Nervios

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NILS WASSER

Llegamos a la casa de Mía y la recuesto en el sillón.

No puedo creer que le dijera todo y que me correspondiera, seguro fue porque estaba borracha, yo también, más bobo.

No era el momento correcto, tomó bastante.

—Nils, no me dejes sola—me dice sentándose en el sillón.

—No, me quedaré— le respondo.

—Lo que te dije, no sé qué dije, perdón— me dice.

Yo sabía que era por su estado, no siente lo mismo que yo.

—No es que no sienta lo mismo, pero dejame pensarlo, no estoy bien ahora — me dice.

—Si, tomate tu tiempo— le respondo.

—Vamos a dormir, podés dormir en el sillón, ahora te traigo una frazada— me dice levantándose.

—Bueno, no te caigas— le digo y sonrío.

Se sigue viendo bonita aún borracha, tengo que cuidarla.

—¿Puedo dormir con vos?—me pregunta de golpe.

—Si, podés—le respondo nervioso, no sabe lo que me provoca.

Nos acostamos en el sillón y nos tapamos.

—¿Te molestaría abrazarme?— me dice.

No puede ser esto, no puedo controlarme así.

—No, no me molestaría— le respondo más nervioso.

—Hasta mañana, gracias por quedarte conmigo, no quiero estar sola— me dice.

—No te preocupes, estoy yo— le respondo.

—Si, por eso me siento segura— me dice cayendo en un profundo sueño.



El viaje de MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora