Cap. 1

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Estaba acostada boca arriba en el incomodo suelo lleno de tierra y algo de pasto. Su cabello largo y castaño cubría parte de su cara y esbelta figura. Llevaba una camisa de lana; que en algún tiempo fue blanca, sucia y polvorienta; un pantalón de lana café, con varios hoyos en él, y unas miserables botas de piel que estaban a unos pasos por romperse. Típico atuendo medieval.

-Oye chica, levántate.

Abrió lentamente sus ojos y se apartó el cabello de la cara antes de ponerse de pie. Sintió un dolor en la cabeza, pero su cuerpo era más ligero de lo normal.

-¿Don...dónde estoy?- preguntó mientras intentaba mantenerse de pie y visualizar donde se encontraba.

-Estas en Nuevo Comienzo, lugar de los "Iniciados". Mi nombre es Xenn, y seré tu guía introductorio en tu viaje en el continente de Utemn.

Arqueó las cejas e hizo un gesto de confusión-¿Iniciados?, ¿Utemn?, ¿Qué rayos dices? No te estoy entendiendo nada. Y en qué se supone me vas a gu...-. Antes de poder continuar, se percato del abundante olor a naturaleza. No estaba en la ciudad a la que estaba acostumbrada con edificios altos y casas grandes, sino en una pequeña zona rodeado de arboles, el dulce aroma de las flores, una cabaña y un hombre de una avanzada edad.

-Por tu cara pareciera que es tu primera vez en Utemn- el anciano cerró los ojos y suspiró-. Bueno, mi hermano dijo que este día llegaría... e iba a ser difícil.

-¿Qué es Utemn?, ¿y quién eres tú?- continuó la chica.

-Utemn es un enorme continente de mercenarios, leyendas vivientes, gremios únicos, magia nunca antes vista y criaturas fantásticas que guardan muchos secretos. Y será tu hogar de ahora en adelante.

La chica no entendía nada de lo que decía el anciano. Intentaba asimilar toda la información que estaba recibiendo de aquel hombre, y además, un pestilente olor a desperdicio de animal estaba atacando su olfato. Pero una pregunta le estaba matando lentamente, pues la tuvo desde que el anciano Xenn dijo su nombre, ¿cuál era su nombre?

Xenn comenzó a caminar alrededor de ella, examinándola de pies a cabeza-Yo soy un maestro calificado por parte del reino de Kastlen y nuestro rey, el rey Leó III. Mi deber es entrenar a los novatos y convertirlos en hechiceros o guerreros para que puedan mantener la paz y la justicia en las gloriosas tierras de Utemn.

Observó detenidamente al anciano que la rodeaba-¿Y cómo se supone que establezca la paz?, ¿con golpes y magia?- preguntó en tono sarcástico y mofándose del viejo. Ella era una persona a la que no le gustaba mucho la violencia sin sentido. Pero el hombre ignoró la pregunta porque estaba sacando, de alguna forma que la chica no entendió en ese momento, un enorme libro de su túnica gris.

-Antes de adentrarte a terrenos salvajes llenos de maldad debes elegir tu camino.

Tiró el libro al suelo y éste se abrió en una página donde se mostraba la ilustración de un guerrero con espada y escudo, seguido de esto, un resplandor amarillo salió hacia arriba de esa misma página. El resplandor proyectaba imagines de guerreros con relucientes armaduras, escudos y espadas peleando contra monstruos, bestias, demonios y espectros.

-Paladines-.Dijo Xenn para llamarle la atención-, guerreros honorables y resistentes que se encargan de defender a sus amigos con su escudo. Sus espadas no son las más fuertes, pero su corazón y su valentía hacen que sean invencibles.

El libro mostró la siguiente página y el resplandor amarillo desapareció. Ahora mostraba la figura de un guerrero con un hacha que ocupaba ambas manos, ahora era un resplandor rojo el que ocupaba la atmósfera y éste mostraba imágenes de guerreros fornidos vestidos con pieles de animales salvajes y hachas en mano que peleaban ferozmente contra bestias y monstruos de gran tamaño, eran tan grandes como montañas, pero aun así, los guerreros seguían combatiendo contra ellos.

Secreto de NigromanteWhere stories live. Discover now