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Capítulo 28

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Capítulo dedicado a IsabellaFG4 veidis1601

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ＰＯＶ ＤＥ ＪＵＳＴＩＮ ＢＩＥＢＥＲ

—Shh, o lo arruinarás todo. —Me arrullo mientras sigo subiendo las escaleras y entrando en mi habitación.— ¡Rosie! Querida, estoy en casa. —Grité mientras situaba rápidamente la pequeña bola de pelusa en mi cama.

Un chillido de emoción rompe el silencio de nuestra casa y una sonrisa crece en mi rostro. Una linda corteza también se escapa de la boca del pequeño cachorro ante el sonido, pero cuando me doy la vuelta, lo fulmino con la mirada, le cubro la cabeza y los ojos con sus propias patas.

—Será mejor que no arruines la sorpresa incluso antes de que ella llegue aquí. —Le regaño, pero me río ligeramente cuando lo saca de sus patas, descubre sus dientes y gruñe antes de volver a esconderse.— Hmm, perro inteligente.

—¡Ahh! —Grito cuando de repente me taclean y me besan en la cara. Lo bueno es que instalé esta alfombra realmente cómoda.— Dios mío, cariño. Sabes que soy viejo y tengo presión arterial alta. Me vas a dar un ataque al corazón si sigues haciendo eso. —Gimo con los ojos cerrados, amando interiormente la sensación de sus labios recorriendo mi cuello.

—Solo tienes veintisiete años, papi. Creo que estarás bien. —Ella se ríe, colocando un último beso en mi labio antes de sentarse a horcajadas sobre mí.

Frunzo el ceño ante nuestra posición.— Pensé que era yo quien tenía el control. —Levanto una ceja mientras se forma un sonrojo en sus mejillas.— Bueno, supongo que podría follarte así. —Murmuré, agarrando sus caderas y obligándola a subir y bajar sobre mi polla vestida.

—Papi. —Grita avergonzada antes de saltar de mí. Hago un puchero triste, mirando mi, ahora, medio bulto duro.

—Pagarás por eso más tarde. —Digo, poniéndome de pie y reajustándome -en todas las áreas-.

Ella me sonríe y no puedo evitar acariciar su cabello y besar su frente. Los besos en la frente son una buena manera de demostrar que amas a alguien y siempre lo protegerás, que es lo que planeo hacer.

Un pequeño chillido arruina el momento y miro hacia arriba para ver la bola de pelusa moviéndose a tope para tratar de saltar de la cama y unirnos. Pero estaba muy asustado, por lo que siguió moviendo su trasero y ladrando.

—¡Oh Dios mío! —Rosie chilla, corriendo hacia la cama y recogiendo al cachorro en sus brazos— ¡¿Esto es para mí?! —Ella sonríe mientras la pelusa trata de lamer todo su rostro.

—No, es para Harold. —Estoy impaciente viendo su cara caer completamente.— Por supuesto que es para ti, cariño. —Me reí entre dientes, caminando hacia ella y envolviéndola con mis brazos.— ¿Cómo la vas a llamar, maní? —Mi voz sonó apagada mientras coloco besos de bebé en toda su mandíbula y cuello. Ella olía tan deliciosa.

—Sabes cuál es un buen nombre para un perro callejero? Marie. —Ella se ríe haciéndome levantar una ceja.

—No vas a nombrar a nuestro perro por esa perra. —Siseo antes de contenerme después de que ella y el cachorro se estremecen ligeramente.

—Sólo era una broma. —Susurra, mirando hacia abajo sumisamente.

—Para. —Levanto la cabeza para mirarme a los ojos. Beso sus mejillas delicadamente seguido de su frente, párpados, nariz y finalmente sus dulces labios.— Me puse un poco a la defensiva, cariño. Pido disculpas. Realmente no aprecio recordar a esa mujer pagana. —Siento que me excito nuevamente, así que cierro los ojos y respiro profundamente para calmarme.