Ya era sábado, uno de los sábados más tristes de mi vida. Caden me ponía feliz, me hacía enojar, llorar y reír, pero últimamente solo me hacía sentir mal. Daphne se ofreció a subir mi ánimo, así que estuvimos toda la tarde en la ciudad comiendo y comprando ropa. Ella me eligió vestidos muy hermosos, ya que le dije que salía muy seguido a cenar con mis padres.
— Me gusta Joe.— admitió mientras miraba por la ventana del vehículo.— Lo conozco hace años, pero jamás ha pasado algo entre nosotros. Cada vez que nos quedamos solos hablamos cosas interesantes y no quiero que esos momentos sean incómodos por algo estúpido.
— No es estúpido que te guste.— comenté.— Además, si le dices que te gusta lo peor que te podría pasar es que te dijera que no le gustas. No vas a morir, no se burlarán de ti y hasta lo olvidarás. En cambio, también puede decirte que también le gustas y ya, van a tener sexo en algún lugar y se harán novios.
Rió.— El sexo no me importa. Solo quiero que Joe sea mi novio.
— Si quieres lo invito hoy a mi casa y nos bañamos en la piscina.— la miré de reojo.— Así tendrás tiempo para hablar con él y probablemente pase algo entre ustedes.
Lo pensó un momento.— Bien, invítalo. ¡No! Será muy obvio si lo invitas a la piscina y solo estamos nosotras. Dile otra cosa.
Me detuve en un semáforo y aproveché para invitarlo a mi casa.
Sophie: Joe, ¿tu padre aún tiene guardados los planos de la universidad?
Joe: Si, ¿los quieres?
— Respondió enseguida.— miré a Daphne con una sonrisa.
Sophie: Si, ¿puedes venir a dejarlos a mi casa?
Joe: Claro, a las cinco estoy allá.
— Listo.— le informé a Daphne.— A las cinco irá a mi casa, así que hay que alistarte.
Llegamos a mi casa y cuando íbamos entrando vi a Caden saliendo de la cocina con un frasco de nutella y una cuchara.
¿Qué hacía él en mi casa?
Daphne se detuvo en seco al verlo. Caden pasó su vista de mi amiga a mi y sonrió con malicia.
— Amor, te estuve buscando todo el día.— dijo mientras se acercaba.— ¿Dónde estabas? Mamá quiere preguntarte algo.
— ¿Amor?— Daphne estaba muy confundida.
— Ah, hola Daphne.— le dijo Caden muy relajado.— ¿Tuvieron una tarde de chicas? Bebé, supongo que me vas a modelar lo que compraste.
Estaba paralizada. Tendría que decirle a Daphne todo lo que estaba pasando por culpa de Caden.
— ¿Ustedes son...?— Daphne no lo podía creer.
— Novios.— completó Caden mientras ponía una mano en mi cintura y dejaba un pequeño beso en mis labios.— ¿Tanto te asombra?
Daphne tenía las cejas arriba y su boca formaba un círculo.— Es que... ustedes... la universidad...
— ¿Puedo hablar contigo un momento?— le dije a Caden mientras caminaba a la sala.
Entramos y me senté en el enorme sillón, respiré hondo y luego intenté asesinarlo con la mirada.
— ¿Qué pasa?
— ¿Qué haces aquí?— estaba furiosa.— ¿Y por qué mierda le dijiste a Daphne todo eso?
— Ya te dije, mi mamá quiere preguntarte algo.— se quedó callado un momento y luego frunció el ceño.— Le diré a todos que eres mi novia, ya me aburrí de ocultarlo porque solo quiero besarte frente a todo el mundo y que sepan que eres mía.
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Prácticamente Vendida ✔
Teen FictionCuando tus padres te intercambian por maldito dinero. Es como prostituir a tu propia hija por algo material que no es tan necesario. ¿Qué clase de personas hacen eso? Pues ya está claro, mis padres.