-Elle, ¿estás bien?, estuviste inconsciente por unos segundos- Akephalos estaba confundido y un poco alterado.
-Estoy bien, es solo que... es la segunda vez que lo veo.- Elle se pasó la mano por la cabeza como si le doliera.
-¿A quién?
La guerrera cerró los ojos para poder visualizar la imagen de aquella extraña persona-Es un mago, no... un nigromante.
Un largo silencio invadió el momento y la inquietud de Akephalos crecía constantemente.
-Es hora de irnos- el elfo apretó con fuerza la mano de Elle-. Ven, es por aquí.
-Espera, aun no me quiero ir, tengo que saber más sobre este mundo, y la explicación de que porqué es un videojuego- Elle intentó zafarse de la mano de Akephalos, pero no pudo, él era muy fuerte.
-Ahora no hay tiempo para eso, vámonos- siguió jalando a la guerrera mientras ella se resistía.
-¿Por qué tanto apuro Akephalos?, ¿qué me estas escondiendo?
Una repentina mirada asesina proveniente del elfo perturbó a Elle, ella estaba segura de que él le escondía algo, ¿pero por qué? Él había estado junto a ella desde que la encontró y le salvó la vida, ¿por qué le escondería algo?
-El lobo blanco... Germain es el espía del gremio Manticora, ahora él viene hacia acá, y no le tomara mucho tiempo llegar si es que viene en La sombra.
Elle se soltó del brazo de aquel elfo y retrocedió unos pasos -¿Quién viene hacia acá?
El galope de un caballo se comenzó a escuchar y un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Akephalos. Era Oz montado sobre su caballo negro, su armadura negra mostraba daños de una batalla reciente y su cara tenía manchas de sangre, lo más probable es que Oz hubiese matado algunas criaturas de camino hasta allí.
-El amo de almas- murmuró el elfo con enojo.
-Así que era verdad... elfo desgraciado-dijo Oz mientras bajaba de su caballo y desenvainaba su espada.
Elle reconoció la espada y la armadura, eran las mismas que había visto en sus recuerdos, y se preguntaba por qué recordaba a ese hombre de cabellera plateada.
-Isabelle... no sabes que feliz me hace volverte a ver- comentó el nigromante, pero no apartaba su mirada de Akephalos.
-Aléjate de ella Oz, es mía ahora- el elfo se interpuso entre el nigromante y la guerrera.
-No entiendo cómo la encontraste ni como hiciste para que se uniera a ti, pero de lo que sí estoy seguro es de que no tienes ningún derecho de reclamarla como tuya, bastardo- Oz apuntó con su espada al elfo de manera amenazante-. Y supongo que tenias pensado en hacerla tu rehén, ¿o me equivoco?- Oz comenzó a avanzar hacia el elfo mientras le seguía apuntando con su espada- Esa era la única forma de llegar a mí y matarme ¿verdad?, pero ahora soy yo quien enviará la cabeza de un líder a su gremio.
El elfo lanzó un rayo de energía verde a Oz, pero el nigromante desvío aquel rayo con su espada. El segundo intento del elfo fue juntar sus dos manos y lanzar un rayo aun más potente, pero Oz lo volvió a desviar. Los pasos lentos de Oz hacia Akephalos se volvían cada vez más desquiciantes para el elfo porque sabía que entre más se acercaba, más terrible iba a ser su muerte, fue ahí cuando al elfo se le ocurrió extender su brazo hacia Elle.
-Si das un paso más, la mato. Habría sido una gran pérdida de tiempo esperar tanto por ella, ¿no?
Oz rió de forma maliciosa.-Sí, lo habría sido, pero a mí no me gusta perder el tiempo.
La imagen de Oz se desvaneció para volver a aparecer detrás de Akephalos y el nigromante enterró su espada en la espalda del elfo, atravesándolo por completo. El sonido de la espada de Oz moviéndose lentamente en el interior del cuerpo del elfo atormentaba a Elle, el sonido de las entrañas desgarrándose era desagradable para ella, pero no tan desagradable como ver la vida de la persona que una vez la salvó se desvanecía frente a sus ojos. Oz sacó con gran facilidad su espada negra completamente manchada de sangre del cuerpo del elfo. Akephalos cayó en el suelo.
El elfo comenzó a hablar aun asustado, casi sin aliento, y con la boca llena de sangre-Elle... después de que hubiese matado a este malnacido... la siguiente ibas a ser tú- esas habían sido las últimas palabras de "El elfo verde" antes de que Oz posara su mano sobre él, y le robara su alma.
El nigromante envainó su espada y le extendió su mano a Elle.-Ven conmigo Isabelle, esta vez no sufrirás, te lo prometo.
Muchos pensamientos pasaron por la mente de ella; Akephalos la iba a traicionar después, a ese hombre solo le tomó unos segundos matar a un elfo inmortal con poderes, obviamente ella no iba a ser rival contra él, aún desarmado, atacarlo sería una completa estupidez, no podía confiar en él; sin embargo, ella sabía que ir con él sería lo más inteligente aunque fuera un desconocido peligroso, si no lo hacía, tal vez terminaría como Akephalos.
Elle tomó la mano del nigromante- Antes de irnos...¿porqué me conoces y yo solo te he visto en mi mente?
-Una vez que lleguemos al gremio Manticora, responderé todas tus dudas- Oz subió a su caballo y luego la ayudó a subir al caballo junto a él. La sombra empezó a galopar y Elle miró hacia atrás para darle el último vistazo al elfo que había sido su salvador, pero también iba a ser su asesino.
-Hayquienes ni siquiera merecen que les des su último adiós- susurró Oz, peroprocurando que ella lo escuchara-. Mejor amiga.
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Secreto de Nigromante
FantasyLas cosas en este mundo como las conocemos cambiaron radicalmente. La ciudades se convirtieron en bosques, las fábricas en castillos, los parques en valles, los lagos en mares, las colinas en montañas, las aves en dragones, los peces en leviatanes...