Capítulo 9

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Había dormido con mamá en su habitación, cada vez que papá salía de viaje dormíamos juntas, ya que nos sentíamos más seguras con la compañía de la otra. Aunque no les miento al decir que siempre soñaba que mamá me mataba, y cuando dormíamos juntas jamás le daba la espalda, me daba miedo. Ustedes dirán: Pero es tu mamá, jamás te haría daño. Y yo les respondería: Joder, ya me está obligando a cansarme, que me entierre un cuchillo en la espalda no estaría nada mal.

Creo que ese era uno de mis mayores miedos, que mamá me asesinara mientras dormía. Es que solo imagínate estar plácidamente durmiendo y despiertes por el dolor que provoca el cuchillo al entrar en tu piel. Verdaderamente espantoso.

Estábamos desayunando cuando Caden y su madre llegaron al comedor. No me había dado cuenta que habían dos puestos más servidos, ya pensaba que mamá tenía amigos imaginarios.

Genial, mi persona favorita en el mundo estaba en mi casa.

La señora Morgan se sentó junto a mamá, al aparecer eran muy amigas, y Caden a mi lado. Nosotros no éramos amigos, por si no se habían dado cuenta.

— ¿Dormiste bien?— preguntó con un falso interés.— No pude dormir por estar pensando en ti.

Tenía un tono sarcástico y una sonrisa burlona. ¿Acaso no se cansaba de molestarme? Apenas eran la nueve de la mañana y quería cagarme el día.

— Si.— respondí con una sonrisa fingida.— Soñé que no existías, fue el mejor sueño de la vida. 

Su sonrisa burlona desapareció y me dio una mirada seria. Punto para mi. Los dos ya éramos mayores de edad y nos burlamos del otro como si fuéramos niños.   

— Hoy pasaremos el día juntas.— mamá nos informó.— Si quieren se pueden quedar aquí o...

— Prefiero quedarme sola.— interrumpí mirando a mamá. Quería estar sola aunque fuera una vez.

— Creo que deberían pasar la tarde juntos.— opinó la señora Morgan.— Eso ayudaría para que tengan una buena relación.

Ya estaba harta y recién habían llegado. Por ley en esa casa no podía correr a las visitas de otros, así que me tragué todo lo que tenía que decir para echarlos de mi casa.

— Creo que tendré que explicarles con dibujitos que no tendremos una buena relación.— miré a las dos con el ceño fruncido.— No quiero estar cerca de él, ni él de mi. No traten de forzar algo que no se da.

Me puse de pie y subí a mi habitación furiosa. Abrí la ventana y salí al balcón para respirar el aire fresco y así tranquilizarme. El aire adentro de la casa ya estaba contaminado por los Morgan.

— Solo es un mal rato.— susurré con los ojos cerrados.

Me dolía la cabeza por la rabia que sentía. Terminaría enferma por culpa de aquella familia y los demandaría por eso.

Golpearon mi puerta dos veces.— Sophie, nuestras madres ya se fueron.

Agh, estúpido Caden.

Abrí la puerta y entró sin que yo se lo permitiera.— ¿Qué quieres?

— Se supone que pasaremos el día juntos en mi casa, así que media hora antes de que las señoras regresen, le pediré a mi chófer que te lleve a mi casa, ¿ok?— tomó el plomo de la puerta mientras me miraba.

Por fin Caden pensaba algo coherente. Estaba cien porciento de acuerdo con él, solo quería que se fuera de una vez por todas.

— Ok.— asentí con la cabeza.— Disfruta sin mi.

Prácticamente Vendida ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora