FINAL

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Narra Dariana:
¡Dos semanas!, Dos malditas e interminables semanas, donde no he sabido nada de Lucifer, ni de Lilith ¡Ni de nadie!,
Por lo que me ha dicho estamos en Francia fuera de ahí no sé nada más y me vuelvo loca aquí encerrada con Miguel y para terminar está odiosa semana también he tenido que hacer un ridículo papel de mujer enamorada y soportar sus besos, abrazos etc, gracias a "Dios" no a pasado nada más, puesto que él piensa que no es lo más sano para el bebé.
- Buenos días mi belleza- sonrió apenas abri los ojos, recordándome que voy a tener que vivir otro día más al lado de este odioso ángel.
- Buenos días amor- sonreí tragándome mis verdaderos sentimientos, no sé cuanto más soportaré esto.
- ¿Te gustaría salir a caminar un poco?- ¡Por fin!.
- Por supuesto amor- me levanté de la cama sintiendo un gran peso, el bebé ha crecido mucho.
- ¿Y cómo está hoy el hermoso bebé?- acarició mi vientre, ¿No se cómo siendo hijo de Lucifer lo quiera tanto?, Tal vez lo haga por mi.
- Bien cariño, pero pesado.
- Ya pronto nacerá y te sentirás igual que antes- sonrió dejando un beso en mis labios, al cual obviamente tuve que responder.
- Me voy a bañar- salí de aquel beso incomodo disparada para la ducha, donde no dure mucho tan solo en 10 minutos ya estaba fuera, las ganas de salir de aquel encierro apremiaban.
- Ya estoy lista- sonreí cuando salí de la habitación encontrándomelo en la sala.
- Pues vámonos- nada más mencionó aquello yo ya estaba en la puerta- pero antes ponte esto- me dió un anillo un tanto peculiar en forma de espada.
- Gracias amor pero... ¿Porque el anillo?- pregunté lo más disimuladamente posible.
- Es para que no te encuentren nuestros "amigos"- dijo de forma sarcástica refiriéndose a Lucifer y Lilith, ahí mi plan se vino abajo.
Tenía la esperanza de que al salir de ahí Lucifer me pudiera rastrear, si es que aún lo hace, pues también existe una posibilidad de que ya se haya olvidado de mí... al creer que lo traicione.
- Gracias- hablé nuevamente dejando que deslice el anillo en mi dedo anular.
- Créeme que cuando nos casemos te daré el que te mereces- sonrió, solo de escuchar las palabras (boda) sentí un frío por la espalda.
- Ya lo creo- sonreí tiernamente.
- Vamonos.
Ambos salimos de la gran casa que veo más como una gran cárcel, mi cárcel, al pisar la calle y recibir el cálido sol en mi rostro supe que jamás volvería a esa horrible prisión, llegamos a un parque nada destacable, bastante solitario, tengo una última carta, deliberadamente metí la mano donde portaba el anillo al bolsillo de mi gabardina y muy despacio y fuera de su vista fuí deslizando el anillo fuera, ¡Un último chance!.

Narra Lucifer:
¡Dónde estás mi lux!, Me siento enloquecer, aunque ella haya dicho que lo amaba a él sabía perfectamente que estaba mintiendo, lo pude ver en sus ojos, pero ahora mi prioridad mayor es encontrarla, ya después veré cómo mató al infeliz de Miguel.
- Señor- tocó la puerta Belial.
- Pasa.
- Tenemos noticias de Dariana- dijo haciendo que el día se me iluminará.
- ¿Donde está?- pregunté sin preámbulos.
- Según unos de nuestros mejores demonios de búsqueda se encuentran cerca de el Parc de la Noue.
- Bueno pues no perdamos ni un minuto más vámonos.

Narrador:
Lucifer ya sabía la ubicación de su amada, pero con lo que no contaban es con que otra persona ya también lo sabía.
- Así que están en Francia- sonrió.
- Si mi señora cerca del Parc de la Noue- decía su nuevo cómplice.
- Gracias Seal puedes irte- dijo aún con aquella sonrisa maliciosa.
Ahora Lilith ya también lo sabía y está lista para atacar pues estas dos semanas le fueron suficientes para reunir a demonios que la apoyásen, Lucifer Lilith y Miguel, tenían un mismo objetivo (Dariana), aunque sus propósitos eran diferentes y los finales era muy distintos.

Narra Dariana:
Caminaba de la mano "felizmente" con Miguel cuando sentí una presencia detrás de nosotros, mi corazón empezó a ir muy rápido al pensar que esa presencia pertenecía a mi mañana, pero mis esperanzas se fueron al suelo cuando ví quien era, Lilith.
- Que románticos se ven así- sonrió socarronamemte.
- ¿¡Que quieres Lilith!?- pregunto Miguel exasperado.
- Uyy qué genio tienes Miguel- se acercó a nosotros.
- Ya déjanos en paz al fin conseguiste lo que querías ¿No?, Te ayude a alejar a Dariana de Lucifer y él ahora está libre.
- Si... Verás querido Miguel, si eso lo hubieras hecho hace tiempo me hubiera válido, pero ahora mis planes son otros y el que Dariana y su engendro estén vivos no está dentro de mis planes- jaló mi brazo fuertemente y acercó su mano a mi vientre en un rápido movimiento que Miguel no pudo impedir.
- Ahh- grité pues el dolor que aquella vez había sentido regreso.
- ¿¡Que le hiciste!?- le gritó Miguel a Lilith.
- Tan solo un pequeño truco- río- pero ahora Miguel si no me la entregas morirá entre terribles sufrimientos- amenazó sujetando fuertemente mi brazo, ¡El dolor era insoportable!, Sentía que moría y Miguel lo veía.
- ¿Si te la doy le quitarás el dolor?- pregunto dándose por vencido.
- Si querido- sonrió.
- Ve con ella Dariana- dijo rendido, el dolor no cesaría si no me entregaba a ella, en cuanto tome su mano... otra voz resonó en el lugar.
- ¡¡NO TE ATREVAS A TOCARLA!!- gritó Lucifer.
- Demasiado tarde querido- tronó la boca- ahora como puedes ver ya está en mis manos- sonrió acercándome bruscamente y sacando una afilada cuchilla para dirigirla a mi cuello.
- ¡¡NO LILITH!!- gritó Lucifer acercándose rápidamente.
En este punto el dolor era insoportable y tan solo escuchaba voces, la vista se me estaba nublado y un intenso dolor de vientre me estaba matando.
- Como ves querido tengo nuevas armas y no solo eso- en aquel momento bajaron del cielo muchos ¿Angeles? ¿Demonios? No estoy segura, de lo que no me queda duda es que nos tenían rodeados.

Mi Lux FeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora