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Capítulo 33

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ＰＯＶ ＤＥ ＪＵＳＴＩＮ ＢＩＥＢＥＲ

Ojalá pudieras tener más de un gif aquí porque tenía muchos buenos para este capítulo.

Lamiendo mis labios mientras paso la página de mi libro, empujo mis lentes de lectura por la nariz mientras se deslizan por el puente. Eran alrededor de las siete de la mañana y era mi día libre. Me encantaba tener días libres porque podía pasarlo con el amor de mi vida, incluso si me despertaba al amanecer y ella no.

Después de unos treinta minutos, escucho un crujido sobre el monitor junto a mi cama, que estaba conectada a la habitación de Rosie, y un pequeño gemido se escapa.— P-Papi.. —Escucho, haciéndome sonreír al instante. Alguien estaba en su pequeño espacio hoy.

Me arrastro fuera de la cama, bostezando y rascando la picazón invisible en mi pecho desnudo mientras camino por el pasillo.

Crujiendo la puerta, la veo frotándose los ojos cansados ​​con un puchero en la cara.— No te frotes los ojos, princesa. Los lastimarás. —Sonrió, caminando hacia ella. Ella se pone de pie y salta ligeramente hacia arriba y hacia abajo mientras hace manos sucias y ruidos quejumbrosos.

—Aww, babygirl. —Sonrío nuevamente, levantándola. Ella era tan preciosa, inmediatamente se aferra a mí, envolviendo sus piernas alrededor de mi cintura y brazos alrededor de mi cuello.

Nos balanceo de un lado a otro suavemente mientras inhalo su aroma de vainilla y fresa, perfecto solo para ella.

—Vamos, princesa. Vamos a cepillarte los dientes y estar lista para el día. —La beso en el pelo y camino al baño.

Sentándola en el mostrador, agarro su cepillo de dientes y su pasta de dientes, que tiene que tener sabor a chicle.— Di ahh. —Sonrío, haciéndola reír y abrir la boca. Rápidamente le cepillo los blancos perlados y me aseguro de que estén bonitos y limpios.— Lengua. —Ordeno, antes de limpiar eso también.— Está bien, todo lo que necesitas hacer es enjuagarte. —Le entrego una taza de agua para lavarle la boca. Cuando termina, me sonríe grandemente, lo que solo me hace reír.

Su boca estaba cubierta de espuma y burbujas. Tomando una toalla, le limpio la boca, haciéndola sonrojarse de un rojo brillante al darse cuenta.— Eres tan linda. —Digo, besando sus labios una y otra vez.— Qué dulce azúcar. —Digo haciéndola sonrojar de nuevo.

—Hora de tu ducha. —La recojo y comienzo el agua caliente.

—P-Pero estoy cansado, papi. —Se queja mientras la desnudo.

—Bueno, incluso las bebitas gruñonas y cansadas necesitan estar limpias. —Mi respuesta solo hace que sus palabras gruñonas se enfaden y sacudan la cabeza.— No seas gruñona o me aseguraré de que sea una ducha muy fría. Ahora mete tu pequeño y lindo trasero. —Le doy un pequeño golpe a su trasero desnudo mientras se sube. No antes de sacudir la cabeza y sacarme la lengua.

Ah, ya veo como es.

Sonriendo diabólicamente, camino hacia el inodoro y, sin dudarlo, lo tiro. Segundos después, ella grita cuando el agua caliente se congela.— ¡PAPI, COMO ME HACES ESTO. —Ella me grita, enojada.