El chico de baja estatura y lechosa tez, bufó. Su labio inferior mordisqueó con insistencia mientras sus orbes se mantenían fijos en el camino tras su persona, aquel que había recorrido hacía pocos minutos y no era transitado por nadie.
Sus brazos cruzó y, consciente como insistente, su pie comenzó a golpetear el gris asfalto. Nervioso y notoriamente impaciente. Pues, tenía muchos desperfectos y la escasa paciencia, lastimosamente era uno de ellos.
Para distraerse centró su vista en el cubierto y poco iluminado cielo, era temprano por la mañana así que, no sólo las personas estaban apenas despertando, el no muy brillante cielo, también. Razón por la cual aquel, infinito manto, lucía más un lúgubre y tenue gris que un distintivo y colorido celeste. Éste aún dormía, como el sol, el cual aún no se alzaba ni surcaba su reino, el cual se componía de un basto cielo como territorio, y las nubes, como sus irregulares y pocos definidos habitantes.
Sin dudas la vista le apaciguó, pero no lo suficiente. Bruscamente metió la mano dentro del bolsillo trasero de su tejano y su móvil sacó; 7:07 am. Lo primero que sus ojos vieron, ahora y siempre, la hora. Anunciándole en silencio que, llevaba esperando por el alto, seis minutos.
Seis minutos que sentía como quince o veinte.
Resopló y su cabeza meneó, era temprano por la mañana y el pelirrojo, sin siquiera estar a su lado, ya estaba haciéndole perder los estribos. No podía creer aquello. Ciertamente no podía.
Y antes de que él, motivado por la más pura y notoria impaciencia, mandase un mensaje, recibió uno. Bueno no, al principio pensó que era uno, pues su cerebro se concentró, únicamente, en la vibración que su aparato hacía y no en el texto que en aquella brillante pantalla aparecía.
Minky^^; llamada entrante.
Dudó, pero al final aceptó y más que rápido se llevó el móvil a la oreja.
—Buenos días.
«Mierda, mierda, mierda y más mierda».
Los vellos de su nuca y brazos, se erizaron sin su consentimiento. Sin él esperarlo o quererlo. Como también, su cuerpo se sacudió, intimidado. La voz del alargado chico sonaba, notoriamente, más grave y ronca, siendo la primera vez que Hongjoong la escuchaba de esa forma.
Le jodía reconocerlo, pero era tan peculiar como atractiva.
—Sí, sí, cómo sea. ¿Por qué aún no llegas?— poco le importó ser hosco y sonar descortés, él sólo quería ir a clases de una buena vez, pero claro, si su verdugo no estaba allí, le era imposible. Estaba obligado, por una estúpida falla de su parte, a obedecerle.
La risa al otro lado de la línea le fastidió, por ser burlona y grave—. Siempre igual, tan cálido y afable como una patada en el culo proporcionada por un semental con pinchos en sus herraduras traseras. Encantador.— aunque resopló, Hongjoong decidió ignorar el sarcástico comentario del contrario, esperando a que respondiese a su pregunta—. Me he dormido— victorioso, el bajó sonrió. Tenía su respuesta y sin necesidad de volver a expresarla, estaba satisfecho—, no oí la alarma y mi madre se durmió también.
—No culpes a tu madre, ya estás grande para que te estén llamando.
—Sigo siendo su hijo y responsabilidad, aún no cumplo la mayoría de edad.— cantarín respondió, recibiendo un chasquido como respuesta—. Como sea, tengo que ducharme y buscar el uniforme, no desayunaré pero aún así, llegaré tarde.
Hongjoong alejó el móvil de su oreja y visualizó la hora en su encendida pantalla; 7:13 am. Claramente llegaría tarde, aún si no se duchaba. No había forma de evitar aquel hecho.
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No me delates | [MinJoong +18]
FanfictionRobar las respuestas de un examen era un acto sancionable y grave, eso no evitó que la desesperación más pura de Hongjoong le obligase a hacerlo. Su torpeza no evitó que Mingi lo supiera. Y es así como los acontecimientos más irreales e hilarantes...