—¿Has vuelto ha ser besado?
Quien portaba un manto oscuro y escaso en extensión sobre su cabeza, comenzó a toser de manera frenética, procurando que ningún diminuto trozo de comida abandonase su cavidad bucal como que su blanquecino rostro, no ardiese.
Notoriamente conmocionado miró a su progenitora, ésta tenía sus medianos ojos clavados en su persona, analíticos y, ligeramente, divertidos por su reaccionar.
«¿Cómo...?».
—Tus ojeras son asquerosamente notorias.— murmuró la mujer, guardando su móvil y viendo, más seriamente a su único hijo—. Además, pasas más tiempo perdido en tu mente y en vaya uno a saber qué, que centrado en tu entorno y en lo que te estaba contando.
—Bu-bueno... eso, los estudios.— susurró de manera torpe y evasiva—. Sí, lo estudios están siendo sofocantes.
La mujer carcajeó y negó con suavidad—. Aquella vez cuando me lo contaste, lucías igual. Tal vez igual no, menos perturbado. Obnubilado.
—No es por eso...
—¿Quieres decir que sí has sido besado de nuevo?— inexorablemente, el rostro entero de Hongjoong ardió, un intenso y caliente carmesí le decoró y en su blanca piel se posó. Insistente—. ¡Lo sabía!, sí que eres despistado por no decir tonto ¿eh?
—No hablaré sobre eso.— masculló entre dientes, devorando con verdadero fervor su desayuno.
—Oh vamos, cariño, no tienes que avergonzarte de ello.— repuso su alegre progenitora, complacida de haber acertado.
—No insistas, no te contaré.
—Estuviste nueve meses en mi vientre, te he criado. ¿Por qué tan reticente a contarme?, soy tu madre por los cielos.
Los labios del único adolescente allí, se torcieron en una notoria mueca. Sencillamente no sentía que su madre y él tuvieran ese grado de confianza y unión. Ese nivel de estrechatez.
Eran cercanos y solían conversar del desempeño del pelinegro en clases, de qué tan bien o mal había sido su día, de qué cosas habían hecho él y su único amigo, Seonghwa. Pero de nada más.
Triste o no, así era su relación.
—Sólo no me siento cómodo.— replicó en lugar de expresar la repentina y franca respuesta que surcó sus confusos y revueltos mares mentales.
—¿Por qué?
—Porque es de un chico de quien hablamos— bufó y su desayuno a medio comer, apartó—, deberíamos estar hablando de que besé a una chica. No que un estúpido y, descomunalmente, alto chico me robó mis primeros besos.
Sonhee enarcó su, perfectamente, delineada ceja ante la despistada revelación contraria—. ¿Besos? ¿así que has sido besado varias veces?
Tras palmear su rostro, asintió—. En serio, no quiero hablar de ello y...
—¿Por qué no le dices que no te gusta?
«Ja, como si no lo hubiera hecho ya. Ese bastardo...».
Inexplicable como inesperadamente, a las turbadas y revueltas aguas mentales de Hongjoong, vinieron las veces en que él, con un tono que consideraba firme y seguro, había exclamado no ser gay, en las que había proclamado sentir desagrado hacia su verdugo y disgusto por sus accionares que iban por encima de sus palabras y deseos propios.
Y a pesar de todo eso, no recibía más que burlas malintencionadas y constantes interrupciones como besos. Aunque sólo habían sido cuatro, seguían siendo besos. Plural.
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No me delates | [MinJoong +18]
FanficRobar las respuestas de un examen era un acto sancionable y grave, eso no evitó que la desesperación más pura de Hongjoong le obligase a hacerlo. Su torpeza no evitó que Mingi lo supiera. Y es así como los acontecimientos más irreales e hilarantes...