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Capítulo 27

Advertencia: ¡Lindo capítulo de relleno esponjoso!

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Capítulo dedicado a Danna_Ackerman

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ＰＯＶ ＤＥ ＪＵＳＴＩＮ ＢＩＥＢＥＲ

Echo un vistazo a la habitación de Rosie para verla jugando en silencio con sus peluches. Ella era tan bella. Si pudiera simplemente sentarme y abrazarla todo el día, lo haría. Me di cuenta de que acababa de despertarse porque su cabello estaba en todas partes, su pijama estaba arrugado y tenía los ojos somnolientos medios abiertos en su rostro.

En silencio camino hacia ella para no asustarla. Cuando ella sigue jugando con sus peluches, me siento a su lado y paso los dedos por sus sedosos rizos.— Hola, cariño. Te levantaste temprano. —Susurro, sabiendo que todavía estaba medio dormida.

Ella hace un gemido cansado antes de subir a mi regazo y acurrucar su cabeza en mi cuello.

—¿Estás bien, nena? —Le pregunto, pasando una mano por debajo de su camisa y acariciando su espalda suavemente.

Ella asiente hacia mi cuello, haciendo que su cabello me haga cosquillas en el costado de la cara.— Eres solo mi bebé con sueño hoy, ¿verdad? —Me arrulla, acariciando su cabello con mi nariz. Ella siempre olía muy bien. Ella hace otro gemido cansado básicamente diciéndome que me calle.

Nos quedamos en silencio por unos minutos mientras la balanceo suavemente hacia adelante y hacia atrás antes de que su delicada manita golpee mi pecho.— ¿Si bebé? —Pregunto, dándole toda mi atención.

Saca su rostro de mi cuello para mirarme y decir algo, pero su cabello desordenado y desordenado me hace reír a carcajadas.— Oh, muffín, eres un desastre. —Intento palpar la masa de rizos pero no funcionaba. Me río de nuevo por el puchero en su rostro.

—No me hagas pucheros. —Le digo, besando sus adorables dulces labios.

—P-Papi. —Su voz todavía era un poco ronca al despertar.

—¿Sí, mi hermoso pastelitos? —Beso sus mejillas y nariz. Todavía estaba tan feliz de que no me dejara.

¿Es malo que esté casi feliz de que Marie haya ido a parar con el Maestro Vlad después de todo lo que hizo para arruinar la relación mía y de Rosie?

—¿P-¿Podemos tomar p-pizza para el desayuno? —Ella se ríe y se sonroja, cubriéndose la cara con las manos. Observé su figura tímida con una pequeña sonrisa.

Normalmente diría que no, pero todavía tenía mucho que hacer, así que estoy seguro de que mis siguientes palabras la sorprendieron.— ¡Seguro! ¿¡Por qué no!? —Me río, sacando mi teléfono para llamar a la pizzería local.

—¿¡De Verdad!? —Ella chilla, saltando arriba y abajo en mi regazo. Rápidamente agarro su cintura para detenerla.

—Para eso o te voy a follar aquí mismo. ¡No, no tú, idiota! —Gruño al teléfono, sin darme cuenta de que la pizzería había respondido.

Rosie comienza a reírse tanto que se cae de mi regazo al piso alfombrado. Me reí de su ternura antes de fruncir el ceño cuando el hombre por teléfono dijo: "No soy yo quien se está poniendo nervioso con mi novia mientras llama a una pizzería".