1- Emprendedor

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Habían pasado aproximadamente 6 horas desde que Sanner había partido de Kleinsburg, y aún le restaban 2 horas más para llegar a su destino. Durante el camino meditaba que quizás no había tenido la mejor suerte del mundo, aún así no podía dar vuelta atrás desde aquel punto. Contemplaba con atención las planicies de pasto marchito que se hallaban a ambos lados de la carretera, esperando ver de un momento a otro algún ave  o rastro de vida a distancia, pero ni tan siquiera eso. Prosiguió a observar con nerviosismo su IPhone solo para percatarse que en donde se hallaba había cobertura limitada. Buscó entre sus contactos y marcó impaciente.

-Sadier!, eres tú?!- dijo pensando que había sido un milagro que su hermano hubiese tomado la llamada.

-Si. Hermano te escucho mal.¿Has llegado?!

La mano de Sanner sudaba enormemente, presuroso toma el IPhone con la otra.

—Aún no he llegado— dijo mostrando cierto grado de nerviosismo en su voz—Llamé porque creo que perderé la cobertura dentro de poco.

—Te oyes ansioso—Sanner se limita a quedarse callado. Su hermano podía percibir su preocupación con tan solo escuchar su voz—Mantén la calma, solo serán unos meses y cuando oigas el chasquido de mis dedos, ya estarás de vuelta—dice mientras los chasquea al aire.

—Los he oído...Aún no estoy de vuelta.

Se oyó una risita del otro lado. Faltaban aproximadamente 2 horas para que Sanner  llegara a su destino, la prisión de Kleinsburg  a 8 horas en autobús del pueblo. Tanto Sanner como su hermano mayor, Sadier se habían graduado de la facultad de medicina de Kleinsburg . La facultad no gozaba de mucho prestigio pero otorgaba préstamos a los estudiantes con recursos mínimos para que estos pudiesen graduarse formalmente. No todos necesitaban los préstamos, pero los hermanos Manson, sí.

Sanner Manson se había graduado el pasado año y al comienzo del segundo su facultad lo había contactado para informarle que se necesitaban sus servicios en la prisión de Kleinsburg y pues a cambio de estos, gran parte de su deuda sería pagada.

— Sanner, al acabar los 8 meses ya habrás pagado los préstamos de la universidad.

—... Sí —susurró en respuesta.

—En cambio yo aún le debo a la facultad. ¡Tienes suerte hermanito!

—Supongo... tienes razón-
—respondió resignado.

Sadier suspira profundamente. Aunque no lo manifiesta está preocupado tanto como su hermano menor. Después de todo su hermano pequeño estaba a punto de llegar a una prisión de baja categoría, desde donde se contaban historias de fugas y asesinatos. Trabajaría y viviría allí por 8 meses.

—Cuando vuelvas... juntos... a...

—Hermano?? No te escucho— revisó su teléfono con prisa para percatarse que la señal se había perdido por completo.

Resignado, Sanner situó las manos en su cabeza y está sobre el cabezal de su asiento. Cada segundo que transcurría lo acercaba más a su destino final, al lugar donde conviviría junto a la peor clase de personas: asesinos, narcotraficantes...violadores. Un escalofrío recorrió su columna vertebral.

—Solo 8 meses —suspira cansado para a continuación cerrar sus ojos agotado.

Sanner

Sentí levemente como el autobús se detenía. Había intentado conciliar el sueño durante todo el viaje habiendo sido en vano.

-! Doctor, hemos llegado! -Dice el conductor sacudiendo mi hombro suavemente.
La verdad, habría deseado que el viaje hubiese durado un poco más de ocho horas, me sentía a gusto dentro del autobús. Al parecer era lo que Sadier decía: estaba rechazando la idea de trabajar en la prisión. Sólo había accedido por insistencia de mi hermano, estaría por tan solo 8 meses  tiempo que me permitiría saldar la deuda  en su totalidad. Entendía su punto de vista, sin embargo...

Prisionero en su prisión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora