Capítulo 20

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Juro que conté días, horas, minutos y segundos para saber con exactitud que llevaba sin hablar con Caden dos meses y una semana. Él no venía a casa, ni yo iba a la suya, además nuestros padres salían solos y no nos invitaban. Creo que ya habían entendido que no debíamos estar juntos.

En la universidad nos ignorábamos mutuamente, era como si fuéramos dos extraños, como si jamás hubiéramos estado juntos, ni tuviéramos que casarnos, ni que hubiéramos pasado días completos soportándonos. Admito que sin él me sentía muy relajada, no tenía preocupaciones, no debía gritar cada cinco minutos, mi vida estaba siendo "normal" pero a veces me sentía vacía.

Daphne, Jess y yo estábamos más unidas que nunca, éramos un trío inseparable. Salíamos a fiestas con Joe, Larry y Frank y la pasábamos de puta madre. Llegábamos con resaca a la universidad y después reíamos de lo estúpidos que éramos. Frank y yo nos acercamos mucho más, ya conocía casi toda su vida y él la mía, omitiendo la parte de los Morgan y mi perdida de memoria.

Me sentía muy bien.

— Creo que debes entrar al equipo de porristas conmigo.— Jess comía una ensalada.— Tienes el espíritu de la universidad, y necesitamos a una chica.

Fui porrista en la preparatoria y no tenía ningún problema en aceptar su invitación, ya que me urgía hacer deportes para no estar en casa tanto tiempo. Mis padres intentaban ser mis mejores amigos y solo quería quitármelos de encima.

— Bien.— acepté.— Pero te advierto que si me hacen enojar, voy a golpear a todas.

Ellas rieron ya que les había dicho que había golpeado a la capitana del equipo por el que estaba jugando, claramente eliminando la parte en que Caden protagonizaba la historia.

— Hoy serán las pruebas.— me informó Jess.— Te enseñaré algunos pasos para que impresiones a esas perras.

— Ok, voy a bailar tan genial que van a suplicar que sea su capitana.

Frank llegó de la nada y se sentó a mi lado dando un beso en mi mejilla.— Buenas tardes, chicas.

— Hola.— dijimos al unísono.

— ¿Qué piensas de que Sophie sea porrista?— preguntó Daphne a su amigo.

— Que se vería hermosa con la falda.— respondió al instante haciéndome reír.

Frank se estaba poniendo demasiado coqueto conmigo y yo no tenía problema ya que desde que lo vi lo encontré guapísimo.

— Eres un pervertido.— le dijo Daphne riendo.— A él le encantan las porristas, pregúntale a alguna de ellas si se a acostado con Frank.

— Pensaba que no eras igual a los demás.— miré a Frank fingiendo decepción.— Lo lamento cariño, pero no podemos estar juntos.

Los tres rieron. Frank puso una mano sobre su corazón y me miró entornando los ojos. De pronto Caden apoyó sus manos sobre la mesa haciéndome saltar del susto y miró fijamente a Frank.

— Te he buscado por toda la universidad.— tenía el ceño más que fruncido.— ¿Para qué tienes el maldito celular si no contestas?

Prometo que dejé de respirar al tenerlo tan cerca después de tanto tiempo.

— Lo siento, está en silencio y no paso todo el día mirando el puto celular.— dijo Frank con el mismo tono que su amigo.

— Te espero a las ocho.— dicho eso se fue haciendo girar la cabeza para verlo a medio mundo.

— ¿Qué harán a las ocho?— preguntó Daphne con una sonrisa traviesa.— ¿Van a coger? ¿Ya se declararon su amor?

Eso me hizo reír, imaginar a Caden gay es algo estúpido. Ya está claro que le encantan las mujeres con todas sus letras.

Prácticamente Vendida ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora