Mi Lux Fero

¿¡LILITH!?

Narra Dariana:
Han transcurrido ya un mes de lo sucedido con Lilith, tal parece que ha desaparecido, pienso que seguramente ya ha sanado sus heridas lejos de aquí y de corazón le deseo que sea feliz, ¡Por otro lado mi relación con Lucifer está de maravilla!, ¡Por fin! Después de tantos problemas podemos ser felices, mi vientre ha empezado a abultárse un poco y siento que el bebé crece muy rápido, me asusta, pero todo se lo atribuyó a que pues... Es mitad humano, mitad... ¿Demonio serafín? No lo tengo muy claro sinceramente.
He hecho un recuento de mi vida a su lado y desgraciadamente no se que pesa mas, si las desgracias o las alegrías, ¡Dejando en claro que la primera parte de nuestra relación la desconozco!.
- Amor ¿Ya nos vamos?- pregunté cómo por enésima vez.
- Ya casi mi lux, ¿Estás segura de que no quieres que te acompañe?- preguntó preocupado.
- Ya te dije que no mi amor, ya es hora de que vaya sola, de todas maneras Lilith ya no ha dado señales de vida y no hay ningún otro riesgo.
Desde que Lilith nos amenazó Lucifer está muy ansioso y nos protege aún más, me acompaña a todos lados, pero ya no quiero ser una carga, él tiene asuntos que arreglar aquí en el infierno y yo en la tierra.
- Está bien- suspiró resignado, me tomo de la cintura y nos teletransportámos a la tierra, bueno... Más concretamente a la casa de Valeria, ella está de vacaciones en Italia, después de quién sabe cuánto tiempo se reconcilió con sus padres y ahora son una familia donde reina la cordialidad y yo por mi parte estoy mejor que nunca con mi mamá, ella encontró a un buen hombre que la trata como a una reina y yo estoy más que feliz por ella, cuando se enteró que estaba embarazada obviamente no lo tomo muy bien, pero con el pasar de las semanas lo termino aceptando y a Lucifer obvio con su personalidad de "Damon" igual, la visito cada que puedo pues como dije a Lucifer no le gusta que vaya sola por lo de Lilith... Pero ya es momento.
- Mi amor... Llegamos, ¿Estás segura de que?...
- Si mi mañana totalmente segura.
- Bueno ¿A qué hora paso por ti?- preguntó sonriente.
- Eso te iba a decir... Después de estar con Val voy a irme con mi mamá a dormir, no la he visto mucho en este mes- su mirada era absolutamente de desaprobación.
- Está bien entonces... ¿Te parece que pase mañana por la tarde por ti?.
- Me parece perfecto- sonreí.
- Te amo, hasta mañana en la tarde.
- Te amo- lo abracé- hasta mañana mi mañana- reí.
- Y yo igual- se hincó y dejó en beso en mi pancita- cuida bien a tu mami.
- Ayy qué tierno te ves.
- Te amo mi lux fero nunca lo olvides.
- Cálmate mi mañana si solo serán unas horas- reí.
- No me gusta estar lejos de ti- exclamó dándome un beso en la mejilla.
- A mi tampoco, pero no podemos ir a todos lados juntos, ahora sí adiós mi mañana.
- Adiós mi lux- desapareció del lugar.
Toque el timbre de la casa de Val y me recibió esmeralda.
- Señorita Dariana qué alegría verla.
- Igualmente esme ¿Está Valeria?- pregunté amablemente.
- Claro le digo que está aquí, un momento- subió a su habitación, no pasaron ni cinco minutos cuando bajo Valeria, cuánto había cambiado ahora, se veía más ¿Madura?... ¿Más diferente?, sin dudar corrí a abrazarla.
- ¡Amiga!- la abracé.
- ¿Como estás? Mírate que cambiar.
- Y tú no se diga, ¿Cuántos meses tienes?- tocó mi vientre.
- ¿Tanto se nota?- pregunté asustada.
- Si- tronó una carcajada.
- Tres meses.
- ¡Pareciera que tienes como cuatro o cinco!.
- Ya... Supongo que es porque es mitad demonio.
- ¿¡Entonces a mí me va a pasar lo mismo!?- cuestióno abriendo los ojos.
- ¿¡Que!?- dije confundida- no me digas que...
- ¡Si!.
- Cuentame todo.
- Ven vamos a mi habitación.