Emiliano
El olor a su perfume de Natalia es tan dulce, el olor a canela y vainilla es inconfundible, hundo mi nariz en su cuello y sonrío, por que ella esta haciendo exactamente lo mismo, la abrazo poniendo un poco mas de fuerza, mi molestia se apacigüa poco.
—¿venadita estas mejor? —le pregunto tranquilo, ya que tenía hasta las orejas rojas por tanto coraje y griterío que hizo
—no estoy molesta, no contigo—me dice nerviosa—estoy enfadada por que no dejaste que te explique, solo entraste dentro como un toro echando furia por los ojos.—me golpea el hombro con su puño.
—¡auch!—me quejo, aunque en realidad eso no dolio—¿y eso por que fue?—le digo.
—por que los hombres son unos tontos, todo lo resuelven a golpes —me dice enojada.
—¿Me golpeas por todos los hombres? —le cuestiono alzando una ceja, —jamás me hubiera imaginado que una chica como tú, me golpeara por todos los hombres—le digo y me carcajeo, viendo la cara de asombro que puso.
—¡no se vale!—exclama—ya no estoy molesta, ya no puedo estar molesta, me hacer reir—se agarra del estomago y ríe.
—¿a donde vamos? —me pregunta, mientras cuela sus manos por mi camisa.
—a mi casa—le digo—llevo mi mano a su sexo y lo froto.
—Dime una cosa venadita —le susurro en su oreja— ¿tienes hambre?
—mmmm.. demasiado, estoy hambrienta, quiero comer salchicha y huevos.—dice.
—eres una niña muy, muy, golosa—muerdo su lóbulo de la oreja.
—mmmmmmm..mmmm..ammm—ella gime
—tenemos que ponerle una pomada a esa mordida—le paso mi lengua a su labio y a la herida que esta ahí.—lo curaremos.
—no duele—niega.
—pero se puede infectar, —replico—aparte no preguntare más, prometí no hacerlo, pero se perfectamente que fue ese profesor—le aseguro—solo te adiverto que yo no comparto—le recuerdo.
—eso me ha quedado claro Emiliano, se que no quieres saber pero yo te lo dire, el profesor me beso,—finalizo.
—ok—le digo dando por terminado esa conversación que me molesta.
Llegamos a mi casa y ella se baja inmediatamente de mi, acomoda su ropa y le abro la puerta, la caballerosidad es algo que aprendí gracias a mi madre, le agarro la mano, ella se sorprende lo puedo notar por que no deja de hacer esos gestos exagerados con su ceja, los sube y baja, me imagino que ella no se ha dado que cuando esta nerviosa es muy evidente y no puede ocultarlo. Nos abren la puerta por mi ama de llaves y la guío a mi habitación.
—¿aún tienes hambre? — le pregunto.
—tengo sed—contesta.
—vamos por el agua—le ordeno—; primero las damas le indico.
Ella camina por delante, puedo ver sus deliciosas nalgas contonearse en un vaivén.
—pero no se donde queda tu cocina— se volteá a verme—¿por donde voy? —pregunta.
—tu sigue derecho y al final doblas a la derecha, justo ahí— le indico con la mano y nuevamente me doy un taco de ojo con ese hermoso culo.
Llegamos y abro la nevera tomando una jarra y un vaso.
—¿Emiliano por que no pediste el agua? eres rico pero ocultas tus lújos, me eh fijado que tienes solo los necesarios, tu casa es enorme y muy linda, pero no eres como me imagine.
—¿ y como me imaginaste venadita? —le pregunto queriendo saber.
—ya sabes —alza sus hombros—como se muestra en mis películas, carros de colección, que vivas en un Penthouse, que con chistar los dedos tengas a más de diez empleados en la puerta de tu casa.
—Bueno te recomiendo no ver tantas películas—le digo sonriendo—en primera no soy muy fan de los autos, tengo amigos y socios que si, pero yo tengo otros gustos, —le güiño el ojo—me gusta mi casa es preciosa como dices, y para que sepas, si, tengo varias propiedades en varios lugares exclusivos, pero voy muy poco, prefiero la tranquilidad y estar alejado del ruido, por ultimo, tengo gente trabajando para mi, pero no me gusta molestarlos cuando yo puedo hacer algo por mi mismo, si tengo manos puedo hacerlo, si tengo pies puedo caminarlo, asi que señorita Natalia lamento decirle que deje de ver películas, por que todas las chicas se imaginan cosas extravagantes o nos creen al personaje del libro de cincuenta sombras de Grey.
—¿y cual es tu hobbie, si no son los autos? —me cuestiona ansiosa.
—am, eso dentro de poco lo sabras—le digo.
Ella mira las frutas de la mesa y toma una mandarina, comienza a pelarla.
—no te la comas—le ordeno.
—¿por que? —pregunta ella deteniendose.
—vamos—le digo —le agarro de la mano, y ella deja la mandarina en la mesa—tomalá—le ordeno —nos servira.
Entramos al cuarto y le ordeno desvestirse quedando solamente con sus bragas. Ella lo hace, y ahora soy yo el que me desnudo quedando sin una prenda.
—Mi venadita tiene mucha hambre—le digo besando su labio y muerdo su nariz—te dare de comer claro que si, pero de la manera que a mi se me plazca.
—Alimentame lobo, estoy hambrienta—gime ella.
Tomo la mandarina y la termino de pelar, me recuesto en la cama y enmedio de la mandarina pongo la punta de mi pene, obviamente apenas y se sostiene y entro, mi pene es grande y la cabeza más.
—comé—le digo éxitado—tu comida esta servida mi venadita.—pero lo haras sin manos.
Ella se sube a la cama y gatea, recoje su cabello en un chongo desordenado.
—me comeré esa mandarina gajo por gajo, despacio, se ve demasiado apetitosa, para ser real —habla despacio y dificultuoso, la exitación es evidente en sus ojos, miro sus pezones las cuales estan duros.
Se acerca a mi pene y lleva su boca a la mandarina, lo muerde despacio con cuidado y desprende el primer gajo, la mandarina de rompe y cae encima, la miro, y ella sabe que no debera meter la mano.
—¿te gusta venadita? — le pregunto.
—me encanta y éxita—responde—puedo imaginarme que estoy tomando frutsí, paupau, o tang de mandarina, hare jugo con ello y tu pene sera la licuadora.—le miro dudoso por que no se por que rayos lo dice.
Ella toma otro gajito y lo pone en su lengua, me lo muestra y mete mi pene a su boca, chupa y deshace el gajito en su boca mientras succiona por igual mi miembro, puedo sentir el jugo resbalar por mi falo.
—la cosa debe ser por igual ¿no? le pregunto—ella entiende lo que digo y mete otro gajo a la boca, me lo pasa en la boca y coloca si vagina en mi cara mientras ella continua con lo suyo, chupo su vagina y el gajito tratando de no asfixiarme con ello, trago el vagaso, muchos lo tiran, más si supieran que es muy bueno para el cuerpo y la salud, lameó su vagina con ansias y continuamos asi hasta acabarnos toda la mandarina.
Al final ambos nos corremos.
Es la primera ves que la mandarina una fruta tan simple, me ha sabido a gloria. Desde ahora sera mi fruta favorita.
¡HOLA MIS GOLOS@S! ¡VOLVÍ! ¿COMO LES FUE? A MI BIEN YA MEJOR, RETOMAMOS LA ESCRITURA, ESPERO SE DIVIERTAN COMO YO LO HAGO ESCRIBIENDOLO, POR CIERTO COMO HAN NOTADO ME ENCANTAN LOS TOQUES DE COMEDIA, LO DIGO POR QUE UNA CHICA ME CUESTIONO POR PRIVADO DICENDO QUE NO LE GUSTA MI HUMOR, LO SIENTO, LE DIJE QUE SI NO LE GUSTA LA INVITO A DEJAR LA LECTURA, PERO A LOS QUE SI, COMO YA DIJE, SOMOS FAMILIA, BIENVENIDOS SEAN, BUENO SIN MAS MOS VEMOS EL MIERCOLES, BESOS NOS LEEMOS EN LOS COMENTARIOS.
¿ALGUIEN QUIERE MANDARINA, O MEJOR FRUTSI? JAJAJAJAA.....BESOS CON SABOR MANDARINA.

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Mi Maestro
RandomNatalia estaba por cumplir 18 años, cuando su hermana Betty le regala una sesión de sexo, ahí conoce a Emiliano un Maestro del sexo, el cual le propone enseñarla, ella acepta y ambos juegan un juego muy peligroso, en el cual el que se enamora pierde.