Estar con Junkyu es un nuevo tipo de felicidad antes desconocido para mí. A pesar de las vacaciones, mi padre no me deja salir de casa lo suficiente como para vernos tan a menudo como me gustaría, pero al menos podemos quedar uno de cada dos días. Y aunque pasamos la tarde juntos y no vuelvo al pueblo hasta el último tren, las horas sin él se me hacen increíblemente largas. Empiezo a parecer la protagonista de una de esas novelas románticas que tanto odio, y no puedo evitar sentirme un tanto ridículo y también insoportablemente feliz al mismo tiempo.Sin embargo, con él voy aprendiendo poco a poco que son las pequeñas cosas las que realmente te llenan por completo, un beso robado viendo un capítulo de alguna serie, un abrazo espontáneo, una simple caricia inesperada. Analizándolo fríamente, no tiene nada que ver con lo que sentía por Jihoon... o lo que creía sentir. Ahora dudo de que aquello fuera realmente amor. Esto es distinto. No, tampoco es amor todavía, pero desde luego sí que es mucho más de lo que había con Jihoon.
Es real.
Las mañanas pasan lentas y aburridas, y lo único destacable son los e-mails anónimos que sigo recibiendo y los gritos ocasionales de mi padre. Sin embargo, algo ha cambiado, los insultos y los gritos ya no me afectan como antes. Es como si todo esto creara un escudo protector a mi alrededor, un escudo que hace que los insultos duelan menos.
Las tardes que paso junto a él transcurren como envueltas en una especie de nebulosa, una nebulosa emocionante y surrealista. Cinco horas juntos casi parecen cinco minutos. No hemos vuelto a ver ninguna película, tan solo algún capítulo suelto de alguna serie que ni siquiera recuerdo, después del sábado, no seríamos capaces de aguantar dos horas enteras sin tener que pararla ni una sola vez. En lugar de eso, nos dedicamos a explorar cada centímetro de nuestra piel, empleando manos y labios. Descubrimos solo algunos de los infinitos modos en los que el cuerpo de una persona puede encajar con otra, y me llena de felicidad saber que aún quedan muchos más por descubrir. Muchos más momentos que vivir.
Quitarnos la camiseta se convierte en algo habitual durante nuestras tardes juntos. Al principio me daba un poco de vergüenza, a pesar de que Junkyu ya me había visto de reojo en los vestuarios. Lo cierto es que nunca me he sentido muy orgulloso de mi cuerpo, y Jihoon no es que me hiciera sentirme atractivo precisamente. Pero con Junkyu todo es completamente distinto. Me resulta imposible sentir vergüenza junto a él, pues el modo en que sus ojos me recorren me hace sentir como si fuera el chico más guapo del mundo.
Y también el más afortunado.
La primera vez que le quito la camiseta, el lunes después de Navidad, disfruto de la experiencia. Jihoon nunca me dejaba contemplarlo desnudo, pero con Junkyu puedo recrearme todo lo que quiero, y me encanta su cuerpo. No es especialmente musculoso, a excepción de los brazos, pero no le hace falta. Su vientre no es dura ni está llena de abdominales marcados, pero para mí es perfecta, y cuando apoyo la cabeza sobre ella estoy tan cómodo que me gustaría poder quedarme ahí a dormir, con su mano enterrada en mi pelo, que se me engancha un poco en su pulsera. Su pecho tiene el equilibrio perfecto entre duro y blando, y cuando me recuesto sobre él para sentir el latido de su corazón siento que en mi vida todo comienza a encajar de un modo que nunca habría creído posible.
Sin embargo, yo no le dejo quitarme la mía hasta dos días más tarde. Cuando por fin lo hace, me doy cuenta de que se fija en las cicatrices de mis brazos, a pesar de la penumbra de su habitación. Me mira con expresión inquisitiva, invitándome a que le dé alguna explicación, pero yo niego con la cabeza y bajo la mirada. Sé que se ha dado cuenta de lo que son; es evidente. Pero no estoy preparado para hablar de ellas, no quiero, no todavía.
No hay sexo. Eso también me resulta nuevo, es lo único que quería Jihoon de mí cuando estábamos juntos. Más de una vez estamos a punto, a tan solo un momento de hacerlo, y, al notar su respiración jadeante y la presión en nuestros pantalones, durante unos instantes estoy a punto de avanzar un paso más. Sin embargo, él se detiene. Siempre él. Y siempre dice lo mismo:

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影┆𝚜𝚑𝚊𝚍𝚘𝚠 ; 𝚖𝚊𝚜𝚑𝚒𝚔𝚢𝚞
Fanfiction¿𝑇𝑜𝑑𝑎𝑠 𝑒𝑠𝑎𝑠 𝑝𝑒𝑙𝑖́𝑐𝑢𝑙𝑎𝑠 𝑦 𝑠𝑒𝑟𝑖𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒 𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛 𝑙𝑜 𝑚𝑎𝑟𝑎𝑣𝑖𝑙𝑙𝑜𝑠𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑠𝑒𝑟 𝑔𝑎𝑦, 𝑣𝑖𝑣𝑖𝑟 𝑟𝑜𝑑𝑒𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑛̃𝑒𝑟𝑜𝑠 𝒉𝑒𝑡𝑒𝑟𝑜𝑠 𝑚𝑜𝑑𝑒𝑟𝑛𝑜𝑠 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑖𝑛𝑠𝑡𝑖𝑡𝑢�...