No puedo creerlo.
Joe Cardigan siempre estuvo detrás de todo este circo con nuestro proyecto.
Él.
Cumplió lo que prometió.
Voy a destruir todo, entonces, porque nunca te lo aseguro, nunca podrás escapar de mi.
Mi corazón se aceleró de sólo recordar esas palabras y tuve que sujetarme del tocador de mi baño para no caer.
Cerré mis ojos con fuerza y ahí llegaron los recuerdos.
———• Flashback.
Luke me miró unos minutos cuando pare de llorar un poco en silencio, ellos seguían ahí, solos, pensando que no había nadie, pero realmente sí habían, éramos nosotros dos escuchando el sonido de sus besos y mucho más.
¿Esto era todo lo que quería?, ¿tenerme y luego esto?
Cubrí mis labios negándome a creerlo, no quería, no quería pensarlo, me estaba negando siquiera y dolía.
Pues esa era la realidad.
Encerrada por el propio miedo y ese hueco en lo más profundo de mi, sentí mi corazón romperse en más pedacitos, fue ahí cuando me pregunte;
¿Podía romperse un corazón ya roto?
Salí de mi escondite y evité ver a Luke, sabía que tenía sus nudillos blancos por la molestia que sentía, aún así seguí y entonces esos ojos que tanto me habían prometido miles de mundos me observaron.
Estaba sorprendido de mi presencia, ella ya no estaba, pero yo sí estaba encarando a la única persona que había tenido más de un poder sobre mi.
A la mierda.
—Jamás en tu vida vuelvas a buscarme, Joe Cardigan, porque sí lo haces te juro que lo que vas a recibir de mi, no va a ser nada bueno. —limpie las lágrimas que caían de mis mejillas con brusquedad y entonces fue cuando pase por su lado golpeando su hombro.
Con la poca dignidad que me quedaba corrí fuera de la biblioteca, sabía que estaba llorando aún y por eso cuando pase por la cafetería llame la atención de más de una sola persona.
Ella, me miraba curiosa, sé que ella sabía mucho, ella sabía que él tenía novia y de paso esa era yo.
O eso me creí.
Mi llanto empeoró y sin quererlo sentí que jalaron mi brazo, Joe me miraba serio, sujetando con un poco más de fuerza me hizo verlo.
—Las cosas no son como lo crees.
—¿No?
—Sólo me la tire. Ella no es nada.
Ignore el murmullo de las personas a mi alrededor, mi oxígeno se despidió de mi cuerpo, esto era más desgarrador que cualquier cosa.
—¡¿Y tienes las malditas neuronas para decirme eso?! —intente apartarme de él, y claro que no me lo permitió, al contrario, me sostuvo más contra él gruñendo.
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Te Prohibo Enamorarte
Diversos- Sabes que no puedes evitarlo, ¿verdad? - Seguiré amándote. - Pero yo no. - Es imposible controlarlo, nena. - Nunca. - Nunca digas nunca... -murmura, acercándose peligrosamente. Emily dejó de creer en el amor hace tiempo. Las decepciones de su pasa...