Cap. 10

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Cruzar el Bosque de la noche triste a pie toma un día regularmente, pero en La Sombra, solo les tomo media hora. Cabalgaron por las praderas de Letoir, famosas en todo Utemn por estar llenas de tulipanes azules que brillan con el reflejo de la luz de la luna. Después de cruzar las praderas de Letoir, tuvieron que cruzar el sendero de La bestia alada. El antiguo nombre de ese camino era El sendero del Rey caído, pero el nombre fue cambiado por el mismísimo rey de Kastlen porque el camino formaba parte de los dominios del gremio Manticora. Después de cruzar el sendero de La bestia alada, en la Arboleda de Gaia, llegaron al lago Rainbow, donde se localizaba el castillo del gremio Manticora en una isla.

Elle aun no se recuperaba de sus heridas, y por esa razón durmió durante todo el camino. Despertó cuando llegaron al lago Rainbow. Era un lago rodeado por árboles de Gaia, árboles que sienten el peligro y crean campos de protección mágica impenetrable a su alrededor. En medio del lago, sobre una isla, se encontraba el castillo base del gremio Manticora. Su estructura era común a la de cualquier otro castillo, había banderas negras con el símbolo de la manticora; un león heráldico rojo con alas de dragón y cola de escorpión, parado en sus patas traseras; en cada esquina del techo del castillo. Justo arriba de la enorme puerta de madera del castillo, estaba el cráneo de un dragón. Para cruzar el lago Rainbow, tuvieron que atravesar un puente de madera lleno de estandartes con el símbolo de la manticora a los lados.

-Por fin en casa- dijo Oz mientras cabalgaban por el puente de madera.

-¿Quiero que me respondas unas preguntas?- Elle se escuchaba agotada.

-Sí, lo sé, pero antes tendrás tu bienvenida al mejor gremio de todos, el gremio Manticora.

-Eso tiene que esperar- sonaba molesta, pero a la vez cansada-. Primero debo saber ¿por qué...- poco a poco, su voz se extinguió.

Elle cayó inconsistente del caballo. Oz bajó inmediatamente del caballo para ayudarla e intentó hacer que despertara, pero no respondía, tomó su cabeza y la comenzó a observar hasta que lo olió, un olor que le era muy familiar, el aroma de la sangre. La sangre estaba escurriendo por el costado derecho de la armadura de la guerrera, Oz le quitó rápidamente la armadura y le levantó la camisa que llevaba puesta. Una de las heridas de Elle se había vuelto a abrir y había dejado salir demasiada sangre. Oz la tomó en sus brazos y la llevó dentro del castillo.

Elle despertó en una cama enorme, digna de un rey. Estaba en una alcoba adornada elegantemente con antigüedades y finas telas de diferentes tonalidades de rojo, las paredes eran de ladrillo café y el suelo era de roca lisa. A su lado izquierdo estaba una muchacha muy bella, no sabía si era su imaginación o era que esa chica tenía un aura de luz a su alrededor suyo. Su cabello era muy corto y rubio; aun así, el aura alrededor hacia parecer que su cabello estaba hecho de oro; sus ojos eran tan verdes como una roca de jade. Llevaba puesto un vestido blanco sin mangas que solo dejaba a la vista sus pies descalzos y su cabeza. En las muñecas llevaba puesto brazaletes de oro con incrustaciones de joyas de muchos colores.

Y a la derecha de la cama, estaba una chica guapa y pelirroja que tan solo llevaba puesto un peto que cubría su pecho, unos codales, guanteletes, rodilleras, grebas y unas botas, todo hecho con acero verde. En su espalda tenía un carcaj con flechas y en su cadera tenía un cinturón de cuero que servía solo para sujetar sus dos dagas. Al parecer era una cazadora, su armadura tan reveladora y ligera era para darle agilidad y movimiento.

-Al fin despiertas, hace mucho que no te veíamos- la cazadora la tomó de su mano y le dedicó una sonrisa.

-¿Quiénes son ustedes?- preguntó Elle mirando a ambas chicas.

Secreto de NigromanteWhere stories live. Discover now