Looking Be Myself II (Furry/Yaoi)

Capítulo IX

Mikey PoV 

Y así como pase parte de mi infancia siendo discriminado por ser hijo de dos homosexuales, pase la infancia cambiando de escuela con el fin de encontrar alguna donde se enfocaran en el respeto y no en las imagen de los alumnos, también mis padres me inscribieron a un lugar donde entrene kickboxing, mi entrenador fue un toro bastante musculoso, que al enterarse de mi historia, puso mucha dedicación en mi, recuerdo ese primer día que entre, cuando los chicos y chicas que entrenaban ahí vieron que aquel lobo y tigre eran mis padres, comenzaron las burlas, pero mi maestro los puso en su lugar con un regaño y un castigo, y solo basto con eso para que me respetaran. En torno a la escuela, fui inscrito en una escuela publica, donde finalmente pude seguir estudiando mi educación primaria con tranquilidad y sin temor a ser discriminado, al contrario, me respetaban gracias a que la gran mayoría de mis compañeros no tenían ideas retrogradas y venían de familias ignorantes.
Cumplí con la promesa que le había hecho a mi difunto hermano menor, de ser un buen estudiante, tener un buen empleo y salir adelante, lastimosamente, no podría ayudar a mi hermanito, pues el ya estaba en una mejor vida.
Me destaque mucho tanto en mis entrenamientos de kickboxing, tanto que participe en un torneo nacional donde obtuve el tercer lugar;  en la escuela, durante mi educación primaria, fui siempre el primer lugar en todas las materias, siempre fui el que represento la escuela en eventos  culturales, llegue a sufrir demasiado bullying pero nada que mis lecciones de defensa me ayudaron, y con solo una vez me basto para que me tuvieran respeto y la pensaran dos veces antes de meterse conmigo.
Durante esos años de estudios, fui alguien solitario, mi única compañía eran mis tíos Luke y Zachary, mis abuelos y evidentemente mis padres, los cuales me criaron con mucho cariño y esfuerzos, y sinceramente estoy agradecido de haber sido adoptados por ellos, que de ser así, no sabría con quienes hubiera estado. 
En fin, así resumo mi infancia; actualmente curso el último año de secundaria, faltaban algunos días para que llegara el día de la graduación, me encontraba en el patio de la escuela, bajo un árbol leía un libro que trataba de muchas poesías, recitadas por varios poetas importantes; pero sentí como de repente me arrebataban el libro de las manos, al levantar la mirada de manera sería, me di cuenta que era un toro el cual siempre intento molestarme, el responde al nombre de Kai, era el típico bravucón que buscaba molestar a los demás con el fin de sentirse bien, cabe mencionar que muchas veces lo humille sin siquiera llegar a los golpes.

—¿Que no te cansas de leer, nerd?—dijo seriamente analizando mi libro. —Esto es una porquería.

—En primera, la lectura es una actividad maravillosa, cosa que tu no entenderías con tu cerebro del tamaño de un microbio.—le arrebate el libro. —Y en segundo lugar, la poesía es una manera de expresar múltiples sentimientos. 

—¿Y como expresas el dolor? La mejor manera es darle una buena paliza a los cerebritos.—junto sus manos y escuche el leve tronar de sus dedos al ver como los flexiono.

Puse una mirada seria mientras observaba atentamente su comportamiento. 

—¿Vas a pelear conmigo?

—Un nerd como tu no sabe pelear.—respondió.

—No me retes.—baje la mirada y negué un poco, para después levantar la mirada nuevamente  a aquel toro. —Yo que tu ni intentaría buscarme pelea, no me conoces.—Me agache para recoger mi mochila, a lo cual Kai  aprovecho mi momento de vulnerabilidad para darme una patada en la espalda, lo que hizo que me cayera al suelo. Note que algunos alumnos se acercaban a ver la escena, ya que obviamente terminaría en una pelea. 

—Dicen que los cobardes atacan por la espalda.—me levante y dirigí la mirada hacia el. —Veamos si ahora si en mi cara eres capaz de golpearme, adelante, te daré la oportunidad de que me golpees en la cara, si es que no te acobardas.