La garganta de Hongjoong se secó, su rostro se calentó y sus manos comenzaron a sudar, sacudió su cabeza con ligereza y apartó la mirada.
En su vida se vio pensando de esa forma de un chico, y mucho menos ver a uno de esa forma..., ten indecorosa. Lasciva.
Estaba avergonzado por el afloramiento de su, supuesta, verdadera naturaleza.
«Vaya pensamientos más heterosexuales te cargas, ¿eh?».
Nervioso movió su pierna y, sin poder evitarlo, sus ojos volvieron a su centro de interés; Mingi. Educación física no era una materia que le desagradase, como a muchos otros, pero tampoco le apasionaba lo suficiente. Era bastante indiferente con respecto a la misma. Hacía lo que debía y ponía esfuerzo, y ya. No más.
Pero ahora mismo, quería huir y no estar en aquel cerrado gimnasio. Viendo como el grupo de Mingi y éste realizaban sus actividades hasta que les tocara a ellos, puesto a que habían salido temprano de una clase y fueron mandados, directamente, al gimnasio para que no vagasen por los pasillos, patios o la cafetería misma.
Sus ojos no se despegaban del alto, ni de su rostro ni de su anatomía. Estaba en un partido de básquetbol con sus compañeros, no era malo pero tampoco era el mejor, honestamente. Tampoco es que estuviese prestando atención al partido en sí, no, en lo absoluto. Sólo al alargado chico.
En sus rojizas hebras pegadas a los laterales de su rostro, el pequeño y perlado sudor en su frente, brillando. Presente. En su concentrada expresión, seria y afilada. Sus descubiertos brazos, tensados y bien moldeados, bellamente torneados. Relamió sus labios y bajó, a sus desnudas piernas. Ya las había sentido pero jamás visto, y sin dudas era igual de fascinante. Sus muslos eran grandes, fuertes y firmes, delineados a la perfección. Resaltaban, y eso te obligaba a verlos. La parte inferior, cada vez que Mingi pisaba, sus músculos se marcaban, reluciendo la dedicado trabajo que tenían encima.
Estaba fascinado. Encantado con su anatomía.
Suspiró y suaves palmadas se dio en el rostro, queriéndose deshacer de aquellos pensamientos y lujuriosas visiones que tenía del menor en su mente. No quería tener problemas antes de que la clase comenzase.
El silbato sonó y lo observó caminar hasta donde estaban el resto de sus compañeros, consiguiendo distinguir una pequeña silueta a su lado, el rubio que se le acercó hace una semana y poco más. San.
Ambos se veían agitados y cansados, el más bajo bebiendo de su agua con tranquilidad y cierta elegancia mientras que Mingi, siendo un completo desastre. Tirando gran parte del líquido sobre su roja remera, llegando a beber una escasa, realmente miserable cantidad.
Rió y meneó su cabeza, divertido. Parecía más torpe allí que a su lado.
—Parece alguien sociable.
Hongjoong arrugó su ceño y volteó hacia su compañero algo confundido, hasta que miró donde éste le señaló y comprendió. Todos se estaban dispersando, menos el alto que aún se mantenía estático, junto a su rubio amigo, hablando con un grupo de tres sonrientes chicas. La que se encontraba en el medio parecía estarle coqueteando, apartó su mirada y se encogió de hombros.
—Todos los somos a nuestra manera.
Lee arrugó su ceño y no respondió. Tampoco tuvo tiempo, el profesor había sonado su silbato y ordenado a que se acercarán, por lo que, no hicieron más que obedecer, bajando de las gradas y yendo hasta el hombre en buena forma.
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—Hongjoong-ah, cómprame algo.
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No me delates | [MinJoong +18]
FanficRobar las respuestas de un examen era un acto sancionable y grave, eso no evitó que la desesperación más pura de Hongjoong le obligase a hacerlo. Su torpeza no evitó que Mingi lo supiera. Y es así como los acontecimientos más irreales e hilarantes...