Salí de la piscina y sequé mi cuerpo con la toalla que había dejado sobre la silla. El sol era tan fuerte que me hacía arder la piel al estar solo unos segundos expuesta a el. Lo peor era que si me quemaba la piel me quedaba roja y ardía como el infierno.
Mamá salió por la puerta y se sentó en una de las sillas con su libro en mano.
— Mañana llega tu padre.— me informó.
Solo asentí con la cabeza, no quería ver a mi papá. Hace algunos años, cuando él ya iba a llegar de sus viajes con mamá le preparábamos una cena con su comida favorita, ahora solo quería ponerle veneno a su sopa.
-1 ¿Qué tal estuvo la fiesta?— preguntó interesada.
Al instante Caden vino a mi mente, ¿cuándo será el día en que no lo nombren?
— Mal.— tomé mis lentes y me los puse.— ¿Cuándo planeabas decirme que Caden fue mi novio?
Cerró su libro y puso su atención en mi.— Creí que lo recordabas.
No podía ser tal cínica, ella sabía mejor que todos que no podía recordar nada.
— Sabes que no recuerdo muchas cosas de ese año.— crucé mis brazos.
Mi vida era como una novela turca, ya saben, donde a las personas les pasan tragedias, una tras otra sin detenerse. Mi novela turca comenzó cuando en la preparatoria me caí en las escaleras y me golpee la cabeza tan fuerte, que mi memoria de ese año se perdió. Mis padres y amigos tuvieron que decirme todo lo que pasó ese año, y claramente ellos omitieron la parte en la que tuve un novio. Realmente, no entendía cómo Dios los dejó ser padres.
— Lo siento.
— Con tus disculpas no basta.— caminé a la puerta.— Desde que llegamos aquí tengo pequeños recuerdos de Caden, pero ninguno está completo y es culpa de ustedes. Mamá, no sabes lo mal que me sentí cuando Caden me dijo que él había sido mi novio y yo no podía recordarlo. Pasé gran parte de la noche intentando recordar sin tener resultado. Lo único que tenían que hacer cuando despertara era decirme todo lo que había hecho ese año y no pudieron hacerlo. Tener novio es algo importante que hay que recordar, ustedes prácticamente fingieron que él jamás existió.
— Cariño, sé que no soy la mejor mamá...
— Claro que no lo eres.— abrí la puerta.— Iré a la playa con Caden y sus amigos.
Entré a la casa con muchas ganas de llorar, pero las detuve al ver a Kate saliendo de la cocina, apenas me vio sonrió.
— Anoche te vi con Caden, ¿que no ibas sola a la fiesta?— preguntó con una sonrisa traviesa.
¿Estaba insinuando que entre él y yo pasaba algo?
Pues, pasaba que después de pasar un lindo momento peleábamos y nos declarabamos la muerte.
— Nos encontramos allá y me trajo a casa, eso es todo.— dije caminando a las escaleras.
— Caden es un chico listo, jamás lo olvides.— dicho eso siguió su camino a la sala.
¿Chico listo?
¡Oh, claro que lo era! Cada vez que quería me seducía para tocarme y yo caía rendida en sus juegos para que después discutieramos y me ignorara.
Saqué a mi primer novio de mis pensamientos y subí a mi habitación intentando pensar en otra cosa. Por lo menos había algo bueno en esa nueva ciudad, nadie me conocía y podía ser yo misma, nadie me miraría con lástima por perder mi memoria, porque nadie lo sabía ni iba a saber.
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Prácticamente Vendida ✔
Teen FictionCuando tus padres te intercambian por maldito dinero. Es como prostituir a tu propia hija por algo material que no es tan necesario. ¿Qué clase de personas hacen eso? Pues ya está claro, mis padres.