Capítulo 30

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—Ya nos enteramos que fueron a acusarnos ¿en que habíamos quedado? —fue lo primero que el trío de amigos escucho decir de Ryuichi apenas llegaran a ellos—.

—No nos planeamos quedar de brazos cruzados, además —se acercó Sam hacía aquel dragón de escamas verdes—, recuerda quien es mi hermano. 

—Eso sonó demasiado a como lo diría un miembro de una pandilla —comentó algo serio aquel puma—. 

—Cállate Ryan, no ayudas —ordeno molesto el dragón y dirigió la mirada al lobo blanco—, entonces ¿cual fue el acuerdo? 

—No me voy a callar nada, me va a importar poco que los expulsen —respondió Mikey bastante serio—. 

Ambos bandos se miraban fijamente, en el caso del lado de Mikey, el lobo y la hiena miraban atentamente a los otros, Hikaru solo algo nervioso pensaba en una manera de sacar su celular y poder grabar todo, pero sabía que si no lo hacía con cuidado, simplemente podría ser golpeado por los cuatro. Jeff notaba y vigilaba atentamente al zorrillo, para vigilar sus movimientos y las intenciones que tuviera. 

—Adelante, ataca ¿no que muy valiente? —dijo Ryuichi con el fin de insitarlo—.

—No creas que no identifico tus intenciones, no te voy a dar el gusto —respondió Mikey mientras le daba unos pequeños golpes a Hikaru, indicando de manera indirecta que hiciera algo—.

Mikey y Ryuichi no se quitaban la mirada de encima, parecían dos eternos rivales de una guerra. Ambos sentían la necesidad de golpear al otro, y eso estaba apunto de pasar. Pero fue cuando repentinamente un alce de una edad mayor, se acerco a ellos, ya que sabía lo que podría suceder. Aquel señor con un tono de voz serio y en forma de orden, mando a todos a separarse e irse a sus respectivos hogares, Ryuichi los amenazo a los tres chicos con que se volverían a ver las caras y dicho eso, se fue con su pandilla. Ryan miraba por encima de su hombro en ocasiones mientras se alejaba con su primo y los amigos de este. Mientras que Mikey, Hikaru y Sam se retiraron a casa del lobo. 

—Casi terminábamos a golpes —dijo algo serio Sam—. 

—Lo se, pero Hikaru ¿lograste grabar algo?  Por algo te estaba dando golpes pequeños —miro el lobo a su amigo zorrillo—. 

—N-No, es que Jeff me miraba demasiado que me puse nervioso —respondió muy triste—.

—Carajo, era la única manera de probar que nos intimidaban —gruño muy serio el lobo—, no importa ya. 

—Pero lindo, recuerda que subieron aquel vídeo donde te hacían calzón chino aquella vez, puede funcionar —sugirió la hiena—, puede que sea una prueba algo vieja, pero nos puede ayudar.

—Yo lo tengo de echo —dijo Hikaru—; solo no pregunten por que. 

—Cada quien tiene sus gustos muy oscuros, mantén ese vídeo donde lo tengas guardado, lo vamos a necesitar. 

Hikaru asintió, los tres chicos decidieron seguir con su camino al edificio donde el lobo de pelaje blanco habitaba junto a su familia. Al llegar al mismo, subieron hasta el respectivo piso y se acercaron al departamento. 

—Bien amor, sera mejor que nos vayamos, para evitar problemas, aparte, no queremos ser una molestia para tus padres mientras bueno, ya sabes que sucede. 

—Lo comprendo, pero bueno —acarició un poco a su novio—, cualquier cosa me avisan ¿si?

—Si amigo, te avisaremos —dijo Hikaru para después irse junto con Sam a las escaleras. Por su parte, Mikey entro al departamento y lo primero que miro fue a su padre Toranosuke sentado en el sofá, con la mirada al techo dejando ver un rostro, donde se reflejaba el estrés. Aquel tigre no sabía por que le había pasado lo sucedido en el restaurante, solo intentaba pensar en una respuesta factible. ¿Pudo haber sido alguien que quisiera ensuciar su reputación como cocinero? 

Looking Be Myself II (Furry/Yaoi)Where stories live. Discover now