Emiliano*
Entro a la ducha con mi Venadita y en esta ocasión solamente nos damos leves caricias y roces, me apresuro y le dio que necesito salir, no le demuestro que estoy enojado, prefiero que sea neutral respecto al tema, en el primer problema ella esta involucrada, me cambio de ropa y una ves que ella este lista, la llevo y dejo en su casa, prometo vernos mañana e ir a la escuela por ella. El tema de Jason quedo al aire, tendre que hacer algo para que no se le vuelva acercar, tengo una leve corazonada que fue el quien filtro las fotos, y sobre todo que no es tan tonto, es astuto y al igual que yo me investigo, le pedire a Renato que averigue si mis sospechas son ciertas, por que si es asi tendra serios problemas que resolveremos de una vez por todas.
—primero iremos a ver a la reportera de mierda, estoy seguro que estuvo encantada de decir y sacar tantas idioteces solo para darle raiting al programa de porqueria que tiene.
—como ordenes señor, pero lo otro si urge, me llego esta imagen anónima, —el me la enseña y puedo ver maquinas listas para destrozar el bosque.
—vamos rapido Miguel, —le ordeno a mi chofer,— Renato ¿tus hombres tienen armas?
—si señor, pero sabe perfectamente que solo lo utilizaran si la vida de usted corre riesgo.
—entiendo, igual sabes que no me gustan las armas, solo si son necesarias se utilizaran.
—entendido señor.
—otra cosa, no se como se entero la reportera esa, pero ella esta ahí, asi que tendra cámaras.
—¡por un maldito demonio!—gruño—esa chica me esta colmando la paciencia, pero es mejor asi, mató dos pajaros de un tiro, hablare con ella.
El auto se detiene mucho antes, el camino a sido cerrado con dos barras echas de cemento, a lo lejos observo que hay dos maquinas listas para cortar y tumbar lo que tiene un significado importante para mí. Mi sangre me hierve y bajo inmediatamente del carro, ajusto mi corbata como si esta estuviera mal acomodada, Renato camina a mi lado, y los cinco hombres bajan de las camionetas, todos y cada uno de ellos portando un arma, se que no era necesario, pero si la situación se torna dificil las armas lo apaciguaran, no matando, pero si dando pequeños sustos.
—Buenas—digo petulante—¿a quien debo dirigirme para hablar acerca de esto que estoy mirando? —señalo las maquinas.
—conmigo señor—me contesta un señor moreno, gordito, con gafas y un bigote demasiado chistoso a mi parecer—soy el licenciado Jorge Juan Jimenez Labrador, mucho gusto—me extiende la mano, la cual tomo.
—Mucho gusto señor Jorge, me podria explicar el motivo por el cual van a derribar los árboles —le pregunto.
por que hasta donde entendido, este bosque no tiene dueño.
—Mire señor, ¿disculpe como se llama? no me dijo su nombre.
—Se llama Emiliano Fuentes Salamin, un millonario, dueño de OGITIC y una extensa cadena hotelera, como casinos y tiendas departamentales, asi o mejor presentado no podía ser—contesta por mi la periodista que me tiene hasta la coronilla.
—Si, ese es mi nombre—le contesto al señor—el cual me mira sorprendido y avergonzado a la vez por no saber quien soy.
—arghm—carraspea fuerte—disculpe señor Fuentes, no tenia idea quien era usted—dice apenado.
—no se disculpe—usted no tenia por que saberlo —le digo sincero.
—si claro—dice con burla Jessica, asi se llama la reportera— el señor Fuentes siempre tan humilde.

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Mi Maestro
AcakNatalia estaba por cumplir 18 años, cuando su hermana Betty le regala una sesión de sexo, ahí conoce a Emiliano un Maestro del sexo, el cual le propone enseñarla, ella acepta y ambos juegan un juego muy peligroso, en el cual el que se enamora pierde.