de bebé!!.
- ¡¡Sigues con eso!!.
- ¡SIIII Y YA DEJAME EN PAZ!.
De un movimiento rápido se puso encima de mi, quedando aprisionada contra el asiento del copiloto.
- ¡¡Ya déjame en paz!!!- grité colérica.
- No no te voy a dejar, no te voy a dejar para que te vayas con ese mocoso- me tomó mis hombros fuertemente.
- Si me voy o no me voy con él no es tu problema- intenté safarme, ¡Pero era imposible!, Tenía todo su peso encima de mí.
- Si si es mi problema y sabes porque- dijo acercándoseme mucho.
- ¿Porque?- pregunté en un susurro.
Se acercó a mi oído y me susurro.
- Porque te amo y porque eres mía.
El tenerlo tan cerca, hizo que perdiera mi fuerza y empezará a caer un sus redes.
- Ya deja de hacerte la fuerte y mejor dime lo que quiero escuchar- murmuró muy cerca de mis labios.
- Te amó y eres mío- jadeé.
- Claro que lo soy, mi lux fero.
Entonces... Paso con lo que había soñado estos dos meses sin él, me beso, un beso tan lleno de necesidad, nos devoramos las bocas hambrientos, sedientos uno del otro, se hizo presente el sonido de nuestras bocas succionandose, de un momento a otro (no sé muy bien como paso), ya estaba sin blusa y él sin su camisa.
- Te extrañe mi lux fero- me acarició mientras besaba mi cuello.
- Yo igual, mi Estrella.
Me fue desabrochando los jeans, hasta que ya los tenía a las rodillas y él también y de un movimiento inesperado me penetró.
- Ahhhh- me removi en mi asiento.
- Mmmm mi lux- aumento el ritmo.
- ¡Más fuerte!- ordené.
- Ahh, ya se me había olvidado como te gustaba.
Entonces empezó a ir muy rápido y a darme con mucha fuerza, pero era lo que mi cuerpo pedía, íbamos tan rápido que hasta el coche se empezó a mover, supongo que son sus poderes sobrehumanos, yo rasguñaba su espalda, mientras él agarraba mis caderas fuertemente, antes de que llegara a mi orgasmo se detuvo.
- ¿Que pasa?- pregunté jadeante.
- Di que eres mía- susurró en mi oído sensualmente.
La verdad me lo pensé un poco, pero ya era suya desde hace mucho, así que no le vi lo malo en admitirlo.
- Soy tuya mi aurora de la mañana- regresé el susurro sensual.
Lucifer retomó las embestidas y así estuvimos por bastante tiempo, hasta que el orgasmo tocó nuestras puertas.
- Ahhhh- gemimos al unisono al llegar al orgasmo.
Nos quedamos unos minutos en esa posición, hasta que nuestras respiraciones se regularizaron y el salió de mi sentándose en su asiento, después de eso ya no sabía que decir, hasta que el rompió el silencio.
- ¿Todavía quieres terminar?- dijo burlón.
- Idiota- hablé entre dientes.
- Si sigues así verás- me advirtió seductoramente- Te amo mi lux fero- me dió un besito tierno.
- Sabes que yo también te amo- le devolvi el beso- pero debes creerme que yo no bese a Jonathan- hice  pucheros.
- Te creo mi lux fero, simplemente estalle en celos y no pensé nada más, porque tú también debes de creerme que para mí esto significa todo- me tomó mi mano.
- Para mi también, no sabes que horribles dos meses pase sin ti.
- Lo mismo paso conmigo- dijo melancólicamente- Dariana sin ti no le encuentro sentido a mi vida y eso es horrible para alguien inmortal- dijo riendo.
- Yo tampoco le encuentro el sentido créeme, ¿Pero dime algo?.
- ¿Que pasa?.
- ¿Porque estabas en esta plaza?, digo yo pensé que estarías en el infierno castigando almas o yo que se- me encogí de hombros.
- Uno, yo no castigo las almas ya tengo gente que haga eso y dos, estaba aquí porque Belial al verme tan deprimido me dijo que fuéramos a algún lugar.
- ¿Belial es el chico con el que venías?.
- Si es él, ¿Porque?- dijo en tono celoso.
- Uyy cálmate celoso, por nada solo era curiosidad.
- Más te vale, porque tú eres mía- me besó otra vez.
- Espera...- puse mis manos en su pecho.
- ¿Que pasa?.
- No vamos a tener sexo en el carro otra vez.
- ¿Porque?- preguntó alzando una ceja.
- Porque es muy incómodo, tú no eres el que mañana va a tener la espalda destrozada- sobe mi espalda.
- Si quieres vamos a mi departamento para que te ayude con tu espalda- se ofreció pícaramente.
- Eso si me gustaría- le seguí el tonito sexy.
- Te amo mi lux fero, mi reina del infierno.
- Y yo a ti mi Aurora y mi Estrella de la mañana y... ¿Vuelvo a ser tu reina?.
- Nunca dejaste de ser mi reina-  río victorioso.
Después fuimos a su departamento, donde pasamos toda la tarde viendo películas, platicando, tomando vino, etc y después recibí ese placentero masaje por el cual fui invitada, a eso de las 10:00 pm, Lucifer me llevo a mi casa, estoy tan feliz de haberme reconciliado con él, ahora si... Ya nada puede arruinar ésto.

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