El viaje de Mía

No puedo

Entro a casa y me voy a mi cuarto, en eso suena el timbre, atiendo y es Bastian.

—Mía, abrime, hablemos.

—Estoy cansada.

—Un ratito.

Le abro y sube, cuando llega a mi puerta, entra.

—Decime lo que tenes que decir y andate porque no doy más.

—Te quiero.

—No podes quererme.

—Si puedo y lo hago.

—No sé qué decirte, no podemos estar juntos, estoy con Nils.

—Él no te quiere como yo, yo te conocí antes, sé muchas cosas que él no.

—Va a conocerme.

—Dejame quererte.

—No puedo.

—Dame una oportunidad, no se la des a él.

—No puedo Bastian, él me gusta.

—Yo también te gusto.

—Si, puede ser, pero vos me lastimaste, él no.

—Él es violento con vos, dejame.

—No lo sé. No estoy en un estado como para decidir.

Se acerca a mi y me abraza.

—Entonces tengo que olvidarme de vos— me dice abrazándome.

—No tiene que ser así, podemos ser amigos.

—No puedo ser tu amigo, te veo con otros ojos desde el día que te conocí.

—Perdón.

—Está bien pequeña, no te preocupes— y me suelta.

—Abrime así me voy, acordate de todo lo que te dije.

—Si.

Le abro y se va.