Capítulo XII

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Jinyoung continuó escabulléndose en las noches para estar con Seunghun, varias noches hablaban toda la noche hasta que Seunghun se dormía, otras solo veían películas en el computador de Seunghun mientras comían chatarra de la que Seunghun se quejaba pero igual comía sonriendo, o tal vez solo se besaban durante horas mientras se recordaban con cariño lo que sentían por el otro.

El sexo, lamentablemente para Jinyoung, no llegaba rápidamente. En varias oportunidades que se quedaban escasos de ropa, finamente Seunghun pedía suavemente que se detuvieran. Cada vez se veía un poco preocupado al respecto, Jinyoung no sabía si era por vergüenza o sencillamente falta de experiencia, pero Jinyoung le comentaba claramente que en el momento en el que él estuviera listo, Jinyoung podía estar desnudo en un segundo.

Igualmente no quería decir que no hacían absolutamente nada, sus manos y sus bocas teniendo más experiencia en el resto de sus cuerpos y aprendiendo a sacar los sonidos más eróticos de la boca del otro. Jinyoung disfrutaba infinitamente de ver el rostro de éxtasis y satisfacción de Seunghun, acompañado de alguna de sus pícaras sonrisas que Jinyoung tanto adoraba, los besos no parecían ser suficientes y Jinyoung no podía esperar a que fueran hasta última base y hacer sentir a Seunghun como se merecía, quería mostrarle todo lo que podía hacer para hacerlo feliz, pero estaría dispuesto a esperar todo lo que necesitara Seunghun.

Jinyoung era consciente de que tenían una relación muy melosa y no podía dejar de pensar en lo mucho que sentía, lo especial que era cada momento solo estando al lado de Seunghun, cuando lo veía reír con alguna película o cuando gritaba porque aparecía un bicho (el chico detestaba a los bichos) y Jinyoung lo rescataba como un príncipe de brillante armadura. Seunghun sonreía tímidamente cada vez que Jinyoung le hacía un cumplido y era su misión recordarle cada día las cosas que más le gustaban de él.

El hermano de Seunghun lo miraba con odio todos los días desde que fueron a la montaña y aunque Seunghun le advertía que no lo hiciera, el chico no se detenía, como un constante recuerdo de que no se merece a Seunghun…

Por otro lado sus propios hermanos se estaban dando cuenta, aunque al principio parecían confundidos ahora solo se encontraban curiosos y Jinyoung solo los dejaría en la incertidumbre un rato por pura diversión. Sin embrago, sus madres también parecían sorprendidas ante el cambio de dinámicas en esa relación, ya que bueno, Jinyoung accedía a hacer cosas cerca de Seunghun, un gran cambio.

Entonces llegó la pregunta de su madre mientras la ayudaba a cargar algunas compras en el mercado.

—¿Ahora eres amigo de Seunghun? —le preguntó mientras recorrían los pasillos.

Jinyoung pensaba contarle a su mamá pero repentinamente tuvo miedo, no de la reacción de su madre, más bien, de la reacción de la señora Kim.

—¿Por qué preguntas? —dijo fingiendo desinterés mientras veía la tabla nutricional del cereal.

—Bueno, en primer lugar accediste a venir... —comenzó— y también aceptas hacer actividades con él, antes no querías ni estar parado a su lado.

Jinyoung no pensó que hubiera necesidad de un detective para darse cuenta de eso.

—Sí —respondió simplemente.

Su madre obviamente no se quedaría solo con eso.

—¿Sí qué?

Jinyoung suspiró pensando en cómo comenzar esa conversación.

—Seunghun y yo estamos saliendo —dijo finalmente.

Su madre soltó la bolsa de arroz que sostenía. "¿Inesperado mami?" pensó Jinyoung.

—¿Desde cuándo? —le preguntó aún sorprendida.

—Oficialmente desde hace algunas semanas… pero hemos salido por un tiempo —explicó.

Su madre parecía no poder creerlo pero enseguida comenzó a reír.

—Dios, su madre te va a matar —le dijo entre risas.

Jinyoung entonces subió una ceja realmente confundido.

—¿Sabes que Seunghun lleva encaprichado contigo toda la vida?

Jinyoung se sentía un completo idiota, como la última persona que se había enterado de todo, una broma que todos habían entendido menos él. Su madre vió entonces su rostro un poco enojado.

—Oh, Jinyoungie no te enojes conmigo.

—¿Desde cuándo lo sabías? —le preguntó en cambio.

—No lo sé, desde hace algunos años parecía muy obvio, finalmente un día su mamá me lo confirmó cuando comenzaste a salir con Jihoon.

—¿Ella realmente sabe? —preguntó ahora asustado.

—Claro, una madre lo sabe todo —le dijo con un guiño.

Jinyoung continuó callado durante algunos pasillos procesando toda esa información porque parecía que era el último idiota en saberlo.

—¿Crees que se enojará en serio?

Su madre entonces lo miró sonriendo dulcemente.

—Tal vez al principio no confiará en tí, es decir hace solo unos meses esto parecía imposible... pero ¿Realmente te gusta? —le preguntó su madre riendo.

Jinyoung asintió mirándola fijamente.

—Que lindo el amor joven —suspiró.

—Changhun me odia porque no cree que lo quiera realmente.

Su madre río ahora fuertemente.

—Bueno, tienes que redimirte —le dijo.

—¿Cómo?

—Por ahora lo estás haciendo bien tratando mejor a Seunghun —continuó caminando— ahora solo tienen que decirlo públicamente en familia —entonces de detuvo— digo si esa relación es en serio...

—Es en serio —dijo pensando que era más en serio que cualquier cosa en serio en su vida.

Su madre sonrió y siguió sin hablar más del tema. Jinyoung continuó pensando en cómo le diría a la señora Kim sin perder la cabeza en el proceso, Seunghun realmente debió ser obvio si todos sabían... Nuevamente sintió que todos tenían razón, Seunghun merecía tanto y se había quedado atorado en esos sentimientos no correspondidos.

Su novio siempre le decía que no importaba que no fuera correspondido en el pasado, solo importaba el presente en el que Seunghun podía ver sus sentimientos en palabras y acciones.

Para aumentar la tristeza de Jinyoung, las vacaciones se estaban por terminar y Jinyoung sufría pensando en que por más que lo deseara el verano no podía ser eterno.

—Seguiremos juntos todo el tiempo que quieras, no tienes que esperar a que el tiempo se detenga —le dijo Seunghun una tranquila noche en la que veían las estrellas desde su venta.

Dime lo que piensas | BAEHUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora