❈•≪Epílogo≫•❈

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«Oh por favor, un respiro. Sólo quiero un respiro y ducharme».

Hongjoong lloriqueó apenas cruzó la entrada de su departamento y sintió su móvil vibrar, cerró la puerta y se dejó caer en su frío suelo. Dejando pasar un minuto que no sirvió de mucho. Para nada. Él no se calmó y su móvil no dejó de sonar.

Hola.

¿Llamo en un mal momento?— inquirió la castaña al otro lado, enarcando una ceja.

Hongjoong suspiró con profundidad y procedió a quitarse su calzado—. No es el mejor.

¿Otra discusión?

El ahora pelirrojo volteó sus ojos—. No. No discutimos todo el tiempo mamá.

Sonhee rió, falsamente divertida—. Discutieron tres veces este mes, Hongjoong.

La convivencia no es fácil.— se excusó con un ademán que sólo él vio.

No llevan conviviendo una semana.— objetó la castaña sin más.

Tampoco diez años.— masculló al enderezarse, observando su oscuro entorno con su ceño cada vez más fruncido—. Y la ropa sucia no es una tontería cualquiera que voy a soportar.

Es joven todavía, hijo.

Hongjoong se encaminó hacia la cocina y la luz allí encendida le engañó, porque estaba completamente vacía.

¿Por qué lo defiendes?— inquirió al encaminarse hacia el microondas en busca de comida—. Yo soy tu hijo.— sentenció al no encontrar nada allí.

Ya te lo dije hace años atrás. Me agrada.— musitó con ligereza, encogiéndose de hombros en la soledad de su sala—. Realmente Mingi me agradaba entonces y me sigue agradando ahora.

Pues te sigue agradando un sucio desconsiderado.

Sonhee rió con suavidad, divertida con la actitud de su único hijo y sorprendida de que no hubiera cambiado con el pasar de los años. Aunque ella era un adulto y seguía comportándose fuera de ese molde que había sido establecido para alguien con su edad. Así que se lo perdonaba.

A Mingi no le sentarán bien esas palabras.— advirtió la mujer, aún divertida.

El de hebras intensamente rojas, resopló y abrió su nevera—. No será su primera vez escuchándolas.

¿Seguro que no discutieron?

Hongjoong rodó sus ojos y se enderezó al coger una manzana. Sus discusiones con Mingi ni siquiera le irritaban, comúnmente lo tornaban apático y se decaía bastante y ya. Lo que era más preocupante, pero no lo irritaban.

No, simplemente es el clima.— respondió mientras escrutaba la fruta. Encogiéndose de hombros ante su vaga resolución, le dio un mordisco—. Pero estoy seguro que no llamabas para saber si discutimos o no, ¿qué sucede?

¿Qué sucede?, la última vez que me llamaste fue hace dos meses, Hongjoong.— recriminó la mujer, repentinamente indignada—. Mingi me llamó hace menos de un mes y Seonghwa hace dos semanas.— prosiguió con exasperación—. Si tienes una excusa me interesaría oírla.

Hongjoong se golpeó la frente con el dorso de su mano y mentalmente se encargó de insultar a los dos chicos nombrados.

Lo siento, pero mi café requiere atención...

No me delates | [MinJoong +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora