—vamos hermanita, ya podemos irnos a casa—;mi hermana Betty sostiene un bolso con mi cambio de ropa.
La tomo y camino al baño, cuando Emiliano salió de la habitación ayer ella no paro de interrogarme y hacerme preguntas acerca de lo sucedido, siempre e sido honesta con ella y nunca le he mentido, asi que con pelos y señales le explique lo que Jason me hizo y como Emiliano junto a Pedro me rescatarón. Ella en ningún momento me interrumpio, solamente escuchaba y sollozaba cada que le decía que Jason era un hombre cruel y malo, y que yo solo era una victima más, pues el era un asesino en serie.
Le dije lo de Emiliano y en su rostro note cierta incomodidad, asi que le pregunte si ella tuvo algo que ver con el repentino cambio de mi lobo.
—Dime Betty, te júro que si tuviste algo que ver respecto a lo sucedido con Emiliano te odiare.—le pregunte.
—¡ya noo! Esta bien, tarde o temprano lo sabras, si, —me lo confirmo—efectivamente tuve que ver con lo que te dijo.
—pero solo dije la verdad, Natalia ese hombre no te conviene, tú eres muy joven para él, y te hara sufrir, yo me siento con el pleno derecho de decirle que se aleje de tí.
—¿como pudiste? —le grito enojada—el es mi felicidad, tu no tienes el derecho de impedirme estae con el, te das cuenta el arriesgo su vida por mí. Emiliano no tuvo nada que ver con lo que Jason hizo, Jason estaba enfermo y si Emiliano no me hubiera salvado ahora mismo no estaría aqui contigo.
—perdón hermanita—viene corriendo a mi y me abraza,mientras llora.—es que yo creí que lo mejor para tí era estar lejos de él, el enojo y coraje al ver como estas me hizo decirle tantas cosas, que lo lastimaron .
—No llores hermana, se que me quieres y yo a tí, pero por favor date cuenta, Emiliano me ama, tanto que te dió la razón y se alejo de mi.
—perdoname pequeña, siento que siempre debo protegerte de todos, pero no se si lo hago bien.
—Betty siempre seras la mejor hermana del mundo, pese a todo, y ya te dije que por mi no te preocupes, has entregado de lleno tu vida a mi que te has olvidado de ser feliz.
—yooo—niega—tengo que decirtelo;—me he peleado con mi jefe.
—¿por que Betty? — le cuestiono.
—estaba enojada conmigo, contigo, con Emiliano, con todo el mundo por verte en ese estado, el estaba aquí conmigo, apoyandome, y yo solamente lo aleje y agredí, le dije cosas horribles; cosas que no se merecía, ahora se que me odia.
—El no te odia y lo sabes—le aseguro.
—No Nati, —niega, el ahora si me odia, incluso le di mi renuncia.
—¿y lo acepto? —le pregunto, a esta hermana mía le dió su hora macabra, agredió y ofendió a todos, de milagro se salvaron los enfermeros y doctores.
—no, el me dijo que me calmara y que pensara bien las cosas, que tengo el fin de semana para recapacitar.
—¡ves! El te ama, siempre a estado enamorado de ti, tenemos tiempo para pedirle una disculpa y todo estará bien.
Nos consolamos ambas un rato mas y ya cambiada salgo del baño, me trajo un vestido según ella por que pantalón me incomodaría con la herida que tengo en la pierna, no quise bañarme, las enfermeras me limpiaron, prefiero la comodidad de mi propio baño, pienso en Emiliano, lo extraño, ahora se que el si me ama y las palabras que dijo solo eran eso palabras sin sentido.
El doctor llega a quitarme el catéter, y le da recomendaciones a Betty y a mí, habla en privado con Betty y le entrega un sobre, que ella no me enseña y lo guarda en su mochila, la miro sospechosamente pero no se digna a decirme nada.
La enfermera me entrega unos medicamentos para el dolor y para la infección por si las moscas, antes que salga le doy las gracias y me sonríe, pero a Betty la mira mal.
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Mi Maestro
RandomNatalia estaba por cumplir 18 años, cuando su hermana Betty le regala una sesión de sexo, ahí conoce a Emiliano un Maestro del sexo, el cual le propone enseñarla, ella acepta y ambos juegan un juego muy peligroso, en el cual el que se enamora pierde.