Capítulo II

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Toranosuke PoV

Desperté al día siguiente a las 7 am, note que Yoichi ya se había levantado, olfatee un poco y descubrí donde estaba, sin mas me levante de la cama y me fui a dar una ducha. Fue una noche alocada y salvaje la que pase con mi lobito, una de las tantas que tenemos menudamente.
Tras ducharme y vestirme con ropa algo sencilla, ya que no iríamos a trabajar por que planeábamos ir a buscar un orfanato para adoptar o mínimo iniciar los tramites de adopción; llegue a la cocina y como de costumbre, abrace a Yoichi por las espaldas.

—Buenos días mi amor.—le mordí su oreja derecha y comencé a ronronear.

—Hasta que despiertas, bello durmiente.—dijo el riendo tiernamente.

—Oh, vamos Yoichi, no es tan tarde.

—Lo se, sabes como exagero a veces las cosas.—me dio un beso en la mejilla, lo que hizo que ronroneara mas. —Amo tu ronroneo.

—Y yo te amo a ti.—hice que se diera la vuelta para después tomarlo de la cintura y mirarlo fijamente a los ojos con una sonrisa.

—Travieso, deja te sirvo el desayuno y tu café.—sonrió aquel lobo muy sonrojado y moviendo muy rápido su cola. 

—Primero te daré tu beso de buenos días, tu nalgada y después almorzaremos juntos ¿Te parece?—Antes de que el pudiera responder, me acerque lentamente a su hocico cerrando mis ojos para después comenzar a besarlo. El siguió el beso muy sonrojado, con sus ojos cerrados y abrazando mi cuello con sus brazos . 
Después de un pequeño rato, nos separamos del beso, extendí mi mano para darle una fuerte nalgada, a lo cual dio su habitual gemido de uke que tanto me enamora y me vuelve loco; el muy sonrojado y casi encogido de hombros como si fuera un cachorro de 8 años avergonzado, me abrazo brevemente y procedió a servirme el desayuno, el cual fueron huevos con tocino y mi taza de café; decidí servirle su plato y su taza y llevarme su parte a la mesa.
Nos sentamos a desayunar, y nos pusimos a charlar un poco sobre que hijo adoptaríamos, quedamos de acuerdo que sería un cachorro macho, pero la especie del mismo estaba en debate aún.

—¿Y si adoptamos un toro o un águila?—pregunte mirándolo. 

—No lo se, un toro sería muy herbívoro y aparte creo que necesitaría un lugar tranquilo para crecer con calma y no todo enojado o de fuerte temperamento, en el caso del águila, hay que enseñarle a volar y si a duras penas sabemos caminar sin caernos.—respondió.

—¿Un felino grande?

—Ya tengo suficiente ronroneo contigo, cariño.—dio una pequeña risa. —¿Otro canino?

—Un perro no, peligro me aporrea por toda la casa.—respondí para después pensar un poco. —Quiero que sea una especie valiente, leal, pero a la vez de vez en cuando no le moleste la soledad.—Dicho eso, dirigí la mirada hacia mi amado lobo, el cual con la cabeza ladeada hacia la izquierda en señal  de duda, me miraba fijamente sin entender lo que yo decía.

—¿Te refieres a otro lobo?—pregunto el aun confundido

—Por supuesto, seria un gran honor ser el padre de un lobo, ya que ahora soy esposo de uno.—di una sonrisa sonrojado y mire como Yoichi se sonrojaba demasiado al punto de cubrir su cara.

—E-Esta bien lindo.—dijo en un tono de voz mi lobito, podía sentir sus nervios pero a la ves su alegría.

Al cabo de un rato terminamos de desayunar, Yoichi se levanto para ir a vestirse y yo levante los platos de la mesa para después ir a limpiarlos, estaba cada vez mas emocionado para ir a buscar el orfanato, deseaba que el tiempo pasaba mas rápido. Sin mas termine de limpiar los platos que se habían usado, me fui a la sala y en ese momento Yoichi ya iba para la sala al mismo tiempo que yo, confirmando que estaba listo, nos dispusimos a salir del departamento para después bajar a la calle principal y caminar por la misma.

—¿Deberíamos pedir un taxi?—pregunto mi lobo algo pensativo. —No sabemos que tan lejos pueda estar el orfanato.

—Pues no veo ninguno cercas, pero si, tienes razón amor, mejor pedimos un taxi.—respondí y cuando me disponía a sacar mi celular, se estaciono un taxi frente a nosotros, pero al ver la cara del conductor, decidimos recharazarlo, tenía cara de alguien que roba al azar y hace daño. Solo vimos como al ser rechazado, hizo una mueca de disgusto y se retiro en su vehículo.

—Ese si tenia cara y ganas de asesinarnos.—dijo Yoichi apegándose a mi.

—Ni lo menciones, por eso mejor ni me acerque a la ventanilla, peligro si me enseñaba la navaja y me robaba todo.—dije en tono de broma para calmar a mi lobo, pero al verlo a los ojos el tenia una cara de que ese chiste no le había causado nada de gracia.

Sin mas simplemente le di un beso y me dispuse a llamar a la centras de taxis, y al cabo de unos cuantos minutos, había llegado. Al verle la cara al conductor se veía alguien serio, pero el recibimiento que nos dio nos relajo un poco, así que sin mas, nos subimos en la parte trasera del vehículo y el mismo comenzó a recorrer su camino apenas cerramos la puerta. Le indicamos que nos llevara al orfanato, y el mirándonos de reojo por  el retrovisor asintió, creo que supuso o pensó a que iríamos, pero no dijo nada y siguió con su recorrido. Mientras nosotros mirábamos por la ventanilla los edificios que se acercaban y alejaban mientras el vehículo se movía, por mi parte me imaginaba teniendo ya a mi pequeño hijo en mis brazos y teniendo esa familia que alguna vez me llegue a imaginar muchos años atrás pero los olvide con el tiempo cuando mi adolescencia llego, época en la que tuve miedo por el rechazo de mis padres, pero gracias a Yoichi tome valor para decirles a ellos quien soy y como me gusta ser, y ese peso de encima se había desaparecido.
Tras un largo recorrido de unos 25 minutos aproximadamente,el taxi nos llevo a nuestro destino, Yoichi se bajo y yo pague la cuota del viaje, a lo que el conductor con unas palabras de aliento y deseándonos buena suerte, me dio el cambio y después de que me bajara y cerrara la puerta, el condujo de nuevo hasta alejarse de nosotros.

—¿Todo bien amor?—pregunte viendo a Yoichi mientras este miraba el edificio algo nervioso e inseguro.

—¿Y si nos rechazan por ser como somos? ¿Y si nos niegan el derecho a formar nuestra familia?—preguntaba muy nervioso y agachando sus orejas.

—Si pasa eso, no vamos a dejar que hagan lo que quieran por ser "normales".—lo tome de las manos, haciendo que me mirara a los ojos. —No repitas el error de callarte y aguantar todo lo malo, recuerda que a tus 16 años te paso que te molestaban mucho y nunca le decías nada a nadie, ni siquiera a mi, me tenia que enterar por mi cuenta o por gente que conocía en la escuela.

—Tengo miedo amor.—se acerco a mi y me abrazo, a lo cual decidí abrazarlo también y acariciar sus orejas.

—Eres muy inseguro, pero vamos lobito, aquí estamos los dos juntos, yo también estoy inseguro y con miedo de que nos rechacen, pero si seguimos así,  no vamos a lograr nuestra meta y deseo de formar una familia, así como planeábamos hacerlo años atrás ¿Lo recuerdas?

—Lo recuerdo.—dio una pequeña risa tierna y después un gran suspiro, con el cual se puso en un modo decidido. —Vamos entonces amor.

Que gusto me dio escuchar decir eso a Yoichi, no había duda de que ese lobo sera mi primer y ultimo compañero en la vida; sin mas decidimos acercarnos a la puerta y tras tocar la misma, esperamos unos momentos hasta que alguien nos recibiera. 

Looking Be Myself II (Furry/Yaoi)Where stories live. Discover now