Narrador::
Sanner tecleaba sentado en el escritorio de su habitación. Había pedido que se le fuera traído una mesa o buró en dónde pudiera situarse cómodamente. Era el momento de incorporar los datos obtenidos en las entrevistas de los reclusos al computador. El último interrogatorio le había dejado mal sabor en la boca y no sentía deseos de volver al cuarto médico de la planta inferior. Toda la documentación iba directamente a la laptop personal del doctor y semanalmente sería archivada en los registros de la prisión.
-Es largo.
Había muchos acápites que llenar y era realmente agotador para el joven doctor.
-«Este trabajo llevará más de 8 meses»- analizó para sus adentros - «aunque supongo que el doctor que me siga podrá continuar...»
Sanner cumpliría los 8 meses establecidos y luego se iría libre de deudas. En sus planes no se encontraba alargar su estadía en Kleinsburg.
-Este acápite...- analizó percatándose de una casilla que estaba por llenar- No tomé notas sobre esto -chasqueó su lengua- Bien , supongo pondré cualquier cosa.
Repentinamente desvío su mirada y un escozor familiar invadió sus ojos.
- La luz...- dijo mirando el techo.
La poca luminosidad del lugar lo hacía forzar su visión más allá de lo normal."Estamos empezando"
-Ughh- sé quejó arqueándose tembloroso. La voz del último recluso resonó en su memoria. Desde hacía algún tiempo no presentaba esos episodios y al parecer el estrés sometido al interrogar a Lampher había desempolvado ciertos padecimientos.
- La medicina ....
Se levantó de la silla mostrando cierta dificultad al caminar. El cuerpo le temblaba haciendo que el andar le resultase trabajoso.
Por suerte no había pasado llave al casillero de su habitación . Indagó dentro del armario sacando una botella de píldoras. Con dificultad colocó una en su boca y con suma suavidad se dirigió al baño abriendo el grifo del lavamanos. Llevó el agua a su rostro intentando controlar el ligero temblor de sus manos acompañado de un nostálgico dolor en su pecho que amenazaba con asfixiarlo."Doctor Manson...."
- Ughh-se quejó, arqueándose hasta terminar de cuclillas en el suelo, sujetándose apenas del lavamanos.
- Todo está bien, todo está bien, tranquilo ...- sé repetía a sí mismo.
Poco a poco la calma regresó a su ser y los temblores fueron cediendo. Se irguió como pudo acompasando su agitada respiración.
- «Hermano, no sé si pueda hacer esto»
Juntando ambas palmas tomó un poco de agua para refrescarse por segunda vez . Las paredes extremadamente blancas del cuarto de baño le sofocaban así que se volteó tambaleándose hasta llegar a la habitación contigua dónde su laptop parpadeaba por el tiempo que llevaba sin uso. El doctor se dejó caer sobre la cama acurrucándose aún jadeante. Poco tiempo después el medicamento comenzó a hacer efecto, rindiéndose al sueño que provocaba momentáneamente amnesia de su alma.
Doctor Sanner:
Albert me conducía a través del pasillo del corredor. Había entrado con suma discreción a mi habitación, sin haber tocado a la puerta.
- Alfort lo llama doctor - hubo dicho con suma seriedad.
- Quién ...?- pregunté soñoliento.
- Alfort lo llama, doctor.
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Prisionero en su prisión
De TodoSanner Manso al terminar sus estudios universitarios es enviado a la prisión de Kleinsburg para ejercer como doctor en el lugar. Una prisión alejada del mundo, donde todo parece estar en calma hasta que estalla una revuelta planificada por sus propi...