Bruscamente y notoriamente sobresaltado, Hongjoong se enderezó en su cama, sus cabellos revueltos y hechos un completo caos, dispersos en todas direcciones mientras que, su adormilada expresión fue suplantada por una de alerta y desconcierto.
Parpadeó y vio a todos lados en su habitación, aún estupefacto, intentando de enfocar su cansada vista mientras intentaba también, que su cerebro se pusiera en marcha y funcionase con propiedad.
Un fuerte sonido le había despertado y ahora, luego de su exaltado reaccionar, no había más que silencio en su habitación y nadie en ella, no había absolutamente nadie, porque sí, por un corto lapso de tiempo, a su mente se le ocurrió, otra vez como hace tiempo atrás, que alguien se había colado en su habitación. Pero no había nadie.
A veces su mente tendía a ser muy activa.
Suspiró y se hizo hacia atrás, golpeando su espalda, secamente contra su colchón, hundiéndose en éste y su comodidad. Parpadeó varias veces más y cerró sus ojos, dispuesto a volver a conciliar el sueño, pero, inesperadamente, aquel fuerte sonido que le había despertado minutos atrás, reapareció. Inundando el silencioso lugar con un fuerte y predeterminado sonido.
Una llamada.
Brincó y con su corazón galopando en su pecho, se enderezó, buscando su móvil y tomándolo con brusquedad.
—¿Sabes qué horas son?— masculló con sus dientes apretados, animoso.
El chico al otro lado de la línea, rió—. Sí, ¿y tú?— el pelinegro balbuceó, no tenía idea pero estaba cansado y solía ser irritable temprano por la mañana, por lo que, ¿era temprano, cierto?—. Son diez y media, Hongjoong.
El aludido infló sus mejillas, no era tan temprano como pensaba—. ¿Y eso qué?, es sábado, Mingi y estaba durmiendo. ¿Qué quieres?— cuestionó y se volvió a dejar caer sobre su colchón, clavando sus ojos en su ordinario techo.
—¿Por qué debería de querer algo?
—Porque rara vez me llamas y es sábado, no lo sé.— musitó y sus hombros sacudió, desganado.
—Quizá sólo quería hablar contigo, decirte buenos días.
Y el chico de lechosa tez que yacía sobre su propia cama, sereno, algo adormilado pero completamente relajado, ardió. Su temperatura se elevó en demasía como su blanca tez pasó a ser de un intenso carmín, su tranquila respiración se cortó y su pobre corazón, enloqueció. Pasando a martillar con desespero, resonando en su pecho con fervor.
«Sus palabras no deberían emocionarme tanto, mierda».
—No lo has dicho.
Aunque la primera opción que surcó su fundida mente fue la de insultarle y decirle que no dijese tonterías tan temprano por la mañana, aunque, valga la redundancia, no fuera temprano por la mañana. Eso no fue lo que terminó saliendo de sus coloridos labios.
Sino que, tímidamente y con su voz estrangulada por los repentinos nervios, pronunció en un bajo tono, en uno demasiado bajo, que había dicho muchas cosas, menos lo que, supuestamente, había motivado a su llamado.
Al otro lado, Mingi sonrió, encantado y, extrañamente complacido. Le encantaba el Hongjoong antipático, el que gruñía, el que a veces quería golpearlo pero terminaba optando por insultarlo, el que era reticente y un poco malhumorado.
Pero sin dudas, su versión cohibida y tímida, era aún más encantadora. Aún más brillante.
—Buenos días, Hongjoong.— pronunció con ligereza, endulzando su tonto con notoriedad.
ESTÁS LEYENDO
No me delates | [MinJoong +18]
FanficRobar las respuestas de un examen era un acto sancionable y grave, eso no evitó que la desesperación más pura de Hongjoong le obligase a hacerlo. Su torpeza no evitó que Mingi lo supiera. Y es así como los acontecimientos más irreales e hilarantes...