Emiliano*
—Pero que piensas que haces mujer, es que acaso te volviste loca, vistete en este preciso momento.—le ordeno y agarro la blusa que se arranco, me acerco a ella y se lo entrego.
—no, no me pondre nada hasta que me hagas tuya, ¿es que no eres hombre?,no, claro que lo eres, las imagenes que me mandaron son claras, eres mas hombre que muchos.
—De eso quiero hablar contigo, pero quiero que lo hagamos cuando te coloques tu ropa.
—¿Es que no te atraigo ni un poquito? —miramé, soy mucha mas mujer que esa niña con la que andas, si, como lo escuchas ya se quien es esa niña boba y soza con la que andas.
—Escuchame bien Jessica—la agarro de los hombros y hago que me mire—esta obseción que tienes conmigo debe acabar ya.
NO ME GUSTAS Y MUCHO MENOS ATRÁES.
Ella comienza a llorar, intenta abrazarme y besarme.
—Por favor Emiliano AMAME, soy lo que necesitas.
—Jessica no te humilles, ¡por dios! nadie debe humillarse por amor, lo siento pero no tenemos nada mas que hablar que de las fotos e imagenes que estuviste pasando en la televisora.—la empujo y siento en el sofá.
—¿es por ella verdad?—grita histerica—nunca la amaras como a Dulce, si;—se carcajea— se todo de tu bella Dulce, soy reportera e investigadora de la buena , hace años se todo tu pasado, incluso tu secreto, pero tranquilo que te amo, pero no dire nada, mientras tú y yo tengamos sexo.
—¿me estas chantajeando? —digo sorprendido.
—si lo quieres ver asi, —alza sus hombros—digamos que te estoy ofreciendo un trato.
—a mi nadien me chantajea—le respondo molesto.—te advierto que como enemigo soy muy malo Jessica, no quieres que sea tu enemigo.
—no cariño, jamás te desearia de enemigo, lo que quiero es que seas mi hombre, mi macho, aquel que me coja hasta por el culo sin contemplaciones.
—si te doy lo que pides me dejaras tranquilo—le cuestiono.
—quizas si, o quizas no, depende de que tanto me sacie de tí Emi...—se menea mientras camina a la puerta.
—Oye no te colocaste tu ropa—se lo señalo.
—no me importa, mira que saldrías perdiendo si digo que intentaste violarme, a mi, a una estrella de la televisión, no te conviene hacerme enfadar Emiliano.
Camino hacia ella y le agarro la mano antes que salga, la acerco junto a mi, tanto que pareciera que nos besaremos.
—Te lo digo y recalco NO ME INTERESAS, MUCHO MENOS ME GUSTAS, y yo decido a quien cogerme, y como has visto hasta con fotos e imagenes, tengo a una linda y sexi dama que no esta nadamal.
—sueltame—grita furiosa y roja del enojo—te arrepentiras, sabras que conmigo no juega, por cierto te advierto que estes atento a mi noticiario.
—y yo te advierto que vayas juntando tus cosas y que te despidas de tu trabajo, por que te durara muy poco—le amenazo.
Ella solo se coloca la blusa, y marcha molesta cerrando la puerta de golpe.
Me siento en el sofá y suspiro, se que Jessica puede llegar a ser un grano en el culo dificil de quitar, pero no imposible, tendre que ver como deshacerme de ella a como de lugar, ella no esta enamorada, solo obsecionada, dicen que la obseción se quita una ves que pruebas, asi que si quiere probar le dare una probada.
—Renato—le marco,—necesito que vengas ahora mismo—le digo y de inmediato se abren las puertas del elevador dando paso a el.
¡Vaya! que rapido —le digo.
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Mi Maestro
RandomNatalia estaba por cumplir 18 años, cuando su hermana Betty le regala una sesión de sexo, ahí conoce a Emiliano un Maestro del sexo, el cual le propone enseñarla, ella acepta y ambos juegan un juego muy peligroso, en el cual el que se enamora pierde.