Justin Bieber , Gerente General de Bieber Enterprises. Ha sido un padre respetado y rico desde que tiene memoria. Era muy conocido en la comunidad DDLG; Prácticamente famoso. Todos los papás querían ser como él y todas las bebes querían ser suyas. T...
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ＰＯＶ ＤＥ ＪＵＳＴＩＮ ＢＩＥＢＥＲ
—Querida, es hora de despertar. —Me arrullo en el oído de Rosie mientras ella descansa sobre mi pecho, con nuestras piernas entrelazadas. Sorprendentemente, su ojo se abre y me da una pequeña sonrisa antes de que caer sobre un costado a mi lado y se estremezca.— ¿Qué pasa, mi reina? —Le paso la mano por la mejilla para quitarle un mechón de pelo y notar exactamente lo que está mal. ¡Ella estaba ardiendo!
—No me siento bien, papi. —Ella solloza y luego tose violentamente.
—Oh, mi pobre bebita. —Arrugo la frente.— Me encargaré de ti cariño, pero papi tiene que ir a trabajar hoy, ¿Crees que puedes aguantar eso? —Le pregunto, sintiéndome horrible de que tenga que pasar por un montón de reuniones aburridas mientras se siente tan enferma.
Ella asiente débilmente de todos modos.— Soy una buena chica, papi. —Dice ella.— Me comportaré. —Frunzo el ceño ante sus palabras y luego beso su frente.
—Vuelve a dormir un poco, cariño. Iré a empacar tus cosas. —Ella se duerme al instante y yo salgo de la cama.
Decidí dejarla quedarse en pijama, así que entro en su habitación y empaco su bolso lleno de su botella normal, su botella especialmente hecha para que la ayude a sentirse mejor y la ayudase a dormir, ginger ale, medicina para la tos, su osito de peluche, su chupete y analgésicos. Después de eso, empaqué su cuna móvil para poder instalarla en mi oficina y sala de reuniones para que ella pueda relajarse y no sentirse incómoda todo el día. Luego hago otra bolsa llena de juguetes y mantas por si acaso.
Después de hacer todo eso, voy al baño y me doy una ducha rápida. Cuando termino, me cambio a mi traje Armani recién hecho a medida.
Caminando hacia la puerta, recojo todas las bolsas de Rosie y mi maletín en una mano, luego camino hacia la cama y recojo a Rosie en la otra. De alguna manera la acuesto en mi cadera y ella acurruca su cabeza en mi cuello. Bajé las escaleras y Harold me abrió la puerta principal.— Tenga un día maravilloso en el trabajo, señor. Emily preparará la cena ya que estoy seguro de que tendrá las manos ocupadas esta noche. —Él mira mi puñado de varias bolsas y a mi niña dormida y enferma mientras me da las llaves de mi auto.
—Sí, eso sería encantador. Muchas gracias, Harold. Que tengas un buen día . —Le sonrío y luego camino hacia mi Ferrari 458 Italia completamente negro. Puse todas las bolsas en el maletero y luego puse a Rosie, aún dormida, en el asiento del pasajero. La beso en la frente y luego corro a mi lado.
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