Ignorada

34 1 0
                                    

Me levanto como casi todos los días por la alarma y me ducho. Me cambio y desayuno.

Salgo de casa y voy a la universidad que me queda cerca.

Cuando llego me llaman.

—¡Mía!.

—Keyla, hola.

—Tu fiesta estuvo buenísima, me re divertí.

—Gracias por ir.

—Deberíamos juntarnos a tomar algo. ¿Esta tarde podés?

—Si, puedo.

—Bueno genial, cuando salimos de clases vamos.

—Dale, te espero a la salida.

Volteo y lo veo a Nils, viene hacia mi y me saluda con un beso, ya le dije que no lo hiciera más y lo sigue haciendo.

Detrás de él, está Bastian, pasa por al lado como si nada y sigue de largo.

Estoy cansada de todo, ya no sé qué hacer, quería que quedáramos como amigos y no quizo. No puedo salir con él, después de lo que me hizo.

Salgo de clases y me encuentro con Keyla.

—¿A dónde vamos Mía?

—A Starbucks, ¿te parece?

—Si, me encantaría.

Empezamos a caminar y en la avenida encontramos el Starbucks.

Nos pedimos el mismo frappucchino de frutilla y crema y nos vamos a sentar a un sitio.

—¿Cómo la pasaste?

—Bien dentro de todo.

—Vi que estabas con dos chicos.

—Si, tengo un problema con esos dos chicos.

—¿Cuál?, bah, si querés contarme.

—Sisi, bueno, no sé por dónde empezar— me rio.

—Por donde quieras, podes confiar en mi.

—Bueno, hay un chico que se llama Bastian, que hace mucho me gustaba y me lastimó, y hay otro chico que se llama Nils que me gusta, pero es muy manipulador, obsesivo y eso.

—Te metiste en un lío— y se rie.

—Si, pero bueno, y nada, Bastian quiere olvidarse de mi, y Nils quiere estar conmigo.

—¿Y qué vas a hacer?

—No sé.

—Quizás no te decidís porque no queres estar con ninguno.

—Puede ser.

—O quizás no queres lastimar a ninguno, ¿ambos gustan de vos, no?

—Si, Bastian me confunde, no sé qué siento por él.

—Pueden gustarte los dos, ¿por qué no?

—Eso creo, pero de todas formas tengo que decidirme.

—Si, más que nada por los sentimientos.

—Si.

Tomamos nuestro frappuccino y nos vamos. Mientras caminamos seguimos hablando.

—Si querés puedo ayudarte con lo que necesites.

—¿Cómo me ayudarías?

—Hablando con alguno de los dos. Desde ahora sos mi amiga, haría cualquier cosa por vos.

—Ay, gracias, también te considero mi amiga. ¿A vos cómo te va con tu novio?

—Bien, ya llevamos 8 meses, y estamos re bien, lo conocí en una app que se llama c2.

—¿En serio? que bueno.

—Si, es único.

—Me imagino.

Llegamos a la entrada de la facultad y nos separamos.

—Bueno Mía, salimos otro día, pasame tu celular, así estamos en contacto.

—Dale.

Le paso mi celular y nos saludamos.

—Nos vemos— me dice.

—Nos vemos Key.

Se va y me cruzo con Nils.

—¿A dónde fuiste?

—Salí con una amiga, ahora me voy a mi casa.

—¿Te puedo acompañar?, quiero hablar de algo con vos.

—Si, pero ya sabes, calmado.

—Si, tonta.

Vamos caminando hacia mi casa.



El viaje de MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora