A pesar de lo sucedido con Jihoon, el miércoles me despierto ilusionado.Hoy vuelvo a ir a clase de taekwondo, lo que significa que las cosas podrán empezar a cambiar por fin. Además, volveré a ver a Junkyu, y la perspectiva de tener un nuevo amigo casi logra borrar de mi mente lo ocurrido ayer.
Aunque solo casi.
La mañana en el instituto se me hace bastante larga después de un día de libertad, pero al menos no recibo más insultos de lo normal. Además, desde la pelea del otro día Yoonbin se ha empeñado en que tengo que pasar el recreo con él y con Lia. Reconozco que se trata de un cambio agradable, pues no solo no tengo que esconderme durante ese rato, sino que puedo hasta pasarlo bien, algo que no creía que volvería a ser posible dentro de aquel edificio.
Cuando llego al centro deportivo por la tarde, me encuentro con que Junkyu está sentado en las escaleras de piedra que conducen hasta la puerta del edificio, con los ojos clavados en su móvil mientras mueve los dedos a toda velocidad sobre la pantalla. El corazón se me acelera al verlo, con su pelo despeinado y su camiseta desteñida de los X-Men visible bajo el abrigo abierto. Es cierto que me había dicho que estaría esperándome, pero una parte de mí no acababa de creérselo del todo y estaba segura de que se olvidaría. En cualquier caso, intento no hacerme ilusiones, lo más probable es que se encuentre aquí sentado porque está esperando a otra persona.
Sin embargo, cuando me acerco a él levanta la mirada y sonríe.
– ¡Hola! –me saluda, poniéndose en pie y guardando el móvil en el bolsillo–. Te estaba esperando.
Vaya.
– ¿En serio?
– ¡Claro! Hay que recibir bien a los nuevos que empiezan en taekwondo. Se supone para ser un buen deportista del taekwondo debo parecer como un coreano educado y hospitalario, ¿no?
– Pero si tú ya eres coreano –señalo, pues sus rasgos son claramente "Made in Corea".
– Veo que eres un chico perspicaz. Me has atrapado, sí, lo mío con el taekwondo es todo postureo. ¿Vamos?
Lo sigo, sin poder reprimir una sonrisa, su entusiasmo resulta francamente contagioso. Song Minho el entrenador, o simplemente Mino como todos lo llamaban, parece bastante complacido al verme allí de nuevo, y me asigna a Junkyu como pareja para el entrenamiento. Dado que el curso está ya demasiado avanzado para que dediquen la clase a explicarme a mí solo los principios básicos, Mino sugiere que Junkyu y yo nos quedemos algo apartados y que este me enseñe todo lo que necesito saber para empezar. Según me cuenta, él va bastante adelantado respecto al resto del grupo, así que no habrá peligro de que se quede atrasado por mi culpa.
Para empezar, me prestan una especie de kimono y un cinturón blanco para que lo utilice durante la sesión de hoy. Acompaño a Junkyu hasta el vestuario, y no puedo evitar morirme de vergüenza cuando él comienza a quitarse la ropa delante de mí sin ningún pudor para ponerse el traje. Aparto la mirada, enrojeciendo muy a mi pesar, pero él me lo reprocha. Me pone la mano sobre la mejilla y me mueve la cabeza con suavidad para que lo mire, y al instante noto un fuego que me enciende por dentro y provoca un escalofrío que me eriza todo el vello del cuerpo. Junkyu sonríe, y estoy casi seguro de que es porque se ha dado cuenta.
– Tienes que mirarme para saber cómo se pone.
Así que lo miro. Ya tiene puesto el pantalón, pero sigue con el torso desnudo, y me pregunto cómo será dibujarlo, plasmar su cuerpo en un papel. Se pone la chaqueta blanca, y observo con especial atención para fijarme en cómo se ata el cinturón.
– Ahora, tú.
– ¿Puedes darte la vuelta?
– Mashiho, de verdad, no eres el primer chico que veo desnudo –dice con una sonrisa, y me da la ligera impresión de que tal vez lo esté diciendo con segundas. Vuelvo a preguntarme si él también será gay, y si esto no será quizás una forma de insinuármelo.

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影┆𝚜𝚑𝚊𝚍𝚘𝚠 ; 𝚖𝚊𝚜𝚑𝚒𝚔𝚢𝚞
Fanfiction¿𝑇𝑜𝑑𝑎𝑠 𝑒𝑠𝑎𝑠 𝑝𝑒𝑙𝑖́𝑐𝑢𝑙𝑎𝑠 𝑦 𝑠𝑒𝑟𝑖𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒 𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛 𝑙𝑜 𝑚𝑎𝑟𝑎𝑣𝑖𝑙𝑙𝑜𝑠𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑠𝑒𝑟 𝑔𝑎𝑦, 𝑣𝑖𝑣𝑖𝑟 𝑟𝑜𝑑𝑒𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑛̃𝑒𝑟𝑜𝑠 𝒉𝑒𝑡𝑒𝑟𝑜𝑠 𝑚𝑜𝑑𝑒𝑟𝑛𝑜𝑠 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑖𝑛𝑠𝑡𝑖𝑡𝑢�...