Elle estaba caminaba agotada en la profundidad de un bosque sin nombre al norte de la cabaña de Xenn. Su armadura mostraba señales de batalla; manchas de lodo, arañazos, agujeros que habían sido hecho por una bestia de colmillos prominentes; su espada tenía unas cuantas manchas de sangre al igual que su escudo, su yelmo tenía una rotura diagonal que dejaba al descubierto parte de de su ojo izquierdo. Apenas podía mantenerse en pie, se sostenía con su espada mientras que con su otro brazo se apoyaba en los árboles para no caer, aun así daba traspiés y su mirada se nublaba.
-¿Es este el final?- se dijo así misma mientras poco a poco dejaba de caminar-, ¿tan pronto acabó todo?- se detuvo por completo. Alzó su mirada y contemplo el hermoso atardecer naranja que golpeaba su blanca armadura-. Ojalá hubiese cuidado mejor mi espalda...- sus ojos se cerraron, soltó su espada y cayó al suelo inconsciente.
Más tarde, ese mismo día, pudo abrir los ojos, pero solo podía ver la oscuridad abismal de la noche. Las dos lunas que se observaban en el cielo, una morada y otra azul, apenas daban luz nocturna con su brillo. Quería levantarse del suelo, pero todo su cuerpo estaba tan adolorido que tenía que hacer un gran esfuerzo para respirar.
-No te muevas, no queremos que se rompa otro hueso, ¿o sí?
Giró su cabeza con algo de dificultad y vio a un hombre arrodillado a lado de ella. Llevaba una túnica blanca, su cabello negro estaba recogido con una cola de caballo que le llegaba hasta la espalda baja, su rostro era demasiado femenino para ser hombre, pero lo que más le llamó la atención fueron sus orejas, eran más largas de lo normal y terminaban en punta.
-Soy Akephalos, "El elfo verde". Dime ¿tu espada se llama Elle, o ese es tu nombre?
-Es mi nombre, soy Elle, "La guerrera blanca de Kastlen".
-Mucho gusto Elle, te daría la mano, pero apenas la puedes mover.- le dirigió una risita simpática a la guerrera, luego la sujeto del hombro y la miró a los ojos -Descuida, al alba tus heridas sanarán.
- ¿Cómo me encontraste?
-Ya era de tarde y yo estaba en camino a este bosque, El Bosque de la noche triste, y te vi tirada ahí al lado de un árbol. No podía dejarte tirada allí, así que te traje conmigo.
-El bosque de la noche triste... ¿Porqué se llama así?- preguntó Elle.
El elfo mostró una cara de sorpresa, no pensaba en encontrarse con alguien tan ingenua. -No me digas que no has oído hablar de este bosque, pensé que eras más inteligente. Niña... este bosque es el lugar más pacífico y hermoso de día, pero de noche... los muertos salen del suelo, los lobos colmillo sangriento salen a buscar alimento. Se dice que hay reuniones secretas de nigromantes para invocar entidades. Y dicen que si mueres aquí, tu espíritu se volverá parte del bosque. Si yo hubiese tardado un poco más en encontrarte...
El aullido de un lobo se escuchó a lo lejos, pero ninguno de los dos lo escucharon. Elle estaba concentrada recordando las historias de su ex maestro Xenn sobre seres fantásticos y místicos, entre ellos se encontraban los elfos, seres hermosos e inmortales con un alto poder mágico. Muchos de ellos se dedicaban a las necesidades de su propia gente y otros pocos salían de viaje en busca de aventuras y de batallas, ellos acostumbran a ayudar a las personas en peligro. Elle recordó que Xenn le había dicho a ella que si algún día se topaba con un elfo seguramente el elfo cuidaría de ella hasta que sus caminos se tuvieran que separar.
-Quiero que me digas algo Akephalos- le dijo desde el suelo-. Desde hace cuatro días he estado peleando sin parar, pero, ¿porqué siento el cansancio físico del cuerpo, pero no el del sueño?, en realidad, no he tenido la necesidad de dormir desde que termine de entrenar con mi antiguo maestro.
El elfo la miró desconcertado a los ojos. -Creí que ya te habías dado cuenta.
-¿De qué hablas?- volvió a preguntar confundida.
-Estas en un lugar donde no hay necesidades fisiológicas como lo es el sueño. Elle- no tenía ni idea de cómo continuar. Estaba buscando las palabras correctas para decírselo, pero al mismo tiempo se preguntaba qué clase de persona no recordaba lo que pasó aquel día-, estas en un videojuego.
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Secreto de Nigromante
FantasyLas cosas en este mundo como las conocemos cambiaron radicalmente. La ciudades se convirtieron en bosques, las fábricas en castillos, los parques en valles, los lagos en mares, las colinas en montañas, las aves en dragones, los peces en leviatanes...