Capítulo I

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Todo comenzó desde que Jinyoung tiene uso de conciencia y su mente es capaz de almacenar recuerdos. Su madre siempre fue amiga de la señora Kim, Jinyoung no tenía nada en contra de la señora Kim pero el niño lleno de mocos a su lado era el problema. Porque él lo odiaba.

Jinyoung siempre fue un niño callado, cuando se asustaba corría buscando a su mamá y odiaba que los niños se sentarán a su lado en la caja de arena, pero este niño, Kim Seunghun, era todo lo contrario, amaba hablar y no paraba de hacerlo nunca, impresionaba a los chicos más pequeños todo el tiempo haciendo travesuras, era bastante escandaloso y sucio, lo cual no iba para nada con la personalidad de Jinyoung. Aunque sus madres intentaron siempre unirlos, eran como el agua y el aceite. Jinyoung nunca quiso jugar con el otro, pero la insistencia de sus madres solo logró molestar a Jinyoung y que solo con escuchar que mencionaran su nombre se enojara.

En su infancia estuvieron juntos siempre en el colegio masculino que sus madres habían escogido. En primaria donde se crean las primeras amistades Jinyoung tuvo muchos problemas, al ser un niño pequeño y de los que lloraban con frecuencia, no la tuvo fácil, muchos niños lo molestaban y aunque su madre le decía que se juntara con Seunghun, Jinyoung recuerda pensar que primero estaría con los matones que con el hablador de Seunghun.

Mientras tanto el otro chico era amigo de todos, siempre haciendo reír a sus compañeros durante clases, yendo a detención constantemente por alborotar al salón y haciéndole bromas a los profesores. Jinyoung no lo odiaba, no, odiar era un palabra muy fuerte pero definitivamente no lo quería para nada, era de esas personas que deseabas no estuvieran en el mismo curso porque entorpecian el trascurso de la clase. Sin embrago, Seunghun nunca intentaba hablar con él, desde el primer instante sabía que a Jinyoung no le gustaba su presencia, así que directamente no le dirigía la palabra a menos de que fuera necesario. Jinyoung sabía que esto frustraba a Seunghun que estaba acostumbrado a ser siempre querido y el centro de atención.

Cuando entraron a escuela media Jinyoung ya no lo odiaba, nunca lo hizo, pero ahora lo que sentía era completa indiferencia por Seunghun. Algunos dicen que lo contrario al amor no es el odio, sino la indiferencia, que era exactamente como se compartaba Jinyoung ante la existencia de Seunghun. Al fin y al cabo eran polos opuestos, sus madres ya no los forzaba a estar juntos, sabían que era una amistad que ya no podía ser. Inevitable.

En los momentos de preadolescia Jinyoung nuevamente tenía problemas, no era el tipo más atlético del mundo y en esta etapa los deportes lo son todo, sin embrago Seunghun era un as del fútbol, siendo elogiado por muchos de sus profesores, al saber esto su madre lo puso en clases especiales para continuar con su futura carrera como futbolista. Jinyoung sabía esto porque su madre le contaba, sin embrago esa pizca de información no podría importarle menos.

Jinyoung había hecho un amigo, Kim Yonghee, un adorable chico nuevo en el colegio, era bastante callado y normalmente permanecía calmado, a menos de que se tratara de matemáticas, que eran su más grande pasión y normalmente hablaba del tema muy entusiasmado, lo hacía infinitamente feliz y a Jinyoung le parecía bien esto, Yonghee era buen amigo y sobretodo buen sujeto, muy distinto a Seunghun, no que a Jinyoung le importara o estuviera comparando.

Cuando ya eran adolescentes Jinyoung se percató de su sexualidad, lo cual era normal a esa edad, primero lo tomó por sorpresa, saber que le atrian más las fotos de idols hombres que de hermosas mujeres en revistas pero no fue algo traumático ni inesperado para la vida de Jinyoung, al fin y al cabo lo más probable es que se quedaría solo, como siempre, tal vez Yonghee estaría en el cuadro, ya que Hee era buen amigo y Jinyoung podía vivir con la presencia del chico.

Entre los pasatiempos de Jinyoung estaba: leer manga, ver presentaciones de grupos k-pop en la TV y dibujar; Esto acaparaba la mayoría de su tiempo mientras no estuviera cuidando a sus hermanitos. A veces Yonghee venía a su casa a practicar para sus competencias de debate o solo a jugar video juegos, también a Yonghee le gustaba jugar béisbol de vez en cuando, y aunque a Jinyoung no le gustaba mucho siempre estaba dispuesto a jugar si Yonghee quería.

Durante ese tiempo la madre de Jinyoung le contó la triste noticia, Seunghun no podría seguir jugando fútbol, a pesar de que aún era joven y podría mejorarse completamente de su lesión más adelante, la falta de práctica lo haría menos apto que sus compañeros en el futuro, resultando en pérdida de muchas oportunidades y sobretodo de tiempo, sin mencionar que si seguía jugando su lesión podría volver y finalmente ser irreversible. Al principio cuando su madre le dijo Jinyoung no pensó nada hasta que luego de algunos meses Seunghun volvió al colegio pero ya no era el mismo, no era el niño alegre que Jinyoung había conocido toda su vida, ahora sus ojos no brillaban, ya no hablaba ni interrumpía la clase y sus amigos parecían preocupados, incluso los profesores les pedían que lo apoyaran para que no estuviera triste. En ese momento es que Jinyoung supo que Seunghun había perdido todo lo que a él le molestaba, pero por alguna razón no era nada gratificante.

Los años siguieron y entraron a último año de colegio, Seunghun ya no se encontraba especialmente triste, su lesión era cosa del pasado y su sonrisa había vuelto a su rostro, obviamente ya no era tan hiperactivo como durante su infancia pero Jinyoung sabía que todos debían madurar en algún momento, incluso Seunghun. Jinyoung nunca lo admitiría pero le alegraba saber que estaría bien.

Durante el último año Jinyoung tuvo su primer amor. Su nombre era Park Jihoon, estudiaba en una escuela cerca a la de ellos, lo había visto varias veces en la estación del autobús, el chico siempre estaba escuchando música, normalmente estaba solo pero a veces tenía a otro amigo que lo hacía reír y Jinyoung estaba celoso del desconocido, él también quería hacerlo reír.

Sabía su nombre porque lo decía la etiqueta de su uniforme pero Jinyoung no creía tener el valor de hablarle nunca. La vida da tantas vueltas que un día Jinyoung lo vio siendo cajero en un minimercado cerca de su casa, ese día Jinyoung estaba en pijama con un gran abrigo, solo había bajado a comprar una leche porque su mamá lo había obligado. Ese día Jinyoung hizo el ridículo enfrente de su crush pero su enamoramiento lo hizo volver a ir en repetidas ocasiones, esas veces mejor vestido, para solo verlo un poco más, incluso comprando las cosas más ridiculas.

El chico a veces entabalaba una pequeña conversación con él y finalmente, oh finalmente, Jihoon le pidió su número y así comenzaron a hablar por chat, las conversaciones duraban horas, Jinyoung nunca se había sentido así. Más tarde salieron en citas y formalizaron su relación. Jihoon fue su primer todo, su primer novio, su primer beso, la primera vez que tuvo sexo y sobretodo, fue su primer amor. Todos saben que esos primeros amores no duran en la mayoría de casos, en el caso de Jihoon si duró. A pesar de los sentimientos, Jihoon tenía un talón de Aquiles, su mejor amigo, su primer amor, Park Woojin, el chico que lo hacía reír. En todos sus meses de relación jamás dejó de hacerlo reír. Jihoon también fue su primer corazón roto.

Jinyoung recuerda con claridad el día que Jihoon le terminó, hacia frío y Jinyoung se encontraba en el parque cerca de su casa viendo a los niños jugar y pensando como es de fácil la vida cuando eres niño. Sus lágrimas no dejaban de caer y, aunque Jinyoung siempre supo que él no era el primero en el corazón de su (ex) novio, que se lo dijeran era muy distinto. Pensó en llamar a Yonghee pero no quería molestar a nadie, no quería saber nada más de nadie. Entonces vió a alguien acercarse.

-Oye, ¿estás bien? -era la última voz que Jinyoung quería escuchar en un momento como ese, Seunghun.

Jinyoung no levantó la mirada, sabiendo que se vería lamentable, sencillamente no respondió nada y solo miró al suelo. Al cabo de un tiempo sintió como Seunghun se sentó a su lado y solo espero en silencio hasta que las lágrimas de Jinyoung se secaron.

-No sé que te pudo haber pasado pero tranquilo, no es el fin del mundo, las cosas mejorarán pronto, lo prometo -le sonrió.

Jinyoung entonces lo miró y esa sonrisa burlona seguía en su rostro, pero esta realmente no era de burla, era una sonrisa tranquilizadora, lo decía sinceramente.

-No puedes prometer eso. -le respondió. Era la primera vez en años que Jinyoung le dirigía la palabra -No tienes forma de saberlo.

-Claro que sí, todo pasa eventualmente y si no, siempre puedes hablarlo, con tus amigos o conmigo -susurró- si prefieres.

Luego de eso Jinyoung se paró y se fue sin decir nada más, pero a pesar de todo el dolor por el que estaba pasando, sentía que definitivamente no odiaba a Seunghun.

Dime lo que piensas | BAEHUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora