Mi Maestro

Final

—¿que dices, aceptas casarte conmigo algún día?

—si por supuesto, acepto ser tu novia y en un tiempo casarme contigo.

La felicidad que tenia en mi pecho era inmensa, asi que pasamos al comedor y pude ver que mi madre la saludo, estoy seguro que esas dos se llevaran muy bien, su hermana a estado muy cariñosa con Evastian, solo espero que le diga pronto lo de su embarazo, cenamos entre risas y bromas de mis amigos, los cuales ya le tomaron confianza a Natalia, pero el momento donde tenia que presentarla ante la sociedad habia llegado.

—Natalia necesitamos ir a la sala, ahí te pido que me tengas paciencia y no te pongas nerviosa, todo el tiempo estaré contigo.

Pude observar que no entendía a lo que me referia, asi que la tome de la mano y caminamos a mi sala, el lugar donde recibo a los medios, asi que mientras avanzabamos se podían escuchar los murmullos, al entrar la habitación se ilumino de flashes, y luces, los medios llevaban media hora  esperando por mí.

La agarre fuertemente y le susurre que no se despegue de mí.

—Buenas noches, disculpen la demora, ya que tengo a todos reunidos en mi humilde hogar —no alcance a terminar ya que varios ríeron—uhmm—carraspee—; como decía, —prosegui—; los eh citado a ustedes antes de que empiecen a acosarme o  a acosar esta señorita que tengo a mi lado, les quiero informar que esta bella mujer que tengo a mi lado es mi prometida su nombre es Natalia Blanco, y si, estoy perdidamente enamorado de ella, confío en que no la atosigaran con preguntas y que no sacaran cosas acerca de su vida, respeten mi privacidad, por eso antes que especulen, les informo que esta hermosa dama es mi prmetida.

Termine de hablar y mantenía agarrado su mano.

—¿disculpe señor Emiliano? —hablo una reportera—; tengo información de la joven, ¿no le molesta que ella sea menor que usted?

Estaba dispuesto a responder cuando Natalia miro a esa mujer y respondió por mí.

—le contestaré yo señorita—alzo la voz—¿usted a estado enamorada?—le pregunto

—si, claro.

—Entonces entendera que para el amor no existe la edad, ni raza; menos religión, o el sexo, si usted a amado entonces no le dire nadamas.

—"como no" "El señor es millonario y usted pobre"—murmuro el chico del diario universal.

Natalia se tenso, y yo sentí que estaba comenzando a irritarme.

—no le permito que se exprese asi de mi prometida, le invito a que salga inmediatamente del lugar.—le dije molesto.

—no te preocupes, no me afecto—me susurro Natalia.

—le invito que si no tiene nada inteligente que decir abandone la sala —le señale la puerta.

El hombre nego con la cabeza y siguío parado sin decir una palabra. Era el momento mi madre paso acompañandome, al igual que a mí a ella la cuestionaron con preguntas acerca de si era feliz con mi novia, como se llevaban y mas, todo el tiempo sonreía y abrazaba a Natalia.

Una hora mas tarde los medios se habían marchado dejandome a mi con Natalia solos, asi que planeaba llevarmela a mi habitación pero si hermana la hablo, comprendí que queria privacidad, la deje dandole un beso en su frente y labios.

—te veo afuera venadita.

—si, en un momento voy—me respondió.

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—Natalia tengo algo muy importante que decirte.

—si dime Betty—le dije sentandome en una silla.