Lo primero que me encuentro al despertarme es un mensaje de Junkyu.
¡Buenos días! 07:29
Espero que te vaya un buen día 😊 07:29
Me quedo con una sonrisa de idiota total casi sin darme cuenta. Sé que parezco un chiquillo de doce años, y también sé que no debería hacerme demasiadas ilusiones, pero no puedo evitarlo. Después del infierno que he vivido los últimos meses, por fin comienzo a tener un poco de paz.
Releo el mensaje una y mil veces y respondo rápidamente para desearle lo mismo, aunque me lo pienso durante unos segundos antes de enviarlo. ¿Tal vez debería decirle algo más? Añado un simple «gracias» seguido de una sonrisa y pulso el botón de enviar.
A continuación, espero durante unos cuantos minutos a que conteste, con la mirada fija en la pantalla, pero no se conecta, así que al final acabo resignándome y me obligo a ponerme en marcha.
Cuando por fin me levanto, el corte de la pierna me duele al poner el pie en el suelo. Lo examino, y me doy cuenta de que ha sido demasiado profundo. Miro la cama y veo que hay unas manchas de sangre en las sábanas que no sé cómo voy a explicar a mi madre.
Soy idiota. No tenía que haberme cortado. No después de los progresos que he estado haciendo.
Al llegar a la cocina me sorprendo al comprobar que mi padre se encuentra allí, tomándose un café con la cara de mala hostia que lo caracteriza. A esas horas normalmente está de camino al trabajo, pero prefiero no arriesgarme a preguntar, así que trato de pasar lo más desapercibido posible mientras meto el pan en la tostadora y saco la leche del frigorífico.
Pero no funciona.
– ¿A qué viene esa cara tan larga, niño? –pregunta con voz gruñona, y yo me encojo de hombros.
– Nada.
– Como me vuelvas a hablar así, te parto la cara. ¿Está claro?
Reprimo las ganas de poner los ojos en blanco, y en su lugar asiento con la cabeza a regañadientes.
– Okay.
– Te he dicho que no me hables así. –Se levanta, y por un momento temo que vaya a pegarme, pero no lo hace–. Te salvas porque llego tarde al trabajo, que si no te ibas a enterar. –Y se marcha de la cocina. En su taza queda casi la mitad de su café solo, todavía humeante y tan negro como su alma.
Mientras desayuno, escribo rápidamente a Yoonbin para contarle lo de los mensajes de Junkyu. Como siempre, su respuesta no se hace esperar demasiado, y apenas he tenido tiempo de bloquear el teléfono cuando la pantalla vuelve a iluminarse con su respuesta.
Para cuando la boda? 07:52
Gilipollas. 07:52
Lo sé 07:52
😎 07:53
Pero yo soy el padrino 07:53
Estás contento? 07:53
Mucho. 07:53
😊 😊 😊 07:53
Me lo tienes que presentar, eh? 07:54
No tengas tanta prisa. 07:54
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影┆𝚜𝚑𝚊𝚍𝚘𝚠 ; 𝚖𝚊𝚜𝚑𝚒𝚔𝚢𝚞
Fanfiction¿𝑇𝑜𝑑𝑎𝑠 𝑒𝑠𝑎𝑠 𝑝𝑒𝑙𝑖́𝑐𝑢𝑙𝑎𝑠 𝑦 𝑠𝑒𝑟𝑖𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒 𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛 𝑙𝑜 𝑚𝑎𝑟𝑎𝑣𝑖𝑙𝑙𝑜𝑠𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑠𝑒𝑟 𝑔𝑎𝑦, 𝑣𝑖𝑣𝑖𝑟 𝑟𝑜𝑑𝑒𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑛̃𝑒𝑟𝑜𝑠 𝒉𝑒𝑡𝑒𝑟𝑜𝑠 𝑚𝑜𝑑𝑒𝑟𝑛𝑜𝑠 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑖𝑛𝑠𝑡𝑖𝑡𝑢�...