Juegos

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La sonrisa en los labios de Natalia sin duda parecían pegados y pintados, que ni con el borrador se quitaban, suspiro y cerro los ojos recordando las cosas que hizo.

—¿se puede?—pregunto su hermana.

—claro pasa—contesto ella.

—¿se puede saber donde estabas ayer? llegue a casa y todavia no habias llegado, necesito una explicación ahora mismo—dijo enfada su hermana, se cruzaba de brazos y enarcaba una ceja esperando una respuesta.

—Sabes bien que yo no puedo ocultarte nada, estaba con Emiliano, asi se llama el hombre con el que perdí mi virginidad.

—¿Emiliano? asi se llama el amigo de mi jefe—dijo sin querer—y mira que esta como quiere.

—¿como se apellida? le preguntó.

—era Fuerte, Fiente ¡ahhh ya! Fuentes— Emiliano Fuentes y mira que es bien rico, hablando de cuerpo y dinero—soltaba a reir.

—¡diablos! es él hermana—estoy saliendo con Emiliano Fuentes.

—explicame algo, ¿como asi? es mayor que tú, es algo pasajero o que, explicame Natalia, te adivierto que ese hombre nos es una santa palomita, dista mucho de ser eso, a ese hombre le han pasado muchas mujeres en su cama, de eso estoy totalmente segura, yo no quiero que sufras—me dice.

—no, el y yo solamente tenemos sexo, sexo sin compromiso—le contesto.

—a mi no me engañas Nati, se perfectamente que eso de los jueguitos siempre terminan mal, uno de ustedes acabara enamorandose y no quiero que sufras hermanita.

—eso no me pasara, ya no soy una niña, te prometo que no me enamorare por nada del mundo.

—hermanita en el corazon no se manda, solo espero de verdad que tu corazon salga bien librado de este juego, yo te apoyare— me besa la frente y se levanta de la cama—me voy, tengo que ir lavar.

—te quiero hermana, gracias por entenderme, —le digo mostrando una media sonrisa—yo descansare—le digo.

Despues de ayer me duele las piernas, siento que haya corrido un maratón, la charla con Emiliano fue algo amena, me disculpe por golpearlo, nunca eh sido una persona violenta, pero mi cuerpo mente se nublo, sentí que era otra, las personas que han hecho lo que yo hice me entenderan, el ahorcarlo y la bofetada fue como un detonante para llegar al éxtasis y placer que mi cuerpo me pedía. Una intensa ducha en su baño y el ordenarme mamarsela hasta provocarme arcadas, fue intenso, el me lamió y chupo la vagina  una y otra vez mientras me sostenía de las losas del baño, me trajo a casa y Betty ya se encontraba durmiendo. Prometió que me llamaría pero no lo ha echo, y yo no lo hare, siento que los dedos me pican por hacerlo, pero me las mordere para que entiendan que no debo hostigarlo, al fin y al cabo solo somos amigos de sexo.

Me dispongo a ver películas en internet, localizo una, la monja, según muchos no da miedo, pero yo estoy sola, Betty salió, tengo el cuarto oscuro, la luz apagada, metida en la cama con una bolsa de papas mis favoritas, lo reproduzco y comienza, mi celular vibra.

 Mi MaestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora