33- Prisionero en su prisión XVI

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Otro capítulo de Prisionero en su prisión sin ánimos de lucro y con mucho amor para ustedes.😉

❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

Narrador:

—🎵The sun'll come tomorrow. Bet your bottom dollar that tomorrow, there'll be sun...*🎶
(* Fragmento de la canción tomorrow por Andrea McArdle)

Adonis cantaba; desafinado, poco coordinado, casi afónico. Esa mañana había decidido que sus espectadores merecían despertar adecuadamente tras una larga noche bajo los efectos del alcohol.
Había trepado sobre una silla y ante el tumulto de ebrios soñolientos que recién esa mañana eran conscientes de si mismos, había insuflado sus pulmones a más no poder soltando su primer grito del día.

—Suficiente!!! Voy a matarlo!!!— se levantó un convicto sacando un arma de su bolsillo.

Adonis detuvo su cantar, sonrió con malicia y gimió agudo fingiendo placer del coito.

El hombre enfureció y le apuntó con su revolver.
La vista nublada del alcoholizado era incapaz de coordinar su pulso por lo que el arma oscilaba de un lado a otro como si fuese un péndulo.

—Detente imbécil, terminarás matándonos— advirtió otro reo que se acercó tambaleándose.

El hombre ignoró la advertencia y accionó el gatillo. El impacto terminó por agujerear la pared a medio metro de Adonis y a 10 centímetros del hombre que había intentado pararle.

Adonis fingió sorpresa y llevó las manos a ambos lados de su rostro exhalando un profundo y exagerado Oh.

— Maldita sea, verás ahora...— amenazó el reo con torpeza mientras luchaba por volver a cargar su arma nuevamente.

—¡Imbécil, detén eso ahora!— gritó el mismo sujeto tomando la muñeca del presidiario e iniciando un torpe forcejeo.
El revólver se disparó por error, asestando en el pie de este último.

—AGHHHHHHH!!

—Hijo de...!!— maldijo un tatuado al fondo yéndose encima del desquiciado que fuera de control había levantado su arma y volvía a apuntar a Adonis.

— Maldito cerdo, lo voy a matar!!—vociferó el ahora cojo tomando una botella vacía para asestarla por equivocación sobre la cabeza de un estirado que reía con cierto grado de retraso.

Segundos más tarde Adonis bajó de la silla contemplando la actual escena con la paz que cualquier persona contemplaría un bello atardecer escondiéndose en el horizonte: la calma del tumulto de convictos soñolientos había transmigrado en un caos de blasfemias y puñetazos, los unos contra otros.

—Ups...—Adonis se alzó de hombros, con acentuada inocencia. Una silla voló sobre su cabeza y elegantemente la esquivó.

Nadó como un pez entre el tumulto de cuerpos que se golpeaban los unos con los otros.
Se admiraba eufórico y sonreía desmesuradamente.

— Con permiso...— entonó Adonis tocando el hombro de un dentado que le bloqueaba el paso a la salida y se bamboleaba sin pisca de equilibrio.

El puño de otro reo se sacudió en el aire, golpeando al dentón que cayó como piedra al suelo perdiendo en el acto los dos incisivos por los cuales se había ganado el apodo.

—Lo siento...—coreó Adonis con cuantiosa felicidad palpable saltando por encima del inconsciente como si se tratase de un peldaño.

Llegó hasta la salida y se volteó para contemplar el caos por última vez, un suspiró de alivio abandonó sus labios y abrió sus fauces a más no poder— ¡🎶Tomorrow, tomorrow I love you tomorrow. You're always a day away🎶!— concluyó , cerrando la puerta justo antes de que un convicto estrellara una botella contra ella.

Prisionero en su prisión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora