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Capítulo 20

Por favor comenten, realmente disfruto de sus comentarios, ya que me da una idea de lo que piensan además de que son divertidos y me encantan.

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ＰＯＶ ＤＥ ＪＵＳＴＩＮ ＢＩＥＢＥＲ

Levanto la vista para gritarle al gilipollas sonriente, pero estoy congelado cuando me encuentro cara a cara con él... El mismo hombre que causó cicatrices en la espalda de mi bebé. El mismo hombre que torturó a mi princesa todos los días. El mismo hombre que intentó matarnos con su auto hace una semana. El Maestro.

—Bueno, bueno, bueno. Mira a quién tenemos aquí. El gerente general de Big Shot y Bieber Enterprises. Justin Bieber. —Vlad sonríe, tomando un sorbo de su whisky. 

Mi labio retrocede en un gruñido mientras sostengo el sollozo aferrado a Rosie más cerca de mí.— No te veas tan enojado, muchacho. Rosie y yo estábamos teniendo una conversación encantadora antes de que finalmente quisieras encontrarla y mostraras tu cara. —Se ríe mientras Lilith se ríe a su lado.— Díselo, bebé. —Ella chilla, envolviendo su brazo alrededor de su cintura.— ¿Te dije que hablas, zorra? —Él de repente la agarra del pelo y la tira para que le miré a los ojos. Le veo tragar saliva, el terror se derrama en sus ojos normalmente intrépidos.

—N-No, Maestro. —Susurra, haciendo una mueca cuando él tira de su cabello un poco más fuerte.— Ese pequeño truco te ganó un castigo cuando llegamos a casa, mi pequeña cabrona. —Él gruñe antes de empujarla hacia un lado, haciéndole torcer el tobillo en sus tacones de aguja de seis pulgadas.

Ella llora de dolor, lo que hace que Rosie y yo hagamos una mueca de pena, pero él le da una mirada amenazante que la hace callar.

Me sorprendió que nadie hubiera notado este espectáculo abusivo, pero nuevamente estábamos en un rincón oscuro y el noventa y nueve por ciento de las personas aquí estaban borrachas. 

—Oh, cómo me recuerda a los viejos tiempos. ¿Recuerdas a Rosie? —Ronronea asquerosamente y hace que Rosie lo mire.—¿Recuerdas cómo me desobedecías constantemente y tendría que obligarte a someterte? Oh, me estoy poniendo duro solo de pensarlo. —Él sonríe malvadamente y Rosie se ahoga con otro sollozo, enterrando su cabeza en mi cuello. 

—Cállate, bastardo abusivo y enfermo. —Siseo, finalmente expresándome.— Y nunca vuelvas a hablar con mi bebé, ¿Estamos claros? No sé qué fantasía retorcida tienes en mente, pero encadenar chicas en jaulas sin comida ni agua durante días no es BDSM. Eres uno de las razones por las que tenemos mala reputación. Los hombres como tú pertenecen a la cárcel, no a las chicas que se inclinan a tus pies, temblando de miedo de que si respiran mal, sus espaldas serán azotadas. —Ladro, mi ira se convierte en lo mejor de mí.

Mi rabiosa furia causa un poco de atención, así que me recompongo y enderezo un poco la corbata. No puedo evitar sonreír mientras el bastardo se ve un poco sorprendido, su boca se abrió ligeramente pero de ella no salió ninguna palabra. Sí, Justin Bieber también puede perder su mierda. No hay que sorprenderse. 

—Está bien, cariño. Nunca volverá a lastimarte. —Me relajo ante la todavía temblorosa Rosie, cuyo puño apretaba y desabrochaba mi camisa. Coloco delicados besos en su rostro cubierto de lágrimas y le entrego mi pañuelo para sonarse la nariz antes de que arruine mi traje Armani de $ 4000.

—¿Qué? ¿Todavía no tienes nada que decir, idiota abusivo? —Gruño al ver boquiabiertos a Vlad y Lilith. 

Rápidamente se recupera y su sonrisa enferma ahora se vuelve a colocar en su cara repugnante.— Al menos puedo mantener a mis putas a mi lado. La dejaste escapar la primera oportunidad que tuvo. Creo que el castigo es en un futuro cercano para ella, ¿Verdad? —Se ríe haciendo llorar a Rosie.