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Capítulo 18

ＰＯＶ ＤＥ ＪＵＳＴＩＮ ＢＩＥＢＥＲ

—¡Ahh, oww! —Escucho a alguien silbar a mi lado cuando me despierto de mi sueño. Al mirar con un ojo abierto perezosamente, veo a Rosie intentando sentarse bien, con sus labios temblando.

Estando completamente despierto ante esa vista, me senté rápidamente.— Oh, cariño... ¿Estás bien? —La jalé a mis brazos, cuidando de que no se sintiera más adolorida.

—Me siento mal. —Ella pone mala cara, apoyando su cabeza en mi pecho. No puedo evitar reprimir una sonrisa mientras beso la corona de su cabello.

—Oh nena, ¿Quieres tomar un agradable baño de burbujas tibio? —Murmuro, masajeando su barriga. Sus ojos estaban cerrados de satisfacción y una sonrisa gigante creció en su rostro mientras asentía emocionada.— Está bien, babydoll. —Cuidadosamente me levanté con ella en mis brazos al estilo nupcial y me dirigí al enorme baño principal.

La puse en el mostrador y caminé hacia la bañera, agachándome y comenzando a llenar la tina de agua.— Deja de mirarme el trasero, pequeña. —Me reí entre dientes, sintiendo sus ojos quemando agujeros en mi trasero desnudo. Me doy la vuelta a tiempo para ver su rostro sonrojarse y apartar la mirada rápidamente.

—Lo siento, papi. —Ella susurra, su voz todavía un poco ronca por gritar toda la noche desde que dimos otra vuelta después de que se despertara en medio de la noche.

—Mi pequeño gatito sexual insaciable, —Ronroneo, parándome entre sus piernas y colocando besos húmedos con la boca abierta sobre su cuello.— Mía. —Susurro, clavando ligeramente la punta de mis dedos en sus caderas y tirando de ella contra mi cuerpo.

—Tuya. —Ella respira. Sus senos golpearon mis costillas y no puedo evitar reírme de lo pequeña que es en comparación conmigo. Mi pequeña muñeca.

Beso su cabeza una vez más antes de volver a alejarme para revisar la bañera. Puse mi mano para revisar el agua y asegurarme de que no escalde su preciosa y suave piel de bebé.— Está bien cariño, está listo. —Me acerco a ella y la recojo con cuidado.— Lo siento, bebé. —Frunzo el ceño cuando ella hace una mueca.

Suavemente nos acomodo a los dos en el agua y la veo visiblemente relajada mientras suspira contenta, acurrucando su rostro en mi pecho. Peino su cabello desordenado con mis dedos y le doy un beso en la sien. No pude ocultar la sonrisa cuando sentí que su pulso se aceleraba bajo mis labios.

—Lo hiciste increíble anoche, princesa. —Le susurro en la oreja mientras veo cómo se sonroja.— Estoy tan orgulloso de ti. —Digo, todavía masajeando su pequeña barriga dolorida.

Nos sentamos allí en un cómodo silencio por un momento hasta que ella me mira.— ¿Si bebé? —Pregunté.

—Tengo hambre, papi. —Ella hace pucheros haciéndome reír.

—Muy bien. ¿Qué quieres que papi te haga? —La gire para mirarme, suavemente.

—U-Umm, ¿Puedo tener una nutella frita y un sammich de malvavisco? —Ella se ríe, trazando con su dedo mi tatuaje cruzado.

—Bueno, siempre y cuando tengas un poco de yogurt y granola o un plátano, entonces supongo que puedes comer eso para el desayuno. —Me reí entre dientes, causándole  cosquillas en los costados, haciéndola chillar.

Yo era un fanático de la salud, así que siempre me aseguraré de que tuviera algo saludable para el desayuno. No puedo tener a mi pequeña princesa siempre enferma. También me aseguro de que haga ejercicio conmigo cuando voy al gimnasio.