8-Prisionero en su prisión I

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Sanner

-- ¿Que vas a hacer?!-- grité frenéticamente observando su acción.
En respuesta él recluso me dedica una mirada que no consigo descifrar, sin apenas parpadeo, fija en mi. Desvío mis ojos impaciente, no consigo entender sus intenciones. Mi consciencia embotada por los recientes sucesos se niega a cooperar. ¿Planea matarme? ¿Torturarme?
Tiemblo inconscientemente ante la última opción.

-- Por favor...-- supliqué - ¿Que está sucediendo?.

Coloqué mis manos sobre mi rostro y luego sobre mi cabeza presionando con fuerza. Mis sienes latían, el dolor era agudo e insoportable.

-- ¿ Que has dicho?-- dice con voz ronca acercándose lentamente agachándose para quedar justo a mí altura. Mis débiles instintos me hacen retroceder manteniendo una discreta distancia entre ambos. Sus ojos comienzan a recorrer mi figura lentamente inspeccionando mi cuerpo, mi tórax que se expandía con violencia . Mis manos se humedecen, y por mi frente corren gotas interminables de sudor.

-- ¡¡Basta!!-- grité con furia -- Basta!!!

Sus mirada se entrecierran nuevamente, y curva sus labios en una sonrisa fugaz. No consigo interiorizar su expresión hasta que sujeta mis muñecas con una velocidad que apenas me permite reaccionar para apartarlas.

-- Que...!! ¿ Que haces?!! Déjame ir!!-- me retuerso tratando de apartar su poderoso brazo, que comprimía mi extremidad hasta llegar a sentirla entumecida.

-- Shut up your fucking mouth*!!!-- profiere en un grito.
( *Calla de una puta vez)

-- No me toques, maldito cabrón!!

Cerré el puño y usando todas mis fuerzas le propino un puñetazo. El mismo acaba cerca de su barbilla apenas consiguiendo mover su rostro.

-- ¿Eso es todo?-- acercó su rostro a mi-- Mujeres me han golpeado más fuerte-- dice riéndose burlonamente-- I will enjoy it so much...*
( *Disfrutaré mucho esto.)

-- No, basta!!!-- grité en forma de alarido.

Lampher colocó su mano sobre mi pierna, deslizándola hasta terminar sobre el muslo, luego allí presionó con fuerza. Si no llevará los pantalones habría dejado marca sobre la piel. Sorprendido, me estremecí sacudiendo mis miembros inferiores para liberarlos de su tacto. El reo alzó sus ojos para observar los míos que se encontraban muy abiertos y estuporosos.
Sin previo aviso, toma ambas piernas arrastrando de ellas hasta dejar mi espalda sobre la cama y mis muslos sobre su tórax.

-Ah!

Voltee sobre mi pateándolo consecutivamente. Lampher soltó adrede mis extremidades riendo ante mi impotencia.
Aferrandome a mi única brecha salté de la cama cayendo de rodillas al suelo.

- Espera... espera- rogué asustado.

En la mirada de Lampher no había piedad.
El recluso ignorando mis súplicas me sujeta llevándome a través del pequeño dormitorio. Durante el trayecto intento sujetarme con locura a cuantos objetos veía. El teléfono de la mesita cayo sobre el suelo rompiéndose, a lo que Lampher se inmuta y continúa arrastrándome.

Me lanza con violencia, e intento incorporarme, pero siento que su cuerpo se precipita sobre mi y su peso me asfixia, dejándome sin fuerzas. Tira frenéticamente de mis pantalones de fina tela que llevaba puesto, rasgándolos. Con un segundo jalón del mismo consigue romperlos completamente y los lanza lejos.
El recluso pasó su lengua por sus labios humedeciéndolos mientras yo solo me estremecía conteniendo las lágrimas que se forzaban de la salida de mis ojos. Estoy a punto de ser violado por un narcotraficante, un asesino.

Comienzo a devatirme bajo su enorme cuerpo intentando encontrar manera de mover alguna parte de mi. Lampher luchaba por mantenerme inmóvil aún así comienzo a patearlo con desesperación, algo que no pareció agradarle. Alzó su mano derecha y me sujeta el pie, mientras que con su isquierda, me propinó un bofetón, que me terminó por dejarme aturdido y tosiendo.

Prisionero en su prisión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora