—¿Cuándo se harán novios?
Mingi sintió su garganta cerrarse y como su desayuno se estancaba a medio camino, ahogándolo. Con una mano cubrió sus labios mientras que, inevitablemente comenzaba a toser. Su padre rió por lo bajo y estirando su brazo, golpeó su espalda varias veces.
—¿Cómo?— inquirió el pelirrojo hacia su madre. Su voz sonando rasposa por el brusco tragar de los alimentos apenas masticados.
—Ya sabes, tú y Hongjoong.— musitó mientras bebía de su jugo de naranja—. ¿Cuántas citas han tenido ya?— cuestionó con suave curiosidad al ladear su rostro.
—Cinco.— respondió tras carraspear, su garganta dolía.
—¿Cinco?— su madre se mostró honestamente sorprendida. Abriendo sus medianos ojos—. Tu padre y yo tuvimos tres citas, sumamente genéricas antes de formalizar.
—¡Oye!
La mujer miró al hombre en cuestión y sonrió—. No te ofendas, querido. Es la verdad.— murmuró tras realizar un desinteresado ademán—. Me has hablado tanto de él y llevaban tanto tiempo juntos que es curioso.— murmuró al volverse a fijar en su alto hijo—. Además de peculiar.
—¿Peculiar?— inquirió el pelirrojo al ladear su rostro.
—Peculiar.— repitió afirmativa—. Y tal vez sea muy anticuada o quizás, prefiera lo genérico. Como las citas con tu padre.— bromeó consiguiendo un resoplido por parte de su esposo—. Pero llevaban conociéndose por... ¿seis meses?— Mingi negó y la corrigió, susurrando «siete»—. Se conocen hace siete meses, ¿por qué hasta ahora tienen citas?
Mingi sintió sus mejillas arder y bajó su mirada, jugando con su desayuno. Repentinamente cohibido.
Su madre no era muy curiosa y sólo preguntaba por aquello que llamara su atención, o por aquello que le preocupara con respecto a su juvenil vida. Un ejemplo claro era su tarea, realmente se aseguraba de que la hiciera. Porque como ella siempre le decía; «estoy criando a un chico responsable no a un vago mantenido». Sus notas eran buenas por lo que, no se preocupaba demasiado. Sólo lo necesario. Cuando su ánimo no era el mejor, buscaba animarlo. Y usualmente pedía hablar con San, para saber cómo estaba y qué tal iban sus notas, además de cuestionar si estaba comiendo con propiedad. Porque; «San, estás demasiado delgado cariño. Necesitas energía, ese club tuyo es muy exigente».
Así que, podría decirse que su madre se inmiscuía en su vida lo necesario. Menos en el aspecto romántico de ésta. En realidad, hasta el año anterior sí lo hacía, pero se desentendió tan pronto consiguió valor como para confesarle que también le atraían los chicos.
Fue un año tenso, no iba mentir pero tampoco a exagerar. Su relación no había cambiado demasiado, simplemente ya no compartía con ella nada que tuviera que ver con el chico con el cual salía en aquel entonces. Recurría a su relajado padre y para él estaba bien así. El hombre bromeaba demasiado la mayoría del tiempo pero tenía buenos consejos que brindarle y eso le servía. Viendo el lado positivo de la situación, su relación padre e hijo se fortaleció aún más. Al punto de que, por primera vez, su padre lo consoló apenas obtuvo su primera desilusión amorosa a manos de un lindo chico. Fue un día amargo pero memorable.
Y si su madre ahora volvía a mostrar interés por su vida amorosa, era porque en silencio, había roto con sus propias barreras mentales. O con la mayoría de ellas. Además, encontraba a Hongjoong demasiado lindo y se había hartado de escuchar sus murmullos con respecto al pelinegro y no comprender a qué se referían con exactitud.
—¿Mingi?
El nombrado parpadeó varias veces y alzó la mirada, confundido—. ¿Qué?
—Te hice una pregunta.
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No me delates | [MinJoong +18]
FanfictionRobar las respuestas de un examen era un acto sancionable y grave, eso no evitó que la desesperación más pura de Hongjoong le obligase a hacerlo. Su torpeza no evitó que Mingi lo supiera. Y es así como los acontecimientos más irreales e hilarantes...