El viaje de Mía

Enfermedad

MIA PRICE

Ya se fue, estoy aliviada de que no haya pasado nada, no estaba lista, y encima me estoy sintiendo mal.

Me ducho, me cambio y salgo a buscar un taxi. No viene ninguno y siento que me mareo, no puedo mantenerme bien de pie. Todo gira a mi alrededor, se me cierran los ojos, veo a un grupo de amigos correr hacia mi, no otra vez, no otra vez...

Abro los ojos y estoy en los brazos de un chico que me sostiene la cabeza y una chica de la mano, los demás están al rededor mirando y preguntando si estoy bien.

—¿Qu... qué pasó?— pregunto tratando de levantarme.

—No te levantes, ya esta viniendo la ambulancia— dice el chico.

—Te desmayaste y justo estábamos cerca antes de que te caigas— dice la chica 

—Si, por suerte, sino hubiese dolido el golpe— dice un chico que esta parado enfrente mío.

—¿Cómo te llamas?— me pregunta la chica que también esta parada enfrente mío.

—Mía, ¿ustedes?— pregunto todavía un poco mareada.

—Lindo nombre, nosotros no importa, vos importas ahora, vamos a ayudarte, tranquila— dicen mientras cierro los ojos por un momento.

Momentos después, llega la ambulancia y me llevan al hospital Anchorena.

—Tiene falta de glóbulos rojos, por ende, tiene anemia— le dice a uno de los chicos me acompañó.

—Tiene que cuidarse, comer bien y tomar vitaminas— dice el médico.

El chico asiente y se queda con Mía.

—¿Dónde estoy?— pregunta Mía desorientada.

—En el hospital, te desmayaste y vine yo porque dejan subir a uno solo—dice el chico.

—¿Cómo te llamas?—pregunta Mía.

—Nils—contesta el chico.

—Que nombre único— dice Mía.

—Gracias, ¿cómo te sentís?— pregunta Nils.

—Mejor, gracias por ayudarme— responde.

—Por nada, era lo que había que hacer— y sonríe.

Nils es atractivo, tiene ojos marrones claros, y tez blanca, se viste genial, y es amable.