Capítulo XXVI

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Las caricias de Seunghun le hacían cosquillas, pasaba sus manos lentamente por sus costados mientras Jinyoung lo besaba sin apuro. Era una noche de sábado y ninguno tenía que estar en ningún lugar, no había prisa ni tareas, era un momento que no tenían hace meses, Seunghun dejaba suaves besos sobre sus labios mientras terminaba de deshacerse del resto de la ropa que llevaban puesta.

El verano se acercaba por lo que las caricias era calidas y ligeras, Jinyoung empujó la frazada fuera de la cama porque estaba incomodando y hacia calor. Seunghun subió sobre su novio y con una sonrisa comenzó a dejar besos sobre su rostro.

Parecía una eternidad desde la última vez que había pasado esto, Jinyoung no iba a mentir, en los últimos meses por la fuerte tensión entre ellos, no estaban llevando una increíble o frecuente vida sexual y cuando lo intentaban parecía no surtir mucho efecto por lo que se detenían culpando la falta de tiempo, lo cual era extraño y fuera de lo común pero entendible por las circunstancias, pensaba Jinyoung. Finalmente, después de tanto tiempo, tendrían un momento para hablar con sus cuerpos e intentar mostrar sus sentimientos de este modo, como todas las veces. Tendrían todo el tiempo del mundo.

Al ya quedarse sin ropa Jinyoung se sentó contra la cabecera de la cama mientras Seunghun se acercaba y se apoderaba de sus labios nuevamente, cada vez más exigentes y sensuales. Jinyoung soltaba pequeños gemidos mientras la mano de Seunghun bajaba por su cuerpo para luego volver a subir lentamente, haciendo leves cosquillas y desesperando un poco a Jinyoung que tuvo que morder su labio suavemente para que tomara en serio su tarea y realmente fuera a tocarlo donde hacia tanta falta. Afortunadamente para Jinyoung, Seunghun no iba a negarse a complacerlo nunca.

Pasaron varios minutos y a pesar de que Seunghun hizo las caricias que siempre funcionaban con Jinyoung: no sucedía nada, no estaba funcionando. Seunghun se alejó de sus labios para ver mejor y luego lo miró sorprendido.

—¿Estas bien? —preguntó sin detenerse.

—Sí, sí, solo dame un poco más de tiempo —dijo entre leves gemidos intentando entrar en el ambiente adecuado. Esto nunca había pasado.

Seunghun lo miró escéptico pero continúo con la tarea en mano, literalmente. Sin embargo, nada pasaba, Seunghun lo miró un tanto frustrado luego de algunos minutos.

—¿Quieres que haga otra cosa? —intento salvar la situación luego de ver la expresión de mortificación en Jinyoung.

—No, no, esto debería funcionar... —suspiró mirando su entrepierna.

—Si no quieres hacer nada ahora está bien Baejin —dijo finalmente retirando su mano.

—Espera, no —lo detuvo sosteniendo su muñeca ahora preocupado— sí quiero, lo quiero más que nada, en serio —dijo casi en un chillido infantil— no sé qué pasa pero dame unos minutos.

—Esta bien amor, no te obligues, podemos hacerlo más tarde —le dijo con una sonrisa un tanto diferente a la usual.

—No me obligo, ¡quiero hacerlo! —repitió— y obviamente tú también —dijo mirando la entrepierna de Seunghun que con el paso de los segundos también perdía su emoción.

Seunghun suspiró y finalmente se alejó, remplazando la calida presión de cuerpos por el frío aire contra la piel de Jinyoung. Estaba completamente desnudo, queriendo obtener lo que llevaba esperando casi meses y su cuerpo no estaba respondiendo, no podía ser.

Seunghun volvió a tomar la frazada que se encontraba en el suelo y cubrió suavemente a Jinyoung para luego entrar en ella también, dejando algunos centímetros de distancia entre ellos.

—Mejor durmamos por ahora Jinyoungie —suspiró.

—No entiendo —dijo mirando al techo.

—¿Qué cosa? —le pregunto Seunghun recostado contra su almohada.

Dime lo que piensas | BAEHUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora