Justin Bieber , Gerente General de Bieber Enterprises. Ha sido un padre respetado y rico desde que tiene memoria. Era muy conocido en la comunidad DDLG; Prácticamente famoso. Todos los papás querían ser como él y todas las bebes querían ser suyas. T...
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ＰＯＶ ＤＥ ＪＵＳＴＩＮ ＢＩＥＢＥＲ
Le doy a la emocionada y retorcida Rosie una gran sonrisa, abriendo los brazos.— Ven con papi, cariño.
En la habitación retumban los fuertes aplausos mientras Rosie corre tan rápido como sus pequeñas piernas pueden para tomarla en mis brazos. Envuelvo sus piernas alrededor de mi cintura y ahueco su trasero perfecto con mis manos. Ella felizmente envuelve sus brazos alrededor de mi cuello y acaricia su rostro en el hueco. Sonrío cuando siento que su oso de peluche golpea ligeramente mi espalda con cada paso que doy. Mi corazón se calienta ligeramente cuando sus pequeños dedos juegan con mi cabello sobre mi nuca. Beso el costado de su cabeza y ella se ríe melódicamente.
—Papi. —Susurra tímidamente cuando me acerco a mi auto después de pagar los $500,000.
—¿Sí, pequeña? —Pregunto, abriendo su puerta.
—H-hola. —Susurra de nuevo cuando la acuesto en su asiento. Me río de su dulce timidez. Me inclino para acariciar su mejilla y apartar un mechón de cabello de su rostro.
—Hola mi amor. —La beso en la frente y le sonrío mientras sus adorables mejillas regordetas se sonrojan.
Cerrando su puerta, me dirijo a mi lado. Antes de encender el auto, la miro.— Querida —, le digo.
—¿Sí papi? —Ella me mira con sus enormes ojos inocentes.
—Te conseguí un regalo... —, me detuve, metiendo la mano en el asiento trasero y agarrando la pequeña caja de regalo.
—¿Papá le está dando un regalo a su pequeña? —Ella chilla con entusiasmo.
—Cualquier cosa por mi pequeña. —Digo
Me doy cuenta de que no me lo quita de las manos como solían hacer Carla y mis otras amigas. Esperó como una buena niña hasta que se lo di.
Incluso entonces ella no lo abre. —¿Qué estás esperando, cariño? —Pregunto, pasando un dedo por su hombro.
—¡Permiso para abrir el presente, papi! Soy una buena chica y las buenas chicas esperan el permiso. —Ella asiente con la cabeza, sus coletas se balancean un poco. Me río y me inclino para besarle la clavícula y el hombro. Ella tiembla al sentir mis labios rozar su piel.
—Por supuesto, nena. Ábrelo.
Ella rápidamente quita la parte superior del presente y jadea de felicidad.— ¡Una pulsera! ¡Gracias, papi! —La miro adorada mientras saca el brazalete de oro rosa que tenía grabado— La princesita de papá. —El cual me permitió colocarselo en su muñeca.
—De nada, nena. —, apoyo mi mano en su muslo y ella se tensa mientras acaricio la suave piel en su interior con la punta de mis dedos.—¿Cómo vas a agradecerle a papá? Creo que papá merece un beso de esos dulces labios, ¿eh? —La molesto, mirando sus labios mientras habla. Maldición, qué haría para tener esos labios envueltos alrededor de mi polla en este momento.
